que se rompieron entonces. -Su tono adquirio una subita firmeza-. Pero si procurar que cicatricen las heridas, sin negar el hecho de que mi instruccion y experiencia personal me convierten en el capitan mas apropiado para la nave. El capitan Lesbee y yo vamos a tratar de comunicarnos con la forma de vida inteligente que hemos capturado. Se les permite presenciar la entrevista, aunque nos reservamos el derecho a interrumpir la conexion si lo juzgamos preciso. -Se volvio hacia Lesbee-. ?Que piensa que deberiamos hacer primero, John?
Lesbee se hallaba ante un dilema. Se habia presentado la primera gran duda, la posibilidad de que el otro hombre fuera sincero. Cosa especialmente inquietante puesto que, en tan solo unos minutos, se revelaria una parte de su plan.
Suspiro y se dijo que no podia echarse atras en aquel momento. «Tendremos que poner al descubierto toda esta locura. Solo entonces estaremos en condiciones de empezar a considerar el acuerdo como algo real», penso.
– ?Por que no sacamos al prisionero a fin de verle mejor? -propuso con voz firme.
Mientras el rayo tractor alzaba a Dzing, apartandole asi de las energias que habian eliminado sus ondas de pensamiento, el karniano entro en contacto telepatico con Alta III.
«He sido encerrado en un espacio confinado, cuyo metal posee barreras energeticas contra la comunicacion. Ahora tratare de percibir y evaluar la condicion y objetivos de esta nave…»
En aquel punto, Browne estiro la mano y cerro el intercomunicador. Ya sin otros ojos que les observasen, se volvio acusador hacia Lesbee.
– ?Por que no me ha informado de que estos seres se comunican por telepatia?
Su voz sono amenazadora. En su rostro aparecio un rubor indicativo de su colera.
Era el momento del descubrimiento.
Lesbee vacilo. Luego, se limito a senalar cuan precaria habia sido la relacion entre ambos. Concluyo con franqueza:
– Pense que, manteniendolo en secreto, lograria permanecer con vida un poco mas, cosa que usted no se proponia cuando me envio en la nave exploratoria como sacrificable.
– Pero ?como esperaba utilizar…? -pregunto Browne, con brusquedad. No acabo su frase-. Bueno, no importa.
Dzing estaba transmitiendo de nuevo.
«En muchos aspectos, se trata de un tipo de nave muy avanzada desde el punto de vista mecanico. Los motores de energia atomica estan instalados a la perfeccion. La maquinaria automatica actua de forma magnifica. Existe un enorme equipo energetico y poseen un rayo tractor capaz de contrarrestar todos nuestros artefactos moviles. Pero hay un error en los flujos energeticos de esta nave, algo que carezco de experiencia para interpretar. Voy a facilitar algunos datos…»
Los datos consistieron en diversas medidas de ondas, con toda evidencia, segun dedujo Lesbee, las longitudes de onda de los flujos energeticos implicados en el «error».
– Sera mejor devolverlo a la jaula mientras analizamos el significado de su charla -dijo Lesbee, con repentina alarma.
Browne siguio la sugerencia. Durante el proceso, Dzing transmitia:
«Si lo que sugiere es cierto, estos seres estan a nuestra entera merced…»
En este punto, se interrumpio el contacto.
– Lamento haber cortado la comunicacion, amigos mios.
– Browne habia vuelto a conectar el intercomunicador-. Os interesara saber que hemos logrado sintonizar los impulsos del pensamiento del prisionero e interceptar sus llamadas a alguien situado en el planeta. Eso nos da una ventaja. -Se volvio hacia Lesbee-. ?No esta de acuerdo?
Browne no demostraba ansiedad alguna, en tanto que las ultimas palabras de Dzing habian dejado sin habla a Lesbee.
– ?Me siento muy excitado por esa cuestion de la telepatia! -le dijo Browne, pleno de entusiasmo-. Si lograsemos desarrollar nuestros propios impulsos mentales, constituiria un atajo maravilloso para la comunicacion. Quiza si recurriesemos al principio del dispositivo de aterrizaje por control remoto, que como usted sabe es capaz de proyectar pensamientos humanos a un nivel simple, tosco, cuando las energias ordinarias se ven turbadas por el intenso campo precisado para el aterrizaje…
Lesbee encontro muy interesante la sugerencia, puesto que precisamente tenia en su bolsillo un control remoto para tales impulsos mentales producidos de manera mecanica. Por desgracia, se trataba solo del control de la nave auxiliar. Sin duda seria aconsejable sintonizarlo tambien al sistema de aterrizaje de la gran nave. Un problema en el que ya habia pensado con anterioridad. Ahora Browne le abria el camino hacia una facil solucion.
– Capitan -dijo, manteniendo firme su voz-, permitame programar esos computadores analogicos de aterrizaje, mientras usted prepara el proyecto de comunicacion mediante pelicula. Asi estaremos dispuestos para tratar con el, de una forma u otra.
No suscito, al parecer, ninguna sospecha en Browne, puesto que accedio al instante.
Siguiendo las ordenes de este, varios hombres trajeron un proyector y lo montaron con rapidez en un extremo de la sala. El operador y el tercer oficial, Mindel, que habian entrado juntos, ocuparon los dos sillones contiguos al proyector, se ajustaron las correas y se declararon listos para empezar.
Entretanto, Lesbee llamo a varios hombres del personal tecnico. Solo uno de ellos protesto.
– Pero, John -dijo-, de esa forma nos veremos con un control doble… Y el de la nave auxiliar tendra prioridad sobre el de esta. Eso es bastante anormal.
En efecto. Pero daba la casualidad de que el control que Lesbee llevaba en su bolsillo, el unico capaz de maniobrar con rapidez, correspondia a la pequena nave.
– ?Deseas hablar con el capitan Browne al respecto? -pregunto cortante-. ?Necesitas su visto bueno?
– No, no. -Las dudas del tecnico se desvanecieron en apariencia-. Oi como te nombraban capitan adjunto. Tu eres el jefe. Se hara como deseas.
Lesbee colgo el telefono del circuito cerrado por el que hablaba y se volvio. Fue entonces cuando vio que la pelicula estaba dispuesta y que Browne apoyaba las manos sobre los mandos del rayo tractor. El capitan de la nave le miro con aire interrogativo.
– ?Prosigo? -pregunto.
En el penultimo instante, Lesbee se sintio invadido por la duda. La unica alternativa para los planes de Browne consistia en revelar su propio conocimiento secreto.
Vacilo, atormentado por la incertidumbre.
Le importaria desconectar eso?
Senalo el intercomunicador.
Volveremos a estar con ustedes en un minuto, amigos anuncio Browne a la audiencia.
Cerro la conexion y miro inquisitivamente a Lesbee.
Capitan -dijo este en voz baja-, debo informarle que traje abordo al karniano con la esperanza de usarlo en su contra.
– Bien, esa es una admision franca y abierta -replico blandamente el oficial.
– Lo menciono porque, caso de que usted tuviera motivos similares, deberiamos aclararlo todo antes de proceder con este ensayo de comunicacion.
Un brote de color se esparcio por el cuello y la cara de Browne.
– No se como convencerle -dijo por fin, hablando con gran lentitud-, pero le aseguro que no habia planeado nada en absoluto.
Lesbee contemplo el franco semblante de Browne. De repente, decidio creer en la sinceridad del oficial. Habia aceptado el compromiso. La solucion de una capitania compartida le satisfacia.
Lesbee tomo asiento, experimentando una enorme alegria. Pasaron segundos antes de que comprendiera la esencia de aquella excitacion tan intensa y agradable. Se debia simplemente al descubrimiento de que…, de que la comunicacion daba resultados. Podias decir tu verdad y conseguir que te escucharan…, siempre que dicha verdad tuviera sentido.
Le parecio que su verdad tenia infinidad de sentido. Acababa de ofrecer a Browne la paz a bordo de la nave. Paz a un determinado precio, por supuesto. Pero paz al fin y al cabo. Y en aquella grave contingencia, Browne