chupara de ellas, y se decia que alguno incluso disfrutaba del viaje. Pero no les afectaba la sangre de un humano con el sida, por muy desarrollado que estuviera, ni las enfermedades de transmision sexual o cualquier otra plaga que asolara a la humanidad.

Excepto el sino-sida. En el fondo, el sino-sida no mataba a un vampiro con la misma seguridad que mataba el sida a los humanos, pero los dejaba muy debiles durante casi un mes, durante el cual resultaba relativamente facil atraparlos y aplicarles la estaca. Y en alguna ocasion, si el vampiro se alimentaba mas de una vez de un humano infectado, acababa por morir de verdad (?o era re-morir?) sin necesidad de la estaca. Aunque aun era poco habitual en los Estados Unidos, el sino-sida estaba haciendose fuerte en ciudades portuarias como Nueva Orleans, por las que estaban de paso marinos y otros viajeros de muchos paises con ganas de divertirse.

Todos los vampiros se quedaron helados, mirando a Jerry como si fuera la muerte disfrazada. Y para ellos, en cierto sentido, podia serlo.

El hermoso joven me pillo totalmente por sorpresa. Se giro y me salto encima. No era un vampiro pero era fuerte, y estaba claro que solo se encontraba en las primeras fases de la enfermedad. Me empujo contra la pared. Rodeo mi garganta con una mano y alzo la otra para pegarme en la cara. Yo aun estaba levantando las manos para defenderme cuando alguien retuvo el puno de Jerry y paro su movimiento.

– Sueltale la garganta-dijo Bill, con una voz tan aterradora que me asusto hasta a mi. A esas alturas, los distintos miedos se me acumulaban tan seguidos que no creia que pudiera volver a sentirme segura. Pero los dedos de Jerry no aflojaron su presa, y emiti sin querer un pequeno ruido gimoteante. Mire de lado, y al ver la cara gris de Jerry comprendi que Bill sostenia sus manos, Malcolm lo agarraba por las piernas, y el estaba tan asustado que no podia comprender lo que le pedian.

La sala comenzo a parecerme muy confusa. La mente de Jerry golpeaba contra la mia, era incapaz de mantenerle a raya. Su cerebro estaba bloqueado con visiones del amante que le habia pasado el virus, un amante que lo habia dejado por un vampiro y al que el propio Jerry habia asesinado en un ataque de celos homicidas. Jerry veia que la muerte se le acercaba en la forma de los mismos vampiros a los que habia querido matar, y su venganza no se sentia lo bastante satisfecha con los vampiros a los que ya habia infectado.

Pude ver el rostro de Diane por encima del hombro de Jerry, y estaba sonriendo.

Bill le rompio la muneca a Jerry. Este grito y cayo al suelo. La sangre volvio a llegarme a la cabeza y casi me desmaye. Malcolm recogio a Jerry y lo cargo hasta el sofa con total naturalidad, como si fuera una alfombra enrollada. Pero su expresion no tenia nada de natural; supe que Jerry tendria suerte si moria con rapidez. Bill se coloco delante de mi, ocupando el lugar de Jerry. Sus dedos, los mismos dedos que acababan de romper la muneca de Jerry, masajearon mi cuello con tanta suavidad como habria hecho mi abuela. Me paso una yema por los labios para que comprendiera que debia permanecer en silencio.

Entonces, rodeandome con el brazo, se giro para enfrentarse a los demas vampiros.

– Esto ha sido muy entretenido-dijo Liam. Su voz era tan tranquila como si Janella no le estuviera dando un masaje muy intimo sobre el sofa. No se habia molestado en mover ni un dedo durante todo el incidente, y ahora se le veian tatuajes que no hubiera podido imaginarme nunca en la vida. Hacian que se me revolviera el estomago-, pero creo que deberiamos coger el coche y volver a Monroe. Tendremos que tener una pequena charla con Jerry cuando se despierte, ?no te parece, Malcolm?

Malcolm cargo el cuerpo de Jerry, inconsciente, sobre el hombro, y asintio en respuesta a Liam. Diane parecia defraudada.

– Pero chicos -protesto-, no hemos descubierto aun como lo sabia esta muchachita.

Los dos vampiros masculinos dirigieron simultaneamente su mirada hacia mi. Liam aprovecho justo ese instante para llegar al orgasmo. Si, los vampiros podian hacerlo, estaba claro. Tras un breve suspiro de consumacion, dijo:

– Gracias, Janella. Esa es una buena pregunta, Malcolm. Como siempre, nuestra Diane ha ido directa a la yugular. -Y los tres vampiros visitantes se rieron como si aquel fuera un gran chiste, aunque yo pense que daba miedo.

– No puedes hablar todavia, ?verdad, dulzura? -Bill me apreto el hombro mientras lo decia, como si yo no hubiera captado ya la indirecta.

Sacudi la cabeza.

– Es probable que yo pueda hacerla hablar -se ofrecio Diane.

– Diane, olvidalo- dijo Bill con amabilidad.

– Ah, si. Es tuya -dijo la vampira, aunque no sonaba amedrentada ni convencida.

– Tendremos que proseguir la visita en algun otro momento -dijo Bill, y su tono dejaba claro que los demas tendrian que irse o luchar contra el.

Liam se levanto, se abrocho los pantalones y le hizo un gesto a su hembra humana.

– Vamonos, Janella, nos estan desalojando- los tatuajes de sus potentes brazos ondularon al estirarse. Janella paso las manos por sus costillas como si no tuviera bastante dehttp://bastante.de/ el, que la aparto con tanta facilidad como si fuera una mosca. Ella parecio irritada, pero no tan molesta como hubiese estado yo. Estaba claro que ese tipo de tratamiento no era algo nuevo.

Malcolm recogio a Jerry y lo saco a traves de la puerta principal sin musitar palabra. Si beber de Jerry le habia transmitido el virus, desde luego aun no estaba indefenso. Diane fue la ultima, echandose un bolso al hombro y lanzando una mirada de ojos brillantes hacia atras.

– Entonces os dejare solos, tortolitos. Ha sido divertido, carino-dijo con suavidad, y cerro la puerta tras de si con un portazo.

En cuando oi que el coche arrancaba fuera, me desmaye.

No me habia sucedido en la vida, y confie en que no volviera a ocurrirme, pero me parecia que estaba justificado. Daba la impresion de que me pasaba un monton de tiempo inconsciente cerca de Bill. Era una idea crucial, y sabia que se merecia una reflexion seria, pero no en ese momento. Cuando recupere la consciencia, todo lo que habia visto y oido me volvio a la mente y senti verdaderas arcadas. De inmediato Bill me coloco sobre el borde del sofa, pero logre mantener la comida en mi estomago, tal vez porque habia muy poco que mantener.

– ?Los vampiros actuan asi? -susurre. Tenia la garganta dolorida y magullada en la zona donde habia apretado jerry-. Son horribles.

– Trate de localizarte en el bar cuando descubri que no estabas en casa -dijo Bill, con voz hueca-, pero ya habias salido.

Aunque era evidente que no serviria de nada, comence a llorar. Estaba segura de que para entonces Jerry ya estaba muerto, y sabia que deberia haber hecho algo al respecto, pero no podia callarme cuando estaba a punto de infectar a Bill. Habia tantas cosas en aquella corta escena que me habian entristecido intensamente, que no sabia por donde comenzar a deprimirme. En quiza menos de quince minutos habia temido por mi vida, por la vida (bueno, por la existencia) de Bill, habia tenido que contemplar actos sexuales que deberian ser estrictamente privados, habia visto a mi posible amorcito caer en las garras del deseo de sangre (poner el enfasis en 'deseo'), y casi habia sido asfixiada por un chapero sidoso.

Tras pensarlo dos veces, me concedi permiso total para llorar. Me sente, solloce y me enjuague la cara con un panuelo que me entrego Bill. Senti curiosidad por enterarme de para que necesitaba un panuelo un vampiro, lo que probablemente constituyese un pequeno destello de serenidad, inundado por la marea de lagrimas y nervios.

Bill tuvo el sentido comun necesario para no abrazarme. Se sento en el suelo y mostro la delicadeza de mantener apartada la mirada mientras yo me secaba la cara.

– Cuando los vampiros viven en nidos-comenzo a explicar de manera repentina-suelen volverse mas crueles porque se impulsan los unos a los otros: Siempre estan tratando con otros vampiros como ellos, y asi se convencen de lo lejos que se encuentran de la humanidad. Dictan sus propias leyes. Los vampiros como yo, que viven solos, recuerdan un poco mejor su antigua humanidad.

Escuche su dulce voz, que discurria junto a sus reflexiones mientras intentaba explicarme lo inexplicable.

– Sookie-prosiguio-, nuestra vida consiste en seducir y tomar, y para algunos ha sido asi durante siglos. La sangre sintetica y la reacia aceptacion de los humanos no va a cambiar eso de la noche a la manana, o de una decada a la siguiente. Diane, Liam y Malcolm llevan juntos cincuenta anos.

– Que dulce -dije, con un tono impregnado de algo que nunca habia oido antes en mi misma:

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