– ?Y hubo quien se puso en camino y no llego? -pregunta de pronto el Escritor.

– Si que hubo. Yo tambien fui, pero no llegue.

– ?Y para que iban? -pregunta el Profesor.

– Cada cual a lo suyo… Principalmente por el dinero, claro. ?Crees que no se para que vas tu? ?Quieres que lo diga? No te admitieron en la expedicion y tu has decidido demostrar que se equivocaron. ?Y haces bien! ?Entiendes? Quieres arreglar tus asuntos personales, hacer algiun descubrimiento para dejarlos a todos con la boca abierta. Que digan: mirale, resulta que nuestro Profesor es un hombre de valia. Vayan y denle el Premio Nobel!

– Bueno, ?y usted? ?A que va usted?

El Guia calla un rato contrariado.

– Yo tengo mis asuntos… familiares.

– ?Como el Zorro? -pregunta bajito el Profesor.

El Guia se vuelve bruscamente y lo mira, pero el Profesor yace con los ojos cerrados, cruzados los brazos tranquilamente sobre el pecho.

– No me compares con e1 -pronuncia el Guia en tono amenazador-, Tu no lo conocias, no lo viste nunca y a mi tampoco me conoces. Conque no hay que compararnos.

– Nadie conoce a nadie -dice el Profesor sin abrir los ojos.

– Dejelo, ya esta bien. -dice irritado el Escritor-. Con lo que sale: ?nadie conoce a nadie! ?Ni que fuera el binomio de Newton! Asuntos familiares… Perdio los cuartos en las carreras, en casa no tiene nada de comer, no quiere trabajar porque es un lumpen de nacimiento… amigo de pimplar y de jugar a las cartas… Y la mujer, claro, es una zarrapastrosa y una bruja, siempre dando lata y pidiendo dinero… y un.monton de hijos, todos unos bandidos que no salen de la comisaria… ?Nadie conoce a nadie! ?Con lo que sale!

Durante toda esta opinion el Guia se ruboriza, intenta decir algo, interrumpir, pero no puede. Y solamente cuando el Escritor se calla, profiere por fin…

– Mas eres tu… Pero ?como puedes decir eso de mi? ?Que sabes tu de mi? Tu eres un escritorzuelo de mala muerte, vendido al mejor postor… Tu deberias escribir en las paredes de los retretes, gorron… Y mi hija, ?que sabes tu? Tullida de nacimiento, ?eso tu lo sabes? ?Yo iba por la Zona, y ella lo esta pagando! ?Es una criatura, pero la hacen rabiar porque esta ciega y anda con muletas! Todo lo que traia de la Zona lo gastaba en medicos, pero ellos no prometen nada. ?Buenos profesores estan hechos! ?Como ustedes!… ?Ah, para que hablar contigo, pendejo!

Se levanta bruscamente y desaparece tras el cerro.

– No debia haberle dicho eso -dice el Profesor.

– ?Por que? Vamos a ver, ?por que? Todo lo que dice es mentira. Lo acaba de inventar. ?Le veo el juego!

– No, no. Yo lo conozco hace tiempo. Su biografia es de miedo. Se hizo stalker siendo un chiquillo, estuvo varias veces en la carcel, se echo a perder, y es cierto que la hija es mutante, -una victima de la Zona-, como dicen los periodicos. Hace varios anos trabajo de laborante en mi Instituto, de manera que yo…

– De todos modos miente. No se trata de la hija. Lo de la hija se le ha ocurrido ahora por primera vez en la vida. Simplemente al lumpen no le gusta que le llamen lumpen. Necesita que lo traten con miramientos, que le sirvan en bandeja nobles sentimientos… El conde, arrojando el guante, se alejo altivamente. Pero volvera a casa con un saco, lleno de dinero, lo vera…

– Se nota que tiene buena mano. Bueno, no es eso.

Pausa. El Profesor se sonrie sarcasticamente:

– Que vuelve con botin, es la fortuna. Que vuelve vivo, suerte la suya. Que le alcanzo una bala de la patrulla, potra que tiene. Y todo lo demas, el destino.

– ?Que sapiencia tan desalentada es esa?

– Folklore local. Usted olvida continuamente que estamos en la Zona. En la Zona no se pueden hacer movimientos bruscos ni soltar expresiones asperas.

– Perdon. Pero no me gusta que llenen de mocos filosoficos las cosas mas elementales.

– Bueno…?Pero acaso a usted le gusta algo, hablando en general?

– Antes me gustaba escribir, pero ahora no me gusta nada. Ni nadie.

– ?A usted no se le ha ocurrido nunca lo que sucedera cuando todos crean en este lugar al que vamos? ?Cuando se lancen aqui miles, centenares de miles? -pregunta de pronto el Profesor.

– Hoy ya son muchos los que creen, pero ?como llegar?

– Llegaran, amiguito, llegaran. Uno entre mil, pero llegara. Porque el Zorro llego… Y el Zorro no es el peor. Los hay peores. No necesitan oro ni tienen asuntos familiares. jArreglaran el mundo,mi estimado! Reharan el mundo entero, a su voluntad, todos esos frustrados emperadores de toda la Tierra, grandes inquisidores, fuhrers de toda calana, bienhechores y benefactores… ?Ha pensado usted en eso?

– Con franqueza, no -responde el Escritor.

– Pues pienselo. Por lo que a mi se refiere, yo me inclino a creer en los cuentos de miedo. En los bondadosos no, pero en los de miedo si…

El Escritor, torciendo la boca, mira fijamente al Profesor.

– A pesar de todo, usted no comprende absolutamente nada de la gente -dice por fin-. Otra vez los mocos filosoficos. Claro, es posible que llegue alli a rehacer el mundo entero, pero, en realidad le importa un comino el mundo y lo que quiere son mujeres, quiere aguardiente y cuanto mas dinero mejor… ?Porque les falta imaginacion, Profesor! En ultimo caso, ansiara de todo corazon que a su jefe lo atropelle un automovil… Comprenda de una vez, ?de donde salen todos esos fuhrers? O lo detestan las mujeres, o no lo valoran los criticos, o le huele terriblemente el aliento… Usted, Profesor, se convencera personalmente cuando llegue al lugar… Porque yo a usted tambien lo conozco muy bien. Lo tiene escrito en la cara que ha pensado hacer un bien monstruoso a toda la Humanidad. Otro en mi lugar se habria asustado. Pero yo, ?lo ve?, estoy tranquilo.

– Por mi esta tranquilo -dice el Profesor-. Eso se ve. Nos mide a todos con su propio rasero. No se si de usted saldria un buen politico o socio1ogo… Por mi esta tranquilo. ?Y por usted?

– ?Por mi? Bah, en mis asuntos que no se meta nadie. A mi todo el mundo de ustedes me importa un pito. En todo el mundo de ustedes no me interesa mas que un hombre: este… -El Escritor se senala el pecho con el dedo-. ?Vale algo este hombre o no? ?Esta de sobra en el mundo o a pesar de todo ha modelado su ladrillito de oro…?

– Oiga -dice el Profesor-. No hay que enganarse. Usted tan pronto dice que va alla en busca de inspiracion como en busca de la belleza o de tranquilidad…

– Pero cuando sepa lo que soy tendre tranquilidad, inspiracion y belleza…

– ?Y si se entera de que usted es una porqueria? ?Si se entera de que no so1o no ha modelado su ladrillito de oro, sino que se ha zampado el de otro? ?Bonita tranquilidad!

– Eso, mi querido Einstein, ya no es cosa suya. Dediquese, por favor, a su Humanidad, pero sin mi.

– Si, si, comprendido. A mi lo que me preocupa es otra cosa. A mi me parece que usted simplemente quiere que todos lo dejen en paz y, a ser posible, para siempre.

– ?Palabras de oro!

– He dicho todos y, por lo tanto, tambien yo -dice el Profesor-. Por eso le ruego que piense, de todos modos, para que va usted. ?Pienselo bien! Porque existen miles de millones de seres que no tienen ninguna culpa de que usted sea un mierda.

Regresa el Guia.

– Basta de estar tumbados -dice-. Andando…

PARTE 5. La Zona (3)

Vagan por un camino vecinal cubierto de polvo finisimo. A cada paso El polvo se levanta y pende durante cierto tiempo en el aire, inmovil. A lo largo del camino se prolongan decrepitos postes telegraficos. Hace mucho calor, delante sobre el camino temblequea la colina.

EI Profesor, que va el primero, se detiene de pronto, se vuelve a sus acompanantes y profiere desconcertado.

– Alli hay un auto… Y su motor funciona…

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