uniforme de futbol americano, sujetando un balon; era del instituto Miami High. Se giro y sobre su mesa vio una mezcla desordenada de textos juridicos, investigaciones e informes del departamento de policia. Vio sus notas sobre el asesinato de Sophie Millstein.

Siguio moviendose con sigilo, desnuda, a la luz de la luna.

– ?Quien eres, Walter Robinson? -susurro para si.

Como si pudiera encontrar algun papel, algun documento, que se lo explicara. Fue hacia la cocina y sonrio al examinar el surtido de cervezas frias y fiambres tipicos de un soltero que habia en los estantes. Volvio al salon y se fijo por primera vez en una acuarela colgada de una pared. Se acerco y vio que el artista habia dibujado una extension de oceano iluminado por el sol, pero a lo lejos habia formado unos nubarrones que conferian una sensacion de amenaza a todo el cuadro. Era dificil distinguir en la penumbra la firma del artista, asi que se inclino hacia la acuarela y leyo dos iniciales: «W. R.» Estaban en una esquina, medio escondidas justo donde los colores cambiaban de claros a oscuros.

Sonrio y se pregunto donde guardaria el caballete y las pinturas.

Regreso al dormitorio y se deslizo bajo la sabana, a su lado. Respiro hondo para inhalar los olores del intercambio amoroso y cerro los ojos con la leve esperanza de que habria otras noches como la que se iba transformando en manana a su alrededor.

Robinson dudo antes de tocarla, y despues, con un solo dedo, le aparto un mechon de pelo de la frente.

– Espy -susurro mientras le movia con suavidad el hombro-, vamos a llegar tarde. Ya es de dia.

– ?Como de tarde? -pregunto sin abrir los ojos.

– Son las ocho y media. Tarde.

– ?Tienes prisa, Walter? -Seguia con los ojos cerrados.

– No -respondio el con una sonrisa-. Algunas mananas puedes tomarte las cosas con calma.

Ella alargo ambos brazos, como imitando a un ciego que tantea el aire, hasta que encontro los suyos y lo atrajo hacia ella.

– ?Tenemos tiempo?

– Seguramente no -contesto el a la vez que retiraba la sabana y se apretujaba contra ella.

Despues se ducharon y se vistieron deprisa. El preparo cafe y se lo ofrecio. Ella dio un sorbito e hizo una mueca.

– Dios mio, Walter. ?Que asco! ?Es instantaneo?

– Pues si. No se me da demasiado bien la cocina.

– Bueno, tendremos que pararnos a tomar un buen cafe cubano de camino al Palacio de Justicia.

– ?Quieres que te lleve a tu casa para recoger tu coche?

– No. Llevame al trabajo.

Robinson vacilo y despues senalo alrededor con un gesto del brazo. Fue un movimiento indefinido para expresar unas palabras que eran dificiles de pronunciar.

– Bueno -comento por fin-. ?Cuando podemos…? Quiero decir que me gustaria…

– ?Que volvieramos a vernos? -sonrio ella.

– Correcto.

– No se, Walter. ?Iremos a alguna parte con esto?

– Yo quiero ir mas lejos -respondio Robinson.

– Yo tambien.

Se sonrieron como si hubieran sellado alguna clase de acuerdo.

– Manana, pues -dijo Robinson-. Hoy tengo turno hasta tarde.

– Muy bien.

Bromearon y rieron la mayor parte del trayecto hasta la fiscalia. Se pararon a tomar un cafe y una pasta, lo que les parecio muy divertido. Un cormoran paso volando bajo por delante del coche cuando circulaban por la carretera elevada, lo que les parecio divertidisimo. El trafico de media manana tenia un aire alegre y divertido. Cuando pararon delante del Palacio de Justicia, apenas podian contener las risitas.

Espy bajo del coche y se inclino hacia la ventanilla.

– ?Me llamaras?

– Por supuesto. Esta tarde. No quiero olvidarme del senor Jefferson. Ya deben de tener los resultados de las otras huellas dactilares. Te llamare para comentarte el informe de Harry Harrison.

– Unidos por Leroy Jefferson. Si lo supiera…

– Me pregunto que diria -comento Robinson tras soltar una carcajada.

Se miraron un instante, sintiendo lo mismo, que estaban en la linea de salida de algo. Y en medio de ese silencio oyeron que alguien la llamaba por su nombre.

– ?Espy!

Ella se giro y Robinson se inclino hacia el asiento del pasajero para ver quien gritaba. Y en lo alto de la escalinata del enorme Palacio de Justicia vieron la figura larguirucha de Thomas Alter, que los saludo con la mano y bajo los peldanos de dos en dos.

– Hola, Walt, que suerte encontrarte aqui.

– Hola, Tommy. ?Has soltado algun asesino hoy?

– Yo tambien me alegro de verte. Todavia no. Pero nunca se sabe, aun es temprano. -Sonrio de oreja a oreja.

– Dime, Espy, ?habeis preparado el caso? ?Vais a apretarle las clavijas a Jefferson?

– Ya sabes la politica de la fiscalia sobre las conversaciones, Tommy. Tienen que ser formales, con taquigrafo. Pero extraoficialmente puedo decirte que te va a costar llegar a algun acuerdo, especialmente con Lasser. No le gusta que estrangulen a ancianas, le estropea el dia. Asi que me da la impresion de que sera imposible. Totalmente imposible.

– ?De verdad?

– Ya me has oido.

No parecio que la noticia lo afectara.

– Bueno, imagino que no os gustara ver esto, entonces. -Saco un fajo de papeles del maletin.

– ?Que es? -pregunto Robinson. Habia salido del coche para ponerse al lado de la ayudante del fiscal.

– La prueba del poligrafo -respondio Alter con brusquedad.

– ?Y?

– ?A que no sabeis que?

– Ve al grano, Tommy. ?Que quieres decirnos?

– Quiero deciros que, en esta prueba concreta, mi cliente no mostro signos de engano. Ninguno. ?Y sabeis que le preguntamos?

– ?Que?

– Una pregunta clara y sencilla: «?Mato usted a Sophie Millstein en su casa?» ?Y adivinais que? Dijo que no, y la maquina indica que respondio la verdad.

– ?Sandeces! -exploto Robinson-. Se puede enganar a esas maquinas.

– Bueno -contesto Alter-, imagine que dirias eso. Asi que utilice la misma empresa que utiliza la fiscalia, y tambien tu departamento: Vogt Investigations. ?Cuanto tiempo hace que Bruce y su maquina magica trabajan para vosotros?

– ?Tonterias! Me da igual que haya pasado la prueba, sigue…

– Todavia no has pasado por el departamento, ?verdad, chico?

– No.

– Has estado ocupado, ?eh? -Y sonrio de oreja a oreja a Espy.

– Todo esto son tonterias, Tommy -estallo esta, furiosa-, y tu lo sabes. ?Pasar la prueba del poligrafo no significa nada! No sirve de prueba. No es nada. Asi que deja de decir tonterias…

– Esta manana llego un informe interesante al departamento de Homicidios de South Beach -prosiguio Alter, sin prestar atencion al enojo que reflejaban las caras de la fiscal y el inspector-. La clase de cosa que te hace pensar si podria haber algo mas extrano en este mundo…

– Corta el rollo, Tommy, antes de que te de un punetazo.

– ?De que hablas, Tommy? ?Que informe?

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