desde otro angulo.
«?Esta buscando algo?».
Los fantasmas volvian para arreglar algo. El olor afrutado se habia vuelto mas intenso. Elvy apoyo las puntas de los dedos en la pared para mantener el contacto con la realidad.
Las manos blancas y rigidas del difunto se movian encima del escritorio, sobre los papeles con las letras de los salmos fotocopiados para cantarlos en el entierro, el papel para escribir cartas, el periodico
«Solo un dia, un instante tras otro».
… despues lo dejo en la mesa, cogio otro con el mismo contenido y lo leyo con igual interes.
– ?Tore?
Elvy se estremecio ante el sonido de su propia voz. No habia pensado decir nada, pero el nombre le salio solo. Tore no reacciono y Elvy respiro con alivio: no deseaba en absoluto que el se volviera, hiciera algo o…
«Dios me libre».
… dijera algo.
Ella salio con sigilo de la estancia apoyandose en la pared, cerro la puerta con cuidado, y se puso a escuchar. Seguia oyendose el roce de los papeles. Acerco el sillon a la puerta, puso el respaldo bajo el tirador y coloco un par de libros entre este y el respaldo de la butaca para bloquear la puerta.
Flora seguia sentada en el suelo en la misma posicion que la habia dejado. La resurreccion de su esposo no le cabia en la cabeza a Elvy, realmente era algo impensable, pero estaba preocupada por Flora. Aquello era demasiado para una criatura tan sensible.
Elvy se sento a su lado, y se sintio aliviada cuando la chica le pregunto:
– ?Que hace?
Porque eso significaba que no se habia cerrado totalmente, que mostraba interes, y Elvy tenia una respuesta a esa pregunta:
– Creo que hace como que esta vivo.
Flora asintio fugazmente, como si aquella fuera justo la
De todos modos no habria podido llamar a su hija, pues aunque Margareta era una persona mejor adaptada socialmente que Flora y Elvy, era una histerica cuando perdia los nervios. Margareta vendria y se encargaria de todo. Margareta hablaria todo el tiempo con aquella voz chillona y empezaria a aranarse la cara si el mas minimo detalle no salia como ella habia pensado.
«Maldito Tore».
Si. Mientras estaba alli sentada dandole vueltas al problema, empezo a crecer en su interior un resentimiento enorme contra el difunto, pues el habia creado el problema. ?Acaso no habia hecho ella ya bastante? ?Acaso no habia hecho cuanto estuvo en sus…?
«Espera un poco».
Se le ocurrio una cosa y sonrio a pesar de todo. Evidentemente no era mas que una sutileza teologica, pero ?no se decia «en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe»? Miro hacia la puerta cerrada. La muerte los habia separado. El estaba muerto. Por lo tanto, ya no era responsabilidad suya. Ella no le habia prometido al sacerdote que los caso cuarenta y tres anos antes asumir ningun compromiso
Flora emitio un sonido.
– Perdona, ?que has dicho? -le pregunto Elvy.
Su nieta la miro directamente a los ojos y dijo:
– Uuuuh.
Un rayo de miedo atraveso a Elvy. Ya estaba. No habia protegido a su nieta y esta se habia vuelto loca. Acerco sus manos a la cara de Flora, le acaricio las mejillas.
– Perdon, perdon -se disculpo-. Voy a llamar a un taxi. ?Vale? Llamo a un taxi y… tu y yo nos largamos de aqui. ?Si?
La muchacha movio la cabeza lentamente, cogio las manos de Elvy y las retuvo entre las suyas, y volvio a repetir:
– Uuuuhh.
Esta vez fue seguido por el brillo de una sonrisa. Elvy comprendio y solto una breve e impetuosa carcajada de alivio, casi un estallido. Flora le estaba tomando el pelo. Estaba haciendo el mismo sonido que los no muertos del videojuego.
– ?Oh!, Flora, me has asustado. Creia…
– Perdona, abuela -contesto, y miro hacia el cuarto con su expresion de siempre. La mirada perdida habia desaparecido-. ?Que vamos a hacer?
– Flora, no lo se.
La chica arrugo el entrecejo.
– Vamos a ver -senalo-. Primero: ?existe alguna posibilidad de que en realidad nunca haya estado muerto? ?De que, no se, solamente haya estado fuera y vuelva ahora?
Elvy nego con la cabeza.
– No. A no ser que por algun motivo todos se hayan equivocado. Yo lo estuve viendo anteayer cuando baje a llevar el traje y… Flora, ?que pasa?
– No, nada. Solo estoy tratando de… entenderlo.
La abuela se sorprendio. La chica hablaba en un tono completamente normal, alzando los dedos y contando con ellos las posibilidades. Parecia como si durante unos minutos se hubieran apoderado de ella la conmocion y la incredulidad, y ya lo hubiera superado. Ahora, en cambio, afloraba un aspecto de ella del que la anciana procuraba distanciarse: el de hija de abogados.
– Segundo. -Flora lo iba senalando con el dedo indice-. Si realmente esta muerto, ?por que se ha despertado? ?Tiene algo que ver con lo que ha pasado en el jardin?
– Si, podria pensarse.
– Tercero…
Elvy penso que ahora lo comprendia. El cambio de Flora no era tan positivo como habia creido en un primer momento. La racionalidad en su forma de hablar nacia de que la chica habia empezado a considerar todo aquello como un videojuego; no como un hecho imposible, sino como una serie de problemas que habia que solucionar.
«Bueno», penso Elvy. «Mejor asi».
– … tercero: ?se trata de algo que solo podemos ver nosotras o esta ocurriendo de verdad, por decirlo de alguna manera? Bueno, ya me entiendes.
Elvy penso en la sensacion de frio que sintio bajo las manos al ponerselasa Tore en aquellos hombros enjutos; en el frio que desprendian.
– Esta ocurriendo de verdad, y creo que deberiamos… pedir una ambulancia.
Flora se levanto.
– ?Puedo?
– ?No crees que es mejor que sea yo…?
– Si, ?pero no puedo hacerlo yo?
Flora junto las manos como para rezar, y la abuela se encogio de hombros; no entendia aquel entusiasmo de su nieta, pero le parecio que era bueno mientras durara. La chica fue a llamar a urgencias, mientras que Elvy se quedo sentada en el suelo pensando.
«Esto significa algo».