– Si. Las viejas. -Elvy fruncio el entrecejo-. Bueno, la verdad es que a mi tambien me parece que…
Flora puso su mano sobre las de la anciana y la interrumpio.
– Abuela, ya te lo he dicho. Yo tambien pienso que debe asistirse bien vestido a un entierro. -Hizo una mueca-. A las
Elvy se echo a reir.
– El dia menos pensado estaras tu ante al altar -le dijo, y anadio-: Puede que si, o puede que no.
– Seguramente, nunca -replico la chica, y se dejo caer hacia atras en la cama con los brazos extendidos. Se quedo mirando al techo, abriendo y cerrando las manos como si estuviera cogiendo pelotas invisibles que cayeran del cielo. Cuando habia cogido diez, le pregunto:
– ?Que pasa cuando uno muere? ?Que pasa cuando uno muere?
Elvy no sabia si la pregunta iba dirigida a ella, pero de todos modos la respondio:
– Uno llega a algun otro sitio.
– ?A algun sitio? ?Adonde? ?Al cielo?
La anciana se sento en la cama al lado de su nieta; aliso la sabana que ya estaba estirada.
– No lo se -reconocio-. El cielo solo es un nombre que le hemos dado a eso que nos resulta totalmente desconocido. No es mas que… algun otro sitio.
Flora no respondio, siguio recogiendo unas cuantas pelotas mas. De repente se sento, y pegandose casi a Elvy, le pregunto:
– ?Que ha sido lo de antes? ?Lo que paso en el jardin?
Elvy permanecio un rato en silencio. Cuando empezo a hablar, lo hizo en voz baja e insegura.
– Se que no compartes mis creencias -dijo ella-, pero intenta verlo de esta manera: vamos a olvidarnos de Dios, de la Biblia y de todo eso, y vamos a concentrarnos en el alma, en que la persona tiene un alma. Estaras de acuerdo conmigo, ?no?
– No se -dijo Flora-. Yo creo que nos morimos y nos queman, y que entonces ya no queda nada.
La mujer asintio.
– Si, claro, pero yo lo he razonado de esta manera. Una persona vive una vida, acumula pensamientos, experiencias, afectos, y cuando llega a los ochenta anos y aun tiene agilidad intelectual, el cuerpo empieza poco a poco a desmoronarse. Esa persona
– Si -concedio Flora-. Asi es.
La anciana se acaloro, tomo la mano de Flora, se la llevo a los labios y la beso suavemente.
– Pero a mi -prosiguio ella-, a mi eso me parece completamente absurdo. Siempre me lo ha parecido. Para mi… -Elvy se levanto de la cama agitando las manos-… es absolutamente indiscutible que las personas tenemos un alma.
– ?Abuela? ?Abuela?
Elvy, que por un momento habia tenido la mirada perdida en la lejania, la volvio hacia su nieta. Se sento otra vez en la cama y coloco las manos sobre las rodillas.
– Perdon -le dijo-, pero esta noche he tenido la prueba definitiva de que es como yo digo. -Y lanzandole una mirada a Flora, casi avergonzada, anadio-: Creo yo.
Tras dar las buenas noches a su nieta y cerrar la puerta de la habitacion, Elvy anduvo dando vueltas de un lado para otro de la casa. Intento sentarse en el sillon, cogio la obra de Grimberg, leyo unas cuantas lineas y volvio a dejar el libro.
Ese habia sido uno de los proyectos que se habia prometido acometer en cuanto Tore hubiera muerto: leer
Eran mas de las doce. Deberia acostarse. Era cierto que ya no necesitaba tantas horas de sueno, pero se despertaba casi todas las noches alrededor de las cuatro y se veia obligada a permanecer sentada en el retrete un par de horas mientras el pis salia gota a gota.
«Tore, Tore, Tore…».
Elvy habia bajado por la manana a la funeraria con el traje nuevo de Tore para el entierro, que tendria lugar dos dias mas tarde. ?Estaria ahora el en la camara de la iglesia, vestido y listo para su ultima gran celebracion? Le habian preguntado si queria vestirlo ella misma, pero habia declinado el ofrecimiento de buen grado. Ya habia cumplido con su obligacion.
Habian pasado ya diez anos desde que empezo a untarle la mantequilla en los bocadillos. Hacia siete anos que empezo a ayudarle a comerlos. Los tres ultimos anos el no habia podido ingerir mas que papillas y cremas, necesitaba gotas para seguir… si, viviendo. Si eso merecia el nombre de vida.
Sujeto a una silla de ruedas, Tore no podia hablar ni probablemente pensar. Solo en contadas ocasiones, cuando ella le decia algo, aparecia en sus ojos, de repente, un asomo de comprension, que desaparecia igual de rapido.
Ella se habia ocupado de darle de comer, cambiarle los panales y la bolsa de la orina, y lavarle. Solo habia pedido ayuda para acostarlo por las noches y para levantarlo por las mananas, para que pasara otro dia mas sentado en la silla de ruedas con la mirada perdida.
En la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe. Ella habia cumplido su promesa sin alegria y sin amor, pero tambien sin quejas ni dudas, pues asi estaba escrito.
En el cuarto de bano se quito la dentadura, la cepillo con cuidado, la puso en un vaso y la dejo alli. No entendia que la gente la pusiera al lado de la cama, como un recuerdo lastimero del paso del tiempo. Las gafas, si. Por la seguridad que le proporcionaba tenerlas a mano si pasara algo, pero ?la protesis dental? Como si de repente pudiera aparecer algo a lo que hincarle el diente.
Entro en su habitacion, se desvistio y se puso el camison. Doblo la ropa con esmero y la coloco encima del escritorio. Se detuvo a mirar las fotografias que habia sobre el mueble. Su foto de boda.
«Vaya par de tortolitos».
La imagen era originalmente en blanco y negro y posteriormente coloreada a mano en tonos aun mas claros. Tore y ella parecian como una ilustracion sacada de algun libro de cuentos. El rey y la reina, o casi, «y vivieron felices hasta el fin de sus dias». Tore con el frac y ella vestida de blanco con un ramo de flores de colores junto al pecho. Ambos miraban al futuro con unos ojos azules claros algo fantasmales. (Tore ni siquiera tenia los ojos azules, el pintor se habia equivocado, pero no pensaron nunca en cambiarlo).
Suspiro mientras acariciaba la foto con el dedo.
– Asi pueden ir las cosas -dijo sin referirse a nada en concreto.
Encendio la luz de la mesilla, estaba pensando si no seria mejor leer un poco a Grimberg antes de dormirse, pero antes de que pudiera decidirse, oyo algo en la puerta. Escucho con atencion. Se oyo de nuevo el ruido. Un… rozamiento.
«?Que demonios…?».