noviembre de 1965, y Brian Stableford, cuya colaboracion firmada con seudonimo, Beyond Time's Aegis (Egida mas alla del Tiempo), salio en el mismo numero. Science Fantasy ofrecio tambien las ingeniosas vinetas de Johnny Byrne, un hombre que abandono el genero nada mas iniciarse en el, para escribir novelas de moda y gozar asi de mayores ventas. Su nombre ha sido visto mas recientemente en los rotulos de la serie televisiva Espacio 1999.

Bonfiglioli no se sentia satisfecho con el titulo Science Fantasy, que segun el evocaba una imagen falsa para el publico, ya que un nombre asi se asociaba con la literatura juvenil. De modo que Science Fantasy acabo en el numero de febrero de 1966, y un mes despues nacia la primera edicion de Impulse. Se trataba de una coleccion formada en exclusiva por primeras figuras con relatos especialmente encargados en torno al tema del sacrificio, aunque el punto culminante fue The Signaller (El mas senalado), de Keith Roberts, el primer relato de su serie Pavane.

Impulse 1 fue una edicion magnifica, que suscitaba grandes esperanzas para el futuro.

Por la misma epoca, New Worlds hacia hincapie de manera evidente en el enfoque literario de la ciencia ficcion y su recobrada aceptabilidad. Moorcock deseaba atraerse a las camarillas artisticas y literarias, a los academicos. Este interes por la ciencia ficcion se puso de evidencia con el surgimiento de Science Fiction Horizons, revista ajena a la novelistica, dedicada a la critica del genero y editada por Brian Aldiss y Harry Harrison. Tal vez se adelantaba a su tiempo. Su distribucion fue practicamente nula, y la publicacion solo vio dos numeros, con meses de diferencia entre ambos. Sin embargo, dio la alerta sobre lo que se avecinaba.

La primera New Worlds en formato de bolsillo adopto un enfoque similar, presentando un articulo de J.G. Ballard sobre el discutido exponente de la nueva literatura William S. Burroughs.

Moorcock imprimio rapidamente obras que, pensaba, solo New Worlds podia publicar. Su esposa, Hilary Bailey, colaboro con un sorprendente retrato de una posible Inglaterra dominada por los nazis, The Fall of Frenchy Steiner (La caida del afrancesado Steiner) (julio de 1964), y E. C. Tubb con una descriptiva secuencia de alucinacion causada por drogas, New Experience (Nueva experiencia) (septiembre de 1964). Pero, sin lugar a dudas, la narracion mas polemica de aquellos primeros numeros fue la titulada I Remember, Anita… (Yo recuerdo, Anita…), de Langdon Jones, que pormenorizaba sobre el sexo y el amor en un futuro devastado por las armas nucleares y que provoco un diluvio de cartas de los lectores. La seccion de correspondencia se convirtio en un campo de batalla para los que estaban a favor o en contra del sexo en la ciencia ficcion. De forma espontanea, llegaron a la revista mas narraciones de ese tipo, y la revolucionaria bola de nieve de Moorcock se echo a rodar. En un principio, la mantuvo bajo control. En la siguiente decada, la veria explotar en todas direcciones.

New Worlds incremento rapidamente sus ventas, y en enero de 1965 recobro su periodicidad mensual (Science Fantasy hizo lo propio un mes despues). Se atrajo a todo un nuevo grupo de autores, Charles Platt, George Collyn, Thom Keyes y David I. Masson, aparte de los ya seguros J. G. Ballard, Brian Aldiss, John Brunner, etc. El numero de octubre de 1965 senalo la vuelta de Bob Shaw al campo de la revista, con una descripcion de posibles hostilidades espaciales, …And Isles Where Good Men Lie (…E islas donde yacen hombres buenos). Shaw se estaba forjando una reputacion como uno de los talentos mas originales de la ciencia ficcion.

Los escritores americanos comprendieron tambien que la ciencia ficcion se emanciparia precisamente en New Worlds. Aunque Estados Unidos se hallaba tambien en plena revolucion, las restricciones editoriales eran mucho mas severas que las padecidas por Moorcock. Muy pronto, Roger Zelazny, Thomas M. Disch y Judith Merrill encabezaron el torrente de talento americano que fue a confluir con los crecientes hallazgos britanicos para dar nacimiento a la denominada «nueva ola».

Dicha ola romperia contra la costa de la ciencia ficcion en 1967, aunque todos los indicios apuntaban ya hacia tal fin en marzo de 1966. Los ultimos anos habian visto un increible brote de nuevos talentos, que aportaban un punto de vista totalmente renovado. Todo comenzaba a hervir. Cuando llegara al punto de ebullicion, la ciencia ficcion jamas volveria a ser la misma.

El bebe del senor Culpeper

Kenneth Bulmer

de Authentic, Abril de 1956

Los anos cincuenta vieron la publicacion de un tipo de relato de ciencia ficcion que no goza hoy dia de tanta popularidad. Se trataba de la narracion nitida, precisa, basada en una simple premisa manipulada con precision por el autor para conducirla a un resultado explosivo. Si bien los escritores americanos cultivaban esta variedad, constituyo en su conjunto un rasgo peculiarmente britanico, Kenneth Bulmer, creador tambien de obras de superior extension, fue uno de sus mejores exponentes.

Henry Kenneth Bulmer nacio en Londres el viernes 14 de enero de 1921. Su interes por la ciencia ficcion solo es igualado por su fascinacion por la historia maritima, un tema que le ha llevado a crear una serie de novelas, firmadas con seudonimo, sobre las guerras napoleonicas. Ambos generos, en apariencia tan dispares, se combinan en ocasiones, como en sus novelas City under the Sea (Ciudad submarina) (1957) y Beyond the Silver Sky (Mas alla del cielo plateado) (1960).

Bulmer participo activamente en el boom de la ciencia ficcion despues de la guerra, editando su propia revista de aficionados. En 1955, actuo como representante oficial de Gran Bretana en la convencion mundial de ciencia ficcion, celebrada en Cleveland. Ha mantenido siempre su relacion con el genero, asistiendo con regularidad a las convenciones britanicas y presidiendo en cierta ocasion la British Science Fiction Association y la British Fantasy Society.

Sus primeras novelas, en colaboracion con A.V. Clarke (no confundir con Arthur C.), aparecieron en 1952: Cybernetic Controller (Inspector cibernetico) y Space Treason (Traicion espacial). Desde entonces, su produccion regular le consagra como uno de los escritores mas activos. Entre sus novelas, se cuentan The Fatal Fire (El fuego fatal) (1960), Defiance (Desafio) (1963), Demons World (Mundo diabolico) (1964), Behold the Stars (Contemplad las estrellas) (1965) y To Outrun Doomsday (Eludir el dia del fin del mundo) (1967).

Colaboro periodicamente en revistas britanicas de ciencia ficcion, a menudo recurriendo a diversos seudonimos, escribiendo tambien numerosos articulos de divulgacion cientifica junto con John Newman, investigador quimico, adoptando el nombre conjunto de Kenneth Johns. Desde la muerte de John Carnell, Bulmer prosiguio la publicacion de la loable coleccion New Writings in SF, cuyos origenes se detallan en la introduccion a este volumen.

Entre la infinidad de contribuciones literarias de Bulmer a las revistas de ciencia ficcion entre 1954 y 1970, he elegido uno de sus relatos mas logrados, que refleja lo que habia de mas ameno en la ciencia ficcion britanica durante la decada de los cincuenta.

El senor Culpeper vivia con un temor mortal a su bebe.

Empujo el nuevo cochecito por las aridas calles suburbanas del domingo por la manana, eludiendo las miradas de admiracion de los transeuntes. Su avispado rostro de habitante de los suburbios londinenses de facciones enjutas, parecia haber sido sumergido en cera que, una vez seca, lo habia dejado rigido e inmovil. El bebe yacia felizmente dormido, con la babeante boca abierta y las gruesas mejillas descansando sobre el almohadon, componiendo una imagen capaz de provocar ronroneos de placer en las ancianas damas de pelo blanco.

Pese a ello, el bebe habia expuesto un panorama tan terrorifico ante los ojos del senor Culpeper que la mente

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