sonrojo-. Lo siento. No… no queria que os llenarais de polvo.

– ?Que son?

– Planos antiguos del monasterio. El cantero los consulta de vez en cuando -explico, sacando el manuscrito de debajo. Era tan grande que a duras penas pudo bajarlo y llevarlo hasta un escritorio-. Es una historia ilustrada de los tesoros del monasterio. Tiene doscientos anos de antiguedad -dijo pasando las paginas con cuidado»

Se veian reproducciones en color de las estatuas de la iglesia y otros objetos, como el facistol del refectorio, en cuyo pie figuraban las medidas y una descripcion en latin. Las dos paginas centrales contenian una ilustracion en color de un gran relicario cuadrado, adornado con piedras preciosas. Tras un panel de cristal, sobre un cojin purpura, se veia una mano humana momificada, en la que se distinguian todos los tendones y las articulaciones, unida a un trozo de madera oscura por un grueso clavo que atravesaba la palma. Segun rezaba el pie, el relicario tenia dos pies de lado por uno de fondo.

– Asi que estas son las famosas esmeraldas… -murmure-. Son enormes. Tal vez robaran el relicario por el valor de las piedras y el oro.

– Quiza. Aunque cualquier cristiano que lo hiciera perderia su alma inmortal.

– Creia que los ladrones que fueron crucificados con Cristo no tenian las manos clavadas a la cruz, sino atadas, para prolongar su sufrimiento, tal como aparecen en las pinturas religiosas.

El hermano Gabriel suspiro.

– Nadie lo sabe con certeza. Los Evangelios dicen que Nuestro Senor fue el primero en morir, pero tal vez se debiera a que antes lo habian torturado.

– El enganoso poder de las pinturas y las estatuas… -murmure-. Es paradojico, ?no os parece?

– ?Que quereis decir, senor?

– Esa era la mano de un ladron. Y ahora, convertida en reliquia que la gente pagaba por ver hasta que fueron prohibidas, se ha transformado en objeto robado.

– Puede que para vos sea una paradoja -repuso el sacristan en voz baja-, pero para nosotros es una tragedia.

– ?Podria cargar con el relicario un solo hombre?

– En la procesion de Pascua lo llevan dos. Probablemente, un hombre fuerte podria cargar con el, aunque no mucho rato.

– ?El suficiente para llegar a la marisma, quiza?

El sacristan asintio.

– Quiza.

– Entonces, creo que ha llegado el momento de echar un vistazo ahi fuera, si sois tan amable de indicarme el camino.

– Por supuesto. Hay una puerta en esa parte del muro.

– Gracias, hermano Gabriel. Vuestra biblioteca es fascinante.

El sacristan me acompano hasta el patio y senalo hacia el cementerio.

– Seguid el camino hasta alli. Una vez que dejeis atras la huerta y el estanque, vereis la puerta. Pero habra mucha nieve…

– Llevo fundas en los zapatos. Bien, sin duda volveremos a vernos a la hora de la cena. Me acompanara mi joven ayudante -anadi sonriendo con intencion.

– Ah, si… Por supuesto -murmuro el sacristan sonrojandose y bajando la cabeza.

– Hermano, os agradezco vuestra ayuda y vuestra franqueza.

Buenos dias.

Le hice una inclinacion y me puse en camino. A los pocos pasos me volvi y lo vi caminando despacio hacia la iglesia con la cabeza gacha.

12

Deje atras los talleres y cruce la portezuela del cementerio laico. A la luz del dia parecia mas pequeno. En una zona estaban las lapidas de la gente que habia pagado para que los inhumaran alli y en otra las de los que habian fallecido en el recinto. Todas estaban medio enterradas en la nieve. Habia otras tres tumbas similares al panteon de los Fitzhugh, que habiamos visitado la noche anterior. Al fondo, varias hileras de arboles frutales alzaban al cielo sus desnudas ramas.

Me dije que los panteones eran buenos sitios para esconder cosas y me abri paso por la nieve hasta el mas cercano mientras me soltaba del cinturon el manojo de llaves que me habia proporcionado el abad. Con los dedos entumecidos, las fui pasando una a una hasta encontrar la que encajaba en la cerradura.

Registre los tres panteones, pero no encontre nada oculto entre los sepulcros de marmol blanco. Los suelos de piedra estaban cubiertos de polvo y nada indicaba que alguien hubiera entrado en las tumbas en los ultimos anos. Una de ellas pertenecia a la eminente familia Hastings, que identifique como uno de los antiguos linajes extinguidos durante las guerras civiles. «No obstante, los que estan enterrados aqui seran recordados», pense, acordandome de que los monjes les decian misas privadas; recordados como nombres memorizados mecanicamente y lanzados al aire. Movi la cabeza y, ayudandome del baston para no tropezar con las lapidas, volvi a la huerta, donde me recibieron los graznidos de los hambrientos cuervos que estaban posados en los esqueletos de los arboles.

Abri el portillo y avance bajo las ramas cubiertas de nieve. Todo estaba silencioso e inmovil. Alli, al aire libre, por fin tenia la sensacion de disponer de espacio para pensar.

Era extrano volver a estar dentro de un monasterio despues de tantos anos. Cuando estudiaba en Lichfield, no era mas que un nino tullido, un ser insignificante. Ahora disponia del poder de un comisionado de lord Cromwell, superior al que nunca habia tenido un extrano sobre una casa religiosa. Sin embargo, ahora, como entonces, me sentia solo, rechazado. La diferencia era que ahora me temian; no obstante, debia utilizar mi autoridad con prudencia, porque, cuando estan asustados, los hombres se cierran como cepos.

La conversacion con el sacristan me habia entristecido. El hermano Gabriel vivia en el pasado, en un mundo de manuscritos iluminados, canticos en latin y estatuas de escayola, en el que seguramente buscaba refugio contra las continuas tentaciones. Recorde su expresion angustiada cuando habia sacado a relucir su historia. En el desempeno de mi profesion topaba con muchos hombres, embusteros desfachatados y cinicos granujas, a los que confieso que era un placer interrogar para ver como se les descomponia el rostro y se les trababa la lengua cuando derribaba el edificio de sus mentiras. Pero sacar los trapos sucios de un hombre como el hermano Gabriel, cuya fragil dignidad era demasiado facil de minar, no suponia una tarea agradable. Despues de todo, yo sabia tan bien como el lo que significaba ser diferente y sentirse excluido.

Recorde que en mas de una ocasion las pullas que me lanzaban los otros chicos cuando no podia participar en sus juegos me habian impulsado a suplicar a mi padre que me sacara de la escuela catedralicia y me educara en casa. El me respondia que, si permitia que me apartara del mundo, nunca volveria a el. Era un hombre severo y dificil de ablandar, sobre todo desde la muerte de mi madre, que habia fallecido cuando yo tenia diez anos. Puede que mi padre tuviera razon, pero esa manana no pude evitar preguntarme de que me habia servido el exito mundano si habia acabado conduciendome a un sitio como aquel, en el que no hacia otra cosa que rememorar mis peores recuerdos.

Pase junto a una hilera de palomares, tras los que se veia un gran estanque rodeado de canas que habia sido construido como vivero de peces. Un riachuelo lo atravesaba, antes de desaparecer por una caneria que pasaba bajo el muro posterior, a un tiro de piedra de donde me encontraba. Cerca habia una pesada puerta de madera. Recorde que los monasterios solian construirse junto a alguna corriente de agua, que hacia las veces de cloaca. Los monjes de otras epocas eran buenos fontaneros; sin duda, habrian ideado algun sistema para evitar que las aguas residuales contaminaran el vivero. Me detuve y, apoyado en el baston, contemple la escena, reprochandome mis sombrias ideas. Estaba alli para investigar un asesinato, no para llorar las desdichas del pasado.

Habia hecho progresos, aunque no demasiados. Me parecia poco probable que el asesinato fuera obra de alguien del exterior. Pero, aunque todos los obedienciarios estaban al corriente del autentico proposito de Singleton, no veia a ninguno de los cinco dejandose llevar por el odio hasta el punto de asesinar a mi predecesor y poner el futuro del monasterio en mayor peligro del que ya corria. No obstante, todos eran hombres dificiles de descifrar; en cuanto a Gabriel, cuando menos habia en el algo de atormentado y desesperado.

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