musculos, habia ahora una presion uniforme.
Se trataba de la presion que en el pasado habia relacionado con la gravedad. Esperanzado, trato de moverse, y al lograrlo comprendio lo que habia sucedido. La gravedad artificial habia sido desconectada. Al mismo tiempo, la nave habia dado media vuelta dentro de su casco externo. La fuerza motriz venia ahora de abajo, al empuje constante de una gravedad.
En ese momento, metio la mano en el bolsillo donde guardaba el control remoto de aterrizaje automatico… y lo activo.
«Esto deberia provocar los pensamientos de Dzing», se dijo con fiereza.
Pero si Dzing transmitia telepaticamente a sus amos, ya no lo hacia al nivel del pensamiento humano. Lesbee se quedo consternado.
El eter permanecia en silencio.
Se dio cuenta de algo mas. La nave olia de un modo distinto, mejor, mas limpio, mas puro…
La mirada de Lesbee se precipito hacia los indicadores de velocidad, en el tablero de mandos. Las cifras registradas alli resultaban increibles. Indicaban que la astronave viajaba a una buena fraccion de la velocidad de la luz.
Lesbee contemplo con fijeza los numeros, negandose a creer en lo que veia. «No hemos tenido tiempo - penso-. ?Como podemos haber alcanzado tanta velocidad solo en unas horas…? ?Y nos aproximamos a la velocidad de la luz!»
Sentado alli, respirando con dificultad, luchando por recobrarse de los efectos de aquella prolongada aceleracion, experimento la fantastica realidad del universo. Durante aquel lento siglo de vuelo a traves del espacio, la
Visualizo la serie acelerativa que Dzing habia programado con tanta pericia, hasta lograr el cambio a un nuevo estado de materia en movimiento. El «efecto velocidad de la luz», lo habia denominado el robot karniano.
«Y Tellier no fue capaz de descubrirlo», penso.
Todos aquellos experimentos tan penosamente realizados por el fisico, archivando sus resultados, no le habian conducido al gran descubrimiento.
?Un fracaso! Y asi, una nave cargada de seres humanos habia errado durante generaciones por las negras profundidades del espacio interestelar.
Al otro lado de la sala, Browne se puso en pie, vacilante.
– Sera mejor que… vuelva al… sillon de mando -balbuceo.
Habia dado solo unos pasos inseguros cuando la comprension parecio conmocionarle. Fijo una feroz mirada en Lesbee.
– ?Oh! -exclamo.
El sonido surgio de sus entranas, un jadeo que expresaba su horror. Lesbee lanzo sobre el una serie de rayos tractores.
– Si, Browne -dijo-. Se encuentra usted frente a su enemigo. Sera mejor que empiece a hablar. No disponemos de mucho tiempo.
Browne estaba palido. Pero sus labios habian sido dejados en libertad de movimiento.
– Tome una medida que cualquier gobierno legal tomaria en una emergencia semejante -dijo en tono muy seco-. Juzgue un caso de alta traicion de forma sumaria, tardando solo el tiempo preciso para averiguar en que consistia el delito.
Lesbee penso en la otra persona, en esta ocasion Miller, que se encontraba en el puente. Rapidamente, maniobro hasta tener a Browne frente a el.
– Deme su arma -ordeno-. Con la culata por delante.
Libero el brazo del hombre, de forma que pudiera llegar hasta la funda y extraer la pistola. Se sintio mucho mejor en cuanto la tuvo en sus manos. Pero aun se le ocurrio algo mas.
– Quiero verle encima de la jaula -dijo con aspereza-. Y no deseo que interfiera el primer oficial Miller. ?Me ha entendido,
No hubo respuesta en la pantalla.
– ?Por que encima de la jaula? -pregunto Browne con ansiedad.
Lesbee no contesto. Manipulo en silencio el control del rayo tractor hasta situar a Browne donde queria. En aquel momento, dudo. Una cosa le inquietaba. ?Por que habian cesado los impulsos mentales del karniano? Tenia la terrible sensacion de que algo iba muy mal. Trago saliva.
– ?Levante la tapa! -grito.
Libero de nuevo el brazo de Browne. El corpulento individuo estiro la mano con cautela y cumplio lo ordenado. Luego, se aparto un poco y miro a Lesbee con aire interrogativo.
– Mire al interior -exigio este.
– No pensara ni por un momento que…
Browne se interrumpio para atisbar el interior de la jaula. Dejo escapar un grito:
– ?Se ha escapado!
6
Lesbee discutio con Browne la desaparicion.
Hacerlo supuso una abrupta decision por su parte. No se consideraba capaz de meditar por su cuenta la cuestion de adonde habia pasado Dzing.
Empezo por senalar los indicadores en que se computaba la inmensa velocidad de la luz y a continuacion aguardo a que Browne asimilara los datos.
– ?Que sucedio? -se limito a preguntar despues-. ?Adonde se ha ido? ?Y como hemos podido acelerar hasta trescientos mil kilometros por segundo en tan poco tiempo?
Bajo al hombreton al suelo y aflojo en parte la tension del rayo tractor, aunque no del todo. Browne parecia meditar profundamente.
– Bien -dijo por fin-. Se lo que ha sucedido.
– Expliquemelo.
– ?Que piensa hacer conmigo? -pregunto Browne, cambiando de tema de modo deliberado.
Lesbee le contemplo, incredulo, durante un instante.
– ?Va a negarse a facilitar la informacion? -inquirio.
– ?Y que quiere que haga? Mientras no sepa que suerte voy a correr, no tengo nada que perder.
Lesbee contuvo un violento impulso de levantarse y pegar a su prisionero.
– En su opinion -pregunto-, ?resulta peligroso este retraso?
–
– Escuche, no hay necesidad alguna de que siga conspirando. Lo que usted desea en realidad es volver a casa, ?no? ?No comprende que con este nuevo metodo de aceleracion podemos volver a la Tierra en pocos
Y se quedo callado, aparentando una momentanea confusion.
– ?A quien trata de enganar? -replico furioso Lesbee-. ?Meses! Estamos a doce anos-luz de la Tierra en distancia real. Querra decir anos, no meses.
– De acuerdo, unos anos. Al menos, no sera toda una vida. Asi que, si promete no volver a conspirar contra mi, le prometo a mi vez…
– ?
El subito intento de chantaje por parte de Browne le habia desconcertado. Sin embargo, el sentimiento pasajero de derrota habia desaparecido. Sabia, con ira inflexible, que no iba a soportar mas absurdos.
– Senor Browne, veinte segundos despues de que yo acabe de hablar, empiece a hacerlo usted. De lo contrario, le aplastare contra esas paredes. ?Y no bromeo!