– Ha tomado pan y agua. Sabeis perfectamente, hermano enfermero, que es un castigo sancionado por la regla de san Benito…
El hermano Gabriel se volvio hacia el hecho una furia.
– ?San Benito no pretendia que los siervos de Dios murieran de hambre! Lo habeis hecho trabajar como un animal en los establos y luego permanecer de pie con este frio durante horas.
El llanto del novicio se transformo en un violento ataque de tos y su palido rostro se puso violaceo, mientras pugnaba por respirar. El enfermero inclino la cabeza para escuchar los sibilantes jadeos del joven.
– Tiene los pulmones llenos de bilis. ?Me lo llevo a la enfermeria ahora mismo!
El prior volvio a resoplar.
– ?Es culpa mia que sea tan delicado? Lo hago trabajar para que se curta. Es lo que necesita…
La voz del hermano Gabriel resono por todo el refectorio:
– ?Tiene el hermano Guy vuestra autorizacion para llevarselo a la enfermeria, o voy en busca del abad Fabian?
– ?Llevaos a ese inutil! -grito el prior volviendo a la mesa a grandes zancadas-. ?Blandengueria! ?Blandengueria y laxitud! ?Eso es lo que acabara con nosotros! -exclamo abarcando el refectorio con una mirada desafiante, mientras el hermano Gabriel y el enfermero se llevaban al novicio, que seguia hipando y tosiendo.
El hermano Edwig se aclaro la garganta.
– Hermano p-prior, creo que deberiamos dar las gr-gracias por los alimentos y levantarnos de la mesa. Casi es la hora de completas.
El prior dio las gracias atropelladamente, y los obedienciarios se levantaron y abandonaron el refectorio, mientras sus hermanos de la mesa larga esperaban a que salieran para imitarlos. Cuando iba a cruzar la puerta, el hermano Edwig se acerco a mi.
– Siento que v-vuestra cena se haya visto perturbada dos veces, doctor Sh-Shardlake -dijo con voz untuosa-. Es muy lamentable. Debo pediros que nos perdoneis.
– No hay de que, hermano. Cuanto mejor conozca la vida en Scarnsea, mas deprisa avanzara mi investigacion. Por cierto, os estaria muy agradecido si manana pudierais dedicarme unos momentos de vuestro tiempo, acompanado por vuestros libros de contabilidad mas recientes. Hay varios puntos relacionados con las investigaciones del comisionado Singleton que me gustaria discutir con vos.
Confieso que disfrute con la expresion de desconcierto que se adueno del rostro del tesorero. Me despedi con una inclinacion de cabeza y me acerque a Mark, que estaba mirando por una ventana. La nieve seguia cayendo y cubriendolo todo de blanco, amortiguando los ruidos y desdibujando las formas, mientras las encorvadas y encapuchadas figuras de los monjes cruzaban el patio del claustro en direccion a la iglesia para celebrar las completas, el ultimo oficio del dia, y las campanas volvian a lanzar al aire su ensordecedor tanido.
9
Mark volvio a tumbarse en el catre en cuanto llegamos a la habitacion. Yo estaba tan cansado como el, pero necesitaba organizar mis impresiones de todo lo ocurrido durante la cena, de modo que me moje la cara en la jofaina y fui a sentarme ante el fuego. Aunque muy debilmente, los canticos de los monjes llegaban hasta mis oidos a traves de la ventana.
– Escucha -le dije a Mark-. El oficio de completas. Los monjes estan rogando a Dios que vele por sus almas al final del dia. Bueno, ?que piensas de esta santa comunidad de Scarnsea?
– Estoy demasiado cansado para pensar -gruno Mark.
– Vamos, es tu primer dia en un monasterio. ?Que te ha parecido?
Mi joven ayudante se incorporo a reganadientes, apoyo la barbilla en un codo y adopto una expresion pensativa. Las sombras que arrojaban las velas subrayaban los tenues pliegues de su fino rostro. «Un dia -me dije-, se convertiran en autenticas arrugas, con surcos tan profundos como los mios.»
– Es un mundo de contradicciones. Por un lado, su vida parece un mundo aparte. Sus habitos negros, esas oraciones… El hermano Gabriel dice que estan aislados del mundo y del pecado. Pero ?habeis visto como me mira, el muy bellaco? ?Y como viven! Buenos fuegos, tapices, la mejor comida que he probado en mi vida… Y juegan a las cartas como los parroquianos de cualquier taberna.
– Si. San Benito estaria tan indignado como lord Cromwell si conociera su regalada vida. El abad Fabian se comporta como un lord, y en realidad lo es; no en vano se sienta en la Camara, como la mayoria de los abades.
– Creo que el prior no lo aprecia demasiado.
– El prior Mortimus se presenta a si mismo como un simpatizante de los reformistas, un enemigo de la vida relajada. Desde luego, sabe como hacer pasar las de Cain a los que tiene debajo. Y yo diria que disfruta haciendolo.
– Me recuerda a un par de profesores mios.
– Los profesores no maltratan a sus alumnos hasta hacerlos perder el conocimiento. La mayoria de los padres tendrian mucho que decir sobre el trato que le ha dispensado al chico. Al parecer, no hay maestro de novicios propiamente dicho. No hay bastantes vocaciones. Los novicios estan totalmente a merced del prior.
– El enfermero ha salido en defensa del chico. Parece un buen hombre, aunque sea negro como un tizon.
– Y el hermano Gabriel tambien lo ha defendido -dije asintiendo-. Ha amenazado al prior con acudir al abad. No me imagino al abad Fabian preocupado por el bienestar de los novicios; pero, si el prior se deja llevar por su aficion a la brutalidad, tendra que llamarlo al orden de vez en cuando para evitar un escandalo. Bueno, ahora ya los conocemos a todos, a los cinco que sabian el autentico motivo de la visita de Singleton: el abad Fabian, el prior Mortimus, el hermano Gabriel, el hermano Guy y, por supuesto, el tesorero.
– El hermano E-Edwig -tartamudeo Mark.
– Por mucho que se le trabe la lengua -repuse sonriendo-:, es un hombre con enorme poder en el monasterio.
– A mi me parece un sapo pegajoso.
– Si, reconozco que a mi tampoco me cae simpatico. Pero no hay que dejarse enganar por las apariencias. El granuja mas grande que he conocido en mi vida se comportaba como el mas caballeroso de los hombres. Y la noche en que asesinaron a Singleton el tesorero estaba ausente.
– Pero ?que motivo podia tener ninguno de ellos para matar a Singleton? No haria mas que aumentar las razones de lord Cromwell para cerrar el monasterio.
– ?Y si el motivo fuera mas personal? ?Y si Singleton hubiera descubierto algo? Llevaba aqui varios dias. ?Y si estuviera a punto de acusar a alguien de un delito grave?
– El doctor Goodhaps ha dicho que el dia que lo mataron estaba examinando los libros de cuentas.
Asenti.
– Si, por eso quiero echarles un vistazo. Pero no dejo de darle vueltas al modo en que lo mataron. Si alguien queria silenciarlo, le habria bastado con clavarle un cuchillo entre las costillas. ?Y por que profanar la iglesia?
Mark movio la cabeza.
– Me pregunto donde habra escondido la espada el asesino, si es que utilizo una espada. Y la reliquia. Y su ropa, que estaria empapada en sangre.
– En esta inmensa madriguera, debe de haber miles de escondrijos. Ademas -dije tras reflexionar unos instantes-, en la mayoria de los edificios hay una actividad constante.
– ?Los edificios auxiliares: la destileria, el taller de canteria y los demas?
– Sobre todo esos. Tenemos que mantener los ojos bien abiertos hasta que conozcamos bien este lugar y tratar de localizar posibles escondites.
Mark solto un suspiro.
– Puede que el asesino haya enterrado la ropa y la espada. Pero, si sigue nevando, no podremos comprobar si hay algun sitio donde hayan removido la tierra recientemente.
– No. Bueno, manana empezare por interrogar al sacristan y al tesorero, esos dos enemigos fraternales. Y me gustaria que tu hablaras con esa joven, Alice.
– Ya me he ganado una reprimenda del hermano Guy.