piedra: lisa y sin fisuras.

Ginger parecio darse cuenta al fin de que era momento de ponerse serios. Cruzo los tobillos y se sento con las manos encima de los muslos, poniendo cara circunspecta.

– Si, amo -dijo. Me entraron ganas de vomitar.

Me hizo un gesto imperioso con la mano, como si dijera: 'Adelante, companera sirviente de los vampiros'. Me incline hacia su muneca y ella me aparto la mano.

– No me toques -dijo, con una voz que era casi un siseo.

Fue una reaccion tan exagerada que los vampiros se pusieron en tension. Note que el ambiente de la sala echaba chispas.

– Pam, sujeta a Ginger-ordeno Eric, y la vampira aparecio silenciosa detras de la silla de la chica, se inclino y sujeto con las manos sus brazos por encima del codo. Quedo claro que Ginger se debatio un poco, porque agito la cabeza, pero Pam sostuvo su torso con un abrazo que mantuvo el cuerpo de la chica inmovil por completo. Mis dedos rodearon su muneca.

– ?Has cogido tu el dinero?-pregunte, mirandola a sus ojos castanos, carentes de brillo.

Entonces grito, con fuerza y durante un buen rato. Comenzo a maldecirme. Analice el caos de su pequeno cerebro, era como tratar de caminar por un campo bombardeado.

– Sabe quien lo hizo-revele a Eric. En ese momento Ginger se callo, aunque siguio sollozando-. No puede decir el nombre, le ha mordido. -Senale las marcas del cuello de Ginger, como si se necesitara mas demostracion-. Es una especie de compulsion -informe despues de intentarlo de nuevo-. Ni siquiera puede hacerse una imagen de el.

– Hipnosis -comento Pam. Su proximidad a la asustada chica habia hecho que le asomaran los colmillos-. Un vampiro fuerte.

– Traed a su mejor amiga -sugeri.

Para entonces Ginger temblaba como una hoja, y los pensamientos que tenia prohibidos pugnaban por salir de su confinamiento.

– ?Debe quedarse o irse? -me pregunto Pam.

– Que se vaya. Solo asustara a los demas.

Estaba tan metida en aquello, tan dedicada a usar abiertamente mi extrana habilidad, que no mire a Bill. Me dio la impresion de que si lo miraba me debilitaria. Pero sabia que estaba alli, que el y Sombra Larga no se habian movido desde que comenzara el interrogatorio.

Pam tiro de Ginger y se la llevo. No se lo que hizo con la camarera, pero regreso con otra vestida con la misma clase de atuendo. El nombre de esta era Belinda, y era mayor y mas lista. Belinda tenia gafas, pelo castano, y el mohin de la boca mas sexy que nunca haya visto.

– Belinda, ?a que vampiro ha estado viendo Ginger? – pregunto Eric con suavidad, una vez Belinda estuvo sentada y yo la habia cogido de la muneca. La camarera tuvo el sentido comun de aceptar con tranquilidad el procedimiento, y la inteligencia necesaria para darse cuenta de que debia ser honesta.

– A cualquiera que quiera tenerla -dijo Belinda con franqueza.

Vi una imagen en la mente de Belinda, pero debia pensar en su nombre.

– ?Cual de aqui?-pregunte de repente, y entonces obtuve el nombre. Mis ojos lo buscaron en la esquina antes de poder abrir la boca, y de repente Sombra Larga estuvo sobre mi, lanzandose por encima de la silla en la que se sentaba Belinda para aterrizar encima de mi, que estaba delante. Me derribo de espaldas sobre el escritorio de Eric, y solo al interponer los brazos evite que sus dientes se clavaran en mi garganta y la desgarraran. Me mordio salvajemente el antebrazo y grite, o al menos lo intente, pero me quedaba tan poco aire despues del impacto que se parecio mas a un jadeo de asfixia.

Solo era consciente de la pesada figura que tenia encima y del dolor de mi brazo. Y de mi terror. Cuando me atacaron los Ratas, no temi que me fueran a matar hasta que casi fue demasiado tarde, pero en esta ocasion comprendi que, para evitar que su nombre saliera de mis labios, Sombra Larga estaba dispuesto a

matarme al instante. Cuando oi aquel terrible sonido y note que su cuerpo se apretaba aun con mas fuerza contra el mio, no tuve ni idea de lo que significaba. Pude ver sus ojos por encima de mi brazo. Eran amplios, castanos, enloquecidos, gelidos. De repente se desenfocaron y perdieron fuerza. Broto sangre de su boca, sangre que me bano el brazo; se me metio en la boca abierta y me dieron arcadas. Sus colmillos se aflojaron y su rostro cayo inerte. Comenzo a arrugarse; sus ojos se convirtieron en charcos gelatinosos. Manojos de su denso pelo negro cayeron sobre mi cara.

Yo estaba conmocionada, incapaz por completo de moverme. Unas manos me cogieron de los hombros y comenzaron a sacarme de debajo del cuerpo en descomposicion. Empuje con los pies para salir mas rapido.

El proceso no desprendio ningun olor, pero estaba la mugre, negra y dispersa, y el terrible horror y asco de contemplar a Sombra Larga deshacerse a increible velocidad. Una estaca le asomaba de la espalda. Eric lo contemplaba, como todos, pero el sostenia un mazo en la mano. Bill estaba detras de mi, era el que me habia sacado de debajo del indio. Pam se encontraba junto a la puerta, sosteniendo con una mano el brazo de Belinda. La camarera parecia tan asustada como debia de estarlo yo.

Incluso la mugre comenzo a deshacerse en humo. Nos quedamos inmoviles hasta que la ultima voluta desaparecio. En la alfombra quedo una especie de marca chamuscada.

– Tendras que comprarte una alfombra-dije, sin venir en absoluto a cuento.

– Tienes sangre en la boca -menciono Eric. Todos los vampiros tenian los colmillos desplegados en toda su longitud. Se habian excitado bastante.

– Ha sangrado encima mio.

– ?Se te ha colado algo por la garganta?

– Es probable. ?Que significa?

– Eso esta por ver-dijo Pam. Su voz resultaba siniestra y ronca. Estudiaba a Belinda de una manera que a mi me hubiera puesto muy nerviosa, pero curiosamente ella parecia sentirse orgullosa de la atencion-. Por lo general- anadio la vampira, con los ojos puestos sobre los sensuales labios de Belindasomos - nosotros los que bebemos de los humanos, no al reves.

Eric me contemplaba con interes, la misma clase de interes que tenia Pam por Belinda.

– ?Como ves ahora las cosas, Sookie? -pregunto, con una voz tan amable que nadie se creeria que acababa de ejecutar a un viejo amigo.

?Que como me parecian ahora las cosas? Mas brillantes. Los sonidos resultaban mas claros y podia oir mejor. Queria girarme y mirar a Bill, pero me daba miedo apartar los ojos de Eric.

– Bueno, supongo que Bill y yo tendremos que irnos ya – dije, como sino fuera posible otra cosa-. He hecho eso por ti, Eric, y ahora tenemos que irnos. Sin represalias contra Ginger, Belinda y Bruce, ?de acuerdo? Era lo acordado. -Comence a dirigirme hacia la puerta con una seguridad que estaba lejos de sentir-. Supongo que tendras que ver como va el bar, ?no? ?Quien esta preparando esta noche las bebidas?

– Tenemos un sustituto -dijo Eric distraido, sin que sus ojos se apartaran en ningun momento de mi cuello-. Hueles diferente, Sookie-murmuro dando un paso hacia nosotros.

– Bueno, no olvides que tenemos un trato, Eric-le recorde, con una sonrisa amplia y tensa y con un tono lleno de alegria-. Bill y yo nos vamos ya a casa, ?verdad?

Me arriesgue a echar un vistazo atras, hacia Bill: se me cayo el alma a los pies. Tenia los ojos muy abiertos, sin parpadear, y sus labios formaban una sonrisa silenciosa que dejaba a la vista sus colmillos extendidos. Sus pupilas estaban muy dilatadas. Contemplaba a Eric.

– Pam, deja paso libre -dije con suavidad pero firmeza. Cuando Pam se distrajo de su propia sed de sangre, evaluo la situacion con un solo vistazo. Abrio de par en par la puerta del despacho y empujo a Belinda a traves de ella. Luego se echo a un lado para hacernos salir.-Llama a Ginger-sugeri, y el sentido de mis palabras penetro la nube de deseo de Pam.

– Ginger-llamo con voz ronca. La rubia aparecio corriendo desde otra puerta del pasillo-. Eric te desea-le explico.

El rostro de Ginger se ilumino como si tuviera una cita con David Duchovny, y estuvo en la sala frotandose contra Eric casi con tanta velocidad como hubiera podido hacerlo un vampiro. Como si se hubiera despertado de un hechizo, Eric bajo la mirada hacia Ginger al tiempo que ella recorria su pecho con las manos.

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