Portia recordaba su epoca de instituto, donde hubiera vendido su alma por una cita con el guapisimo Jason Stackhouse. Se preguntaba que habria hecho Jason ahora, si tendria algun pensamiento en la cabeza que pudiera interesarle. ?Mereceria aquel cuerpo el sacrificio de la compania intelectual? Asi que Portia no habia visto las cintas, no sabia de su existencia. Andy estaba siendo un buen policia.

Trate de imaginarme a Portia con Jason, y no pude evitar sonreir. Seria toda una experiencia para ambos. Desee, y no por primera vez, poder implantar ideas de igual modo que podia detectarlas.

Para cuando termino mi turno, me habia enterado de… nada. Excepto que los videos que habia grabado mi hermano con tanta imprudencia contenian algo de bondage suave, lo que habia llevado a Andy a pensar en las marcas de cuerdas en los cuellos de las victimas.

Asi que, en su conjunto, abrir mi mente para mi hermano habia sido un ejercicio inutil. Todo lo que habia oido solo servia para preocuparme mas y no proporcionaba ninguna informacion adicional que pudiera ayudar a su causa.

Por la noche vendria gente distinta. Nunca habia ido a Merlotte's por gusto, ?debia ir aquella noche? ?Que pensaria Bill? Igual era mejor estar con el.

Me senti sin amigos, no tenia a nadie con quien pudiera hablar de Bill, a nadie que lograra siquiera no quedarse medio asustado solo con verlo. ?Como podia contarle a Arlene que estaba preocupada porque los colegas vampiricos de Bill eran aterradores y despiadados, y que uno de ellos me habia mordido la noche pasada, habia sangrado sobre mi boca y le habian atravesado con una estaca mientras lo tenia encima? No era la clase de problemas que Arlene estaba preparada para manejar.

No se me ocurrio nadie que lo estuviera. No pude recordar a ninguna chica que se citara con un vampiro y que no fuera una fanatica indiscriminada, una colmillera que se liaria con cualquier chupasangres.

Para cuando termino mi turno, mi aspecto fisico mejorado ya no lograba darme confianza en mi misma. Me senti como un bicho raro.

Pasee tranquila por mi hogar, me eche una pequena siesta y regue las flores de la abuela. Hacia el anochecer comi algo tras calentarlo en el microondas. Vacile hasta el ultimo momento entre ir o no, y al final me puse una camisa roja y unos pantalones blancos, algunas joyas y sali de vuelta hacia Merlotte's.

Era muy extrano entrar como cliente. Sam estaba al fondo, detras de la barra, y arqueo las cejas al reparar en mi llegada. Aquella noche trabajaban tres camareras a las que solo conocia de vista, y por la ventanilla de los platos vi que otro cocinero se encargaba de las hamburguesas. Jason estaba en la barra. Por autentico milagro el taburete contiguo estaba vacio, y me sente en el. Se giro hacia mi con el rostro preparado para una nueva mujer: la boca entreabierta y sonriente, los ojos resplandecientes y bien abiertos. Cuando vio que era yo, su expresion experimento un cambio comico.

– ?Que demonios estas haciendo aqui, Sookie? -me pregunto con voz indignada.

– Vaya, y yo que creia que no te alegrarias de verme – subraye. Cuando Sam se detuvo delante de mi, le pedi un bourbon con Coca Cola, sin mirarlo a la cara-. He hecho lo que me pediste, y por ahora nada - susurre a mi hermano-. He venido esta noche para sondear a algunas personas mas.

– Gracias, Sookie -dijo tras una larga pausa-. Supongo que no me di cuenta de lo que te pedia. Eh, ?te has hecho algo en el pelo?

Incluso me pago la bebida cuando Sam me la sirvio. No teniamos mucho de que hablar, lo que de hecho fue positivo, ya que trataba de escuchar a los demas clientes. Habia unos pocos forasteros, y los sondee primero para ver si podian ser posibles sospechosos. Tuve que reconocer, reluctante, que no parecia probable. Uno pensaba con intensidad en todo lo que echaba de menos a su esposa, y el trasfondo indicaba que le era fiel. Otro consideraba que era la primera vez que venia al bar y que la bebida parecia buena, y otro se limitaba a concentrarse en permanecer derecho y confiar en ser capaz de conducir de vuelta al motel.

Tome otra copa.

Jason y yo habiamos estado intercambiando conjeturas sobre a cuanto ascenderian las tarifas de los abogados cuando se resolviera la herencia de la abuela. Echo una mirada a la puerta y dijo:

– Oh, oh.

– ?Que ocurre? -pregunte, sin girarme todavia para ver lo que le habia sorprendido.

– Hermanita, aqui esta tu novio. Y no esta solo.

Mi primera idea fue que Bill se habia traido a uno de sus colegas vampiros, lo que hubiera sido triste y poco inteligente por su parte, pero al girarme me di cuenta de por que Jason parecia tan enfadado. Bill estaba con una chica humana. El la cogia del brazo y ella lo seguia como una furcia. El vampiro contemplaba a la clientela, y me quedo claro que estaba tratando de provocarme.

Me baje del taburete, pero hubiera sido mejor no hacerlo. Estaba borracha. Casi nunca bebo, y si bien los dos bourbon con Coca Cola en pocos minutos no habian bastado para tumbarme, si estaba un poco achispada.

La mirada de Bill se topo con la mia; vi que en realidad no esperaba encontrarme alli. No podia leer su mente como hice con la de Eric durante un terrible instante, pero si podia interpretar su lenguaje corporal.

– ?Ey, vampiro Bill! -lo saludo Hoyt, el amigo de Jason. Bill inclino la cabeza con educacion en direccion a Hoyt, pero empezo a conducir a la chica (pequena y morena) hacia donde yo estaba. No tenia ni idea de que hacer.

– Hermanita, ?de que va este?-dijo Jason. Estaba poniendose furioso-. Esa chica es una colmillera de Monroe, la conoci cuando aun le gustaban los humanos.

Seguia sin saber que hacer. El dolor era terrible, pero mi orgullo seguia tratando de contenerlo. Se anadio una pizca de culpabilidad a aquella marana de sentimientos: yo no estaba donde Bill me esperaba y no le habia dejado ninguna nota. Pero tambien, por otro lado (el quinto o sexto lado), la noche anterior ya habia sufrido bastantes sustos en la gala a peticion real de Shreveport, y si habia tenido que asistir a ese guateque fue solo por mi relacion con el.

Mis impulsos contrapuestos me dejaron inmovil. Me entraban ganas de lanzarme sobre ella y molerla a palos, pero no me habian educado para pelearme en los bares. Tambien queria moler a palos a Bill, pero para el dano que iba a hacerle, lo mismo serviria darse de cabezazos contra la pared. Por otro lado, queria ponerme a llorar porque habia herido mis sentimientos, pero eso mostraria mi debilidad. La mejor opcion era no demostrar nada, porque Jason estaba a punto de lanzarse contra Bill, y el menor gesto por mi parte bastaria para disparar el gatillo. Demasiados problemas y demasiado alcohol.

Mientras repasaba todas esas opciones, Bill se acerco a mi abriendose paso entre las mesas, con la chica detras. Observe que en la sala imperaba el silencio; en vez de estudiar a los demas, ahora era yo la observada. Note que se me llenaban los ojos de lagrimas mientras apretaba los punos. Genial, lo peor de las dos respuestas.

– Sookie-dijo Bill-, esto es lo que Eric ha dejado delante de mi casa.

Apenas logre entender lo que queria decir.

– ?Y? -respondi furiosa. Mire directamente a los ojos de la chica, que eran grandes y oscuros, y reflejaban su excitacion. Mantuve los mios muy abiertos, sabiendo que si parpadeaba correrian las lagrimas.

– Como recompensa-anadio Bill. No comprendi bien como se sentia al respecto.

– ?Bebida gratis? -dije, sin creerme lo venenosas que sonaron mis palabras.

Jason me puso la mano en el hombro.

– Tranquila, muchacha -dijo, en voz tan baja y llena de inquina como la mia-. El no merece la pena.

No sabia de que no era digno Bill, pero estaba a punto de averiguarlo. Resulto casi estimulante no tener ni idea de lo que iba a hacer a continuacion, tras toda una vida de autocontrol.

Bill me estudiaba con marcada atencion. Bajo los fluorescentes de encima de la barra parecia palido en grado sumo. No se habia alimentado de ella, y tenia los colmillos retraidos.

– Vamos fuera a hablar-dijo.

– ?Con ella? -mi voz era casi un grunido.

– No -dijo-, conmigo. Tengo que enviarla de vuelta.

La repulsion de su voz ejercio cierta influencia sobre mi, y lo segui al exterior, manteniendo alta la cabeza y sin enfrentarme a ninguna mirada. Bill mantuvo su presa sobre el brazo de la chica, que casi se veia

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