– Me sorprende que alguien se diera cuenta de que no estaba.

– Oh, todo lo contrario. Eres mas conocido de lo que crees. Las especulaciones no terminan. Incluso los vendedores de pescado de los mercados hablan de la inexplicable desaparicion del Sabueso y su hijo; al menos eso me han dicho mis esclavos. Roma ha estado llena de todo tipo de extranos sucesos y rumores extravagantes este ultimo mes. Tu desaparicion solo ha sido uno mas.

– Pero ?mi familia esta bien? -Ya habia hecho esta pregunta mas de una vez.

Tiron me contesto pacientemente.

– Muy bien. Antes de abandonar Roma, fui de visita a tu casa para preguntar si habia noticias tuyas. Todos disfrutaban de buena salud…, tu mujer, tu hija, tu nuera y los ninos. Estaban muy preocupados por vosotros, por supuesto…

Eco sacudio la cabeza.

– ?Deberiamos ir a Roma en seguida, papa, en lugar de estar aqui atiborrandonos de comida!

– Ni hablar -dijo Ciceron. Hizo una sena a un esclavo para que volviera a llenarme la copa de vino aguado y me trajera mas comida-. No teneis ni idea del aspecto andrajoso que teniais cuando os encontramos esta manana. Por fortuna, la ciudad de Arimino tiene buenos banos, de ahi que hayamos conseguido que os banaran y afeitaran. Y esta posada tiene buena comida, asi que tambien os hemos podido alimentar. Ahora empezais a parecer de nuevo seres humanos. Y no os aconsejo que salgais corriendo a Roma. Necesitais descanso y recuperacion, buena comida, aire del campo y luz del sol, aparte de la seguridad de viajar en compania de hombres armados. ?Oh, no! Insisto en que os quedeis conmigo, al menos hasta que lleguemos a Ravena manana.

Ciceron nos habia explicado que iba a ver a Julio Cesar en su cuartel general de invierno de Ravena. Todavia no sabiamos por que. Tiron y el habian abandonado Roma cuatro dias antes; una pequena informacion que Eco habia recibido con gran regocijo, citandola como prueba de que sus recuerdos de un viaje de cuatro dias al principio de nuestra cautividad habian sido exactos. Ademas, su recuento de los dias y mis calculos de la fecha resultaron ser correctos; faltaban seis dias para los idus de marzo y habian pasado setenta y dos dias desde la muerte de Publio Clodio. Habiamos estado prisioneros durante cuarenta y cuatro dias en las afueras de Arimino, donde termina la parte norte de la Via Flaminia y la nueva Via Popilia continua hacia el norte, hacia Ravena.

– ?De que mas hablan en Roma? -dije-. Los vendedores de pescado, me refiero. Que los mercados esten abiertos me parece una buena senal.

– Si, las cosas se han tranquilizado bastante en Roma desde vuestra… desgracia. El Senado autorizo a Pompeyo a reclutar tropas para mantener el orden y han hecho un buen trabajo. Ha habido algunos enfrentamientos entre soldados y civiles y algun pequeno incendio provocado pero, en su mayoria, el orden ha sido restablecido.

– ?Y los comicios?

Ciceron puso mala cara. ?Mala digestion o politica?

– La cuestion de los comicios se esta volviendo cada vez mas… problematica. Insostenible, de hecho. Imaginatelo; ha habido trece regentes desde Lepido y todavia no hay comicios. Eso se ha acabado. Pocos dias antes de que Tiron y yo abandonaramos Roma, el Senado decidio hacer consul unico a Pompeyo durante lo que queda de ano. -Su voz se convirtio en un susurro seco. Tosio y cogio la copa de vino. La cancelacion de los comicios consulares tenia que haber significado un gran fracaso personal y politico para el. ?Que iba a ser ahora de su campeon, Milon? ?Volveria a normalizarse el proceso electoral alguna vez?

Ciceron se aclaro la garganta y continuo.

– Ha habido grandes disputas y maniobras en el Senado, como puedes imaginar. -Hizo el comentario sin saborearlo. Ciceron habia hecho mucho por mejorar mi lamentable aspecto, pero empezaba a pensar que el tambien parecia bastante cansado y ojeroso-. Primero, los clodianos trataron de que Milon dejara en libertad a sus esclavos para interrogarlos. Milon se anticipo a todos, ?eh, Tiron? Libero a los esclavos con el tiempo suficiente para que ni siquiera el Senado pudiera atraparlos y torturarlos en busca de pruebas. Nosotros contraatacamos con una denuncia para que Fulvia entregara a los esclavos de Clodio con objeto de que los torturasen e interrogasen. Ella y su familia no se preocuparon mucho por el asunto. -Ciceron sonrio con desgana ante su pequeno triunfo-. Desde que Pompeyo se convirtio en consul, los clodianos han estado tratando de forzar una investigacion especial sobre la muerte de Clodio. Lo que quieren es un juicio espectacular en el que Milon sea crucificado como un esclavo, algo dramatico y exagerado. Luego asegurarian que la ofensa de Milon fue tan espectacular que el Senado tuvo que aprobar una ley especial solo para su caso. Ellos propusieron esta investigacion y nosotros contraatacamos con una legislacion adicional que condenara especificamente el incendio de la Curia y el ataque a la casa del interrex Lepido. De esta manera, los tres incidentes habrian sido condenados de igual forma a los ojos de la ley y todos los malhechores habrian sido procesados por las mismas faltas. ?Oh, a los clodianos no les gusto el cariz que tomaba aquello! ?No, no, no! ?Ellos esperaban que alguien fuera destruido por la muerte de su querido jefe, pero pensaban que podian quemar medio Foro sin pagar por el delito! Bien, ya veremos, ya veremos…

Ciceron echo la cabeza atras y entorno los ojos. Pense que habia bebido demasiado. Nunca habia visto a Ciceron ebrio. Arrugo la nariz.

– Mientras tanto, Pompeyo tenia sus propias ideas para resolver el asunto. Aparecio con un paquete de leyes nuevas; estas acelerarian los juicios y pondrian fin a la sedicion, dijo. ?La idea que Pompeyo tiene de ley y orden es facilitar la condena de un hombre e infligirle castigos mas severos, sin importar si es culpable o no! Algunas de sus reformas, llamemoslas asi, son completamente absurdas. Juicios mas cortos, dice; esa es la respuesta: no podemos permitirnos el lujo de que un orador se tome el tiempo que necesite para preparar una defensa irrefutable. ?Se acabo este sinsentido de que el acusador y la defensa se tomen un dia entero cada uno para soltar sus discursos! A partir de ahora, el acusador tendra dos horas y la defensa tres. Me imagino a un defensor en mitad de su discurso cuando se acabe el tiempo y le obliguen a cerrar la boca. ?Y los testigos! Los testigos declararan al principio y no al final, antes de los discursos, no despues. ?Con lo cual, los testigos seran el centro de atencion del juicio y los discursos un mero anadido! Pompeyo nunca ha sido un buen orador. Desconfia de la oratoria asi que quiere prescindir de ella, despedirla. Dar tanta importancia a los testigos es una locura…, cualquiera con dos dedos de frente sabe que muchos testigos mienten, son indignos de confianza o han sido sobornados. ?Y nada de informadores de la conducta! Pompeyo ha prohibido los informadores de la conducta. No importa que un hombre pueda conseguir que medio Senado declare a favor de sus buenas cualidades; tal testimonio es ahora improcedente. El jurado sera elegido de una lista de nombres escogidos por Pompeyo. ?Escogidos por un solo hombre, ni siquiera por dos, porque solo tenemos un consul que, ademas, ni siquiera ha sido elegido por los ciudadanos!

Tiron apoyo una mano en el codo de su viejo amo, pero Ciceron se la sacudio de encima.

– Se lo que estoy diciendo. Y no estoy borracho. Solo estoy cansado, muy cansado. No me gustan los viajes. Ademas, Gordiano aprecia la franqueza. ?Verdad, Gordiano? Ah, pero olvidaba que ahora eres uno de los hombres de Pompeyo, ?no?

– ?Que quieres decir?

– Es inevitable no ver a los guardias que han estado custodiando tu casa el ultimo mes. Son hombres de Pompeyo, ?no es cierto?

– Quiza -dije, molesto por el interrogatorio de Ciceron aunque satisfecho al saber que Pompeyo habia mantenido su palabra-. Eso no quiere decir que sea hombre de Pompeyo.

Ciceron observo su copa y parpadeo.

– Gordiano, nunca he pretendido entender tus volubles alianzas. Por lo que se, estas espiando a Pompeyo, no para el y, de alguna manera, te las has arreglado para que proteja a tu familia mientras lo haces.

– Estabas hablando de las reformas de Pompeyo -dije para cambiar de tema.

Ciceron prorrumpio en una sonora carcajada. ?Cuanto vino habria bebido?

– Eso hacia. ?Sabes cual es la reforma del Grande que mas me gusta? La brillante innovacion para cortar los sobornos de raiz. ?Si un hombre es acusado de soborno, puede conseguir el perdon a condicion de que pueda acusar a otros dos hombres de soborno! Pronto, todo el mundo en Roma estara en un circulo senalando con dedo acusador al hombre que este a su lado. Es una manera de mantener a todo el mundo ocupado mientras la Republica se aleja de nosotros. Es absurdo, es una burla de la ley. Pero Pompeyo nunca ha entendido la ley,

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