la pared habia un viejo sofa cubierto con una afgana de ganchillo.

– Creo que voy a darla vuelta por detras-le dije en voz alta a Rene. El, al otro lado de la calle, se sobresalto como si le hubiera hecho una senal, y yo me aparte del porche delantero. Mis pies barrieron la mustia hierba, amarilla por el polen, y comprendi que tendria que limpiarme las zapatillas y quiza hasta cambiarme los calcetines antes de entrar a trabajar. Durante la temporada de polinizacion del pino, todo se vuelve amarillo. Los coches, las plantas, los tejados, las ventanas, todo se ve impregnado de un fulgor amarillo. Las fuentes y los charcos de lluvia tienen porqueria amarilla en los bordes.

La ventana del bano de Dawn estaba tan alta, para preservar su intimidad, que no pude ver el interior. Habia bajado las persianas del dormitorio, pero no las habia cerrado del todo. Pude ver un poquito a traves de las tablillas: Dawn estaba de espaldas sobre la cama. La ropa de cama estaba esparcida por todas partes, y ella tenia las piernas abiertas y la cara hinchada y descolorida. La lengua le sobresalia de la boca, por la que se arrastraban las moscas.

Pude oir que Rene se acercaba por detras de mi.

– Ve a llamar a la policia-le dije.

– ?Pero que dices, Sookie? ?La ves?

– ?Ve y llama a la policia!

– ?De acuerdo, de acuerdo! -Rene emprendio una rapida retirada.

Cierta solidaridad femenina hizo que no quisiera que Rene viera asi a Dawn, sin su consentimiento. Y mi companera del bar no estaba para consentir nada.

Permaneci con la espalda contra la ventana, sintiendo grandes tentaciones de mirar de nuevo con la inutil esperanza de haber cometido un error la primera vez. Contemple la puerta del adosado de al lado, que apenas estaba dos metros mas alla, y me pregunte como sus inquilinos podian no haber oido su muerte, que sin duda habia sido violenta.

Entonces regreso Rene. Su curtido rostro estaba fruncido por una expresion de profunda preocupacion, y sus brillantes ojos marrones parecian extranamente brillantes.

– ?Podrias llamar tambien a Sam? -le pedi. Sin musitar palabra, se dio la vuelta y se alejo de regreso a su casa. Estaba portandose muy bien. A pesar de su tendencia a cotillear demasiado, Rene siempre estaba dispuesto a ayudar cuando veia que era necesario. Me acorde de cuando habia venido a casa a ayudar a Jason a colgar el columpio del jardin de la abuela, un recuerdo casual de un dia muy distinto al presente.

El otro adosado era igual que el de Dawn, asi que yo estaba justo delante de la ventana de su dormitorio. Aparecio una cara y se abrio la ventana. Una cabeza despeinada asomo por ella.

– ?Que estas haciendo, Sookie Stackhouse? -pregunto con lentitud una profunda voz masculina. Lo mire durante unos segundos hasta que logre al fin situarlo, al tiempo que trataba de no fijarme con excesivo descaro en su esbelto torso desnudo.

– ?JB?

– Claro.

Fui al instituto con JB du Rone. De hecho, algunas de mis escasas citas habian sido con JB, un chico adorable pero tan simple que no le preocupaba que le leyera la mente o no. Incluso en las circunstancias de aquel dia, no pude sino apreciar su hermosura. Cuando tus hormonas han estado contenidas durante tanto tiempo como las mias, no hace falta mucho para ponerlas en marcha. Lance un suspiro ante la imagen de los musculosos pectorales y torax de JB.

– ?Que estas haciendo aqui?-volvio a preguntarme.

– Parece que a Dawn le ha ocurrido algo malo -dije, sin saber si debia contarselo o no-. El jefe me ha enviado a buscarla al ver que no venia a trabajar.

– ?Esta dentro? -JB se limito a salir por la ventana. Tenia puestos unos pantalones cortos, unos tejanos cortados.

– Por favor, no mires-le pedi, interponiendo una mano, y sin aviso previo comence a llorar. Tambien eso me pasaba a menudo ultimamente-. Es tan terrible, JB…

– Oh, cielo -dijo, y (bendito sea su corazon sureno) me rodeo con un brazo y me dio unos golpecitos en el hombro. Si habia cerca una mujer que necesitara ser reconfortada, por Dios que eso seria lo prioritario para JB du Rone.

– A Dawn le gustaba duro-me dijo consolandome, como si eso lo explicase todo.

Puede que asi fuera para algunos, pero no para mi, que tenia poco mundo.

– ?Como duro? -pregunte, rebuscando un panuelo en el bolsillo de mis pantaloncitos.

Alce la mirada y comprobe que JB se sonrojaba un poco.

– Bueno, cielo, le gustaba… uff, Sookie, no tienes por que oirlo.

Tenia sobre mis hombros una extendida reputacion de virtuosa, lo cual resultaba hasta cierto punto ironico. Y en ese momento, hasta poco conveniente.

– Puedes contarmelo, trabajaba con ella-dije, y JB asintio con solemnidad, como si eso tuviera sentido.

– Bueno, cielo, le gustaba que los hombres… bueno, que la mordieran y la golpearan. -JB parecia muy extranado por las preferencias de Dawn. Yo tambien debi de poner cara rara, porque anadio-: Lo se, no se puede entender por que a alguna gente le gustan esas cosas.

JB, nunca dispuesto a dejar pasar la oportunidad de sacar partido, me rodeo con sus dos brazos y prosiguio con las palmadas, pero parecio concentrarse en el punto central de mi espalda (para descubrir si llevaba sujetador) y despues un poco mas abajo. Recorde que a JB le gustaban los traseros firmes.

De la punta de la lengua me colgaban un monton de preguntas, pero se quedaron dentro de mi boca. La policia llego, personificada por Kenya Jones y Kevin Prior. El jefe de policia habia demostrado su sentido del humor al juntar a Kenya y Kevin, o al menos eso penso todo el pueblo, puesto que Kenya media uno ochenta por lo menos, era del color del chocolate amargo, y podia resistir un huracan de pie. Por su parte, Kevin puede que llegara al uno setenta, tenia pecas en cada centimetro visible de su palido cuerpo, y la estructura delgada y sin nada de grasa de un corredor de fondo. Curiosamente, los dos Kas se llevaban bastante bien, aunque habian tenido algunas peleas memorables.

En aquel momento los dos parecian solo policias.

– ?A que viene esto, senorita Stackhouse? -pregunto Kenya-. Rene dice que le ha sucedido algo a Dawn Green. – Mientras hablaba repasaba con la mirada a JB, y Kevin miraba el suelo a nuestro alrededor. Yo no tenia ni idea de por que lo hacia, pero seguro que habia una buena razon policial para ello.

– Mi jefe me ha enviado aqui a enterarme de porque Dawn falto ayer al trabajo y tampoco se ha presentado hoy-les conte-. He llamado a su puerta y no ha respondido, pero su coche esta ahi. Como estaba preocupada por ella, he dado una vuelta alrededor de la casa mirando por las ventanas, y esta dentro. -Senale detras de ellos, y los dos agentes se giraron para contemplar la ventana. Entonces se miraron el uno al otro y asintieron como si mantuvieran toda una conversacion. Mientras Kenya se dirigia a la ventana, Kevin torcio hacia la puerta trasera.

JB se habia olvidado de sus palmaditas mientras observaba el trabajo policial. De hecho, su boca estaba un poco entreabierta, revelando una dentadura perfecta. Por encima de todo deseaba mirar por la ventana, pero no podia abrirse paso a traves de Kenya, que habia ocupado todo el espacio disponible.

Me canse de mis propios pensamientos. Me relaje, deje caer la guardia y escuche los de los demas. De entre todo el clamor, seleccione un hilo y me concentre en el.

Kenya Jones se giro para contemplarnos sin fijarse realmente en nosotros. Estaba pensando en todo lo que Kevin y ella precisaban para mantener la investigacion tan pulcra y clara como les fuera posible a unos agentes de Bon Temps. Estaba pensando que habia oido cosas malas sobre Dawn y su interes en el sexo duro, aunque le daba pena cualquiera que acabara con moscas paseandose por su cara. Ahora lamentaba haber comido ese ultimo donut aquella manana en el Nut Hut, porque podia vomitarlo, y eso la avergonzaria como agente de policia negra.

Cambie a otro canal.

JB estaba pensando que Dawn fue asesinada mientras follaba a lo loco, a solo unos metros de distancia de el, y que aunque eso era terrible tambien era algo excitante, y Sookie todavia tenia un tipazo. Deseaba poder tirarsela ya mismo. Era tan dulce y bonita… Estaba apartando a un lado la humillacion que sintio cuando Dawn le pidio que la pegara, y el no pudo; ademas era una humillacion muy antigua.

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