indecisa.
Pero no la Sombra.
Volvio a hablar mentalmente con su presa:
«Asi que ya te has ido, has escapado. Seguro que estas preocupado porque ahora sabes que no soy como Sophie o los demas, sino que me parezco mas a ti. Y es probable que esta idea no te deje dormir esta noche, pero tambien hara que tengas mas cuidado la proxima vez. Y que decidas que tal vez la proxima victima deberia ser alguien mas facil, ?verdad? Pero estaras preocupado, ?quiza por primera vez en cuantos anos? Preocupado de verdad, porque sabras que se algo sobre ti, y esto es lo que mas te asusta, ?no es asi? Pero te tranquilizaras pensando que sigues oculto, que no se tu nombre ni tu cara. Tu anonimato esta intacto, y esto te permitira finalmente conciliar el sueno sabiendo que tu seguridad no esta amenazada. Lo que no sabes es que pronto voy a quitarte tambien eso.»
Simon Winter asintio, casi como si se felicitara.
«Estoy empezando a conocerte», penso.
Pero su satisfaccion fue efimera, porque se dio cuenta de que la Sombra tambien sabia ahora otro tanto sobre el.
Walter Robinson tenia varios mensajes esperandolo cuando volvio a su mesa en el departamento de Homicidios. Les echo un vistazo rapido. Unos cuantos tenian que ver con otros casos pendientes en los que trabajaba. Habia uno de Mark Galin, del
La fiscal sonaba grogui cuando contesto el telefono.
– ?Espy? Soy Walter. ?Estabas dormida?
– No -mintio la joven-. Bueno, puede que un poco. ?Donde estas?
– En mi mesa. Perdona. No deberia haberte despertado.
– No pasa nada. -Se estaba desperezando, tendida en la cama, como un gato que despertara en un estante banado por el sol-. Intente hablar contigo antes. ?Donde estabas?
– Fui a conocer mejor al senor Winter. Es un hombre interesante.
– ?Es perspicaz?
– No podria serlo mas. Deberias ver su hoja de servicios. Todo son distinciones y condecoraciones. Creo que hemos logrado elaborar un plan. ?Y a ti, como te ha ido?
– Jefferson tendra su trato manana por la manana. Lo mas rapido y sencillo que pueda. Plis, plas y a la calle, para no tener que estarme demasiado rato viendo como Tommy Alter se da palmaditas en la espalda por haber podido representar por fin a alguien que es mas importante vivo que consumiendose en el corredor de la muerte. Entonces, en cuanto termine la vista, sera todo tuyo. ?Te reuniras alli conmigo?
– Oh, si -vacilo Robinson-. Claro.
– ?Que sucede? -pregunto la joven, incorporada en la cama.
– Supongo que me esta bajando la adrenalina -sonrio el-. ?Sabes que? Estoy tan acostumbrado a trabajar hasta altas horas de la madrugada que se me olvida que los demas no estan tan activos a media noche. Quizas en mi proxima vida deberia reencarnarme en un vampiro o en un hombre lobo, y aullar a la luna. Algo que merodee por ahi despues del anochecer. Bueno, olvidalo. Nos veremos alli por la manana.
– ?No habia una pelicula de terror sobre…?
– Si. Se titulaba
– No -dijo Espy en voz baja-. Ibas a decir algo. ?Que era?
Robinson vacilo otra vez y se encogio de hombros. Se dijo que caerse desde lo alto de un acantilado era mas facil si saltabas.
– Bueno -respondio despacio-. Ya se que es tarde, pero se me habia ocurrido que tal vez podria llevarte en coche. Por la manana, me refiero. -Se detuvo con cierto embarazo, y anadio-: Oh, mira, olvidalo. Ya nos veremos manana o el fin de semana. Podre mantener la libido a raya hasta entonces. Es tarde. Vuelve a dormirte.
Espy se habia sentado en la cama y buscaba un cepillo con una mano mientras sujetaba el telefono con la otra.
– No puedes venir aqui -solto. Se imagino a sus padres dormidos o, aun mas probable, intentando escuchar a traves de las finas paredes que separaban los dos duplex-. No me preguntes por que, porque es complicado y tiene que ver no con quien somos, sino con quien podriamos parecer ser.
– Me he perdido.
– Vale. Ire a tu casa.
Robinson, que dudaba entre su sentido practico y su deseo, vacilo:
– Quiza no deberias. Tienes que estar fresca por la manana, para poder sacar el latigo.
– No sabia que te iban estas cosas. -Rio.
El sonrio.
– Walter -anadio ella despacio, mientras empezaba a cepillarse el pelo-. Quiero decirte algo.
– Adelante.
– Acatamos muchas reglas y normas. En eso consiste nuestro trabajo: hacer cumplir las normas. Policia y fiscal. Y en mi familia siempre hubo expectativas, que son exactamente lo mismo que las normas. La hija cumplidora que ocupa el lugar del hijo asesinado… -Inspiro hondo y prosiguio-: Asi que puede que, en cierto sentido, tu, quien eres, y yo, siendo yo, bueno, nos salimos un poco de la norma razonable. Y si quiero ir a tu casa y estar contigo, creo que esta bien, aunque no es correcto y razonable. Lo que es razonable es gozar de una buena noche de descanso. Bueno, a lo mejor no quiero lo razonable todo el tiempo. A lo mejor lo que quiero es algo muy diferente. -Se detuvo-. Dios mio -silbo despacio-. Menudo discurso. Deberia reservar todo eso para el juez. ?Tenia algo de sentido lo que he dicho?
Robinson queria decir: «Mas de lo que podria haber esperado jamas.» Pero en cambio contesto:
– Te estare esperando. Date prisa, por favor.
Asi que Espy se dio prisa.
20 El hombre liberado
Espy dejo a Walter dormido en su cama. Este habia pasado toda la noche dando vueltas, y en una ocasion habia pronunciado en voz alta un nombre que ella no reconocio, antes de volver a sumirse en un sueno profundo. Se aparto de su lado sin hacer ruido, se vistio en silencio a la tenue luz matinal y acto seguido salio con los zapatos en la mano al pasillo del edificio. El hecho de abandonarlo asi, como si fuera una ladrona halconera que le habia robado una noche de pasion, le produjo la sensacion de haber conseguido un logro, se sintio impredecible y tal vez un poquito misteriosa, y eso le gusto.
Pero para cuando llego al Palacio de Justicia, situado en el centro de la ciudad, ya habia abandonado aquellas sensaciones en favor de la actitud de dureza que iba a necesitar para la audiencia de aquella manana. Aparco el coche y cruzo el estacionamiento presurosa, los tacones resonando con determinacion en el asfalto, con pasos decididos y orientados, lo cual le daba el aire de quien no solo sabe adonde va, sino que ademas no piensa tolerar ninguna desviacion de su ruta. Saludo con la cabeza a otros abogados y personal del juzgado y se dirigio al interior del edificio; si no estaba exactamente deseosa de enfrentarse a la tarea que la aguardaba, por lo menos si estaba preparada para aceptarla y seguir adelante.
La escalera mecanica la dejo en el centro de la cuarta planta, en medio de una multitud que esperaba frente a las puertas de entrada de las ocho salas de tribunal. De vez en cuando asomaba por una de ellas un alguacil para llamar a alguien con voz exasperada. Habia diversos letrados rodeados por corros de personas; acusados acompanados de sus familiares que lucian expresiones de ansiedad o preocupacion; policias uniformados y policias de paisano bebiendo cafe en vasos de plastico, aguardando su turno. El pasillo era un mar de gente que habia acudido a diferentes casos, individuos llenos de miedo, dudas, asco, rabia, una cacofonia de emociones. Oyo
