– Tiene que hervir un poco mas -dijo el hermano Guy, cruzandose de brazos-. Comprendo que en Inglaterra soplen aires de reforma. En la Iglesia ha habido mucha corrupcion. Pero la Reforma podria tomar ejemplo de lo que se ha hecho en Espana. Hoy miles de frailes espanoles trabajan en medio de terribles privaciones para convertir a los indios de America.
– No me imagino a los frailes ingleses en esas condiciones.
– Ni yo. Pero Espana ha demostrado que la Reforma es posible.
– Y, como premio, el Papa le ha dado la Inquisicion.
– Mi temor no es que la Iglesia inglesa se reforme, sino que se destruya.
– Pero ?que se destruiria? ?Que? ?El poder del papado, la falsa doctrina del purgatorio?
– Los Articulos de Religion promulgados por el rey reconocen que el purgatorio podria existir.
– Esa es una de las lecturas. Yo creo que el purgatorio es una invencion. Cuando morimos, nuestra salvacion solo depende de la gracia de Dios. Las oraciones de los que quedan en la tierra no sirven de nada.
El hermano Guy movio la cabeza.
– Pero entonces, doctor Shardlake, ?como podemos ganarnos la salvacion?
– Mediante la fe.
– ?Y la caridad?
– Si uno tiene fe, la caridad viene por si sola.
– Martin Lutero sostiene que la salvacion no depende en absoluto de la fe. Dios predetermina si un alma se salvara o se condenara incluso antes del nacimiento. Me parece una doctrina inhumana.
– Asi interpreta Lutero a san Pablo, en efecto. Yo, y muchos como yo, opinamos que se equivoca.
– Pero si se permite que cada cual interprete la Biblia a su manera, ?no surgiran filosofias tan inhumanas como esa en todas partes? ?No tendremos otra torre de Babel?
– Dios nos guiara.
El enfermero se levanto y poso en mi sus ojos ensombrecidos por… ?por que? ?Por la tristeza? ?Por la amargura? El hermano Guy no era un hombre facil de entender.
– Entonces, ?vos lo desmantelariais todo?
Asenti.
– Si, lo haria. Decidme, hermano, ?creeis, como el hermano Paul, que el mundo camina hacia su fin, hacia el Dia del Juicio?
– Esa ha sido la doctrina de la Iglesia desde tiempo inmemorial.
– Pero ?ha de ser asi? -le pregunte inclinandome hacia el-. ?No es posible transformar el mundo, hacerlo como Dios quiso que fuera?
El hermano Guy junto las manos ante si.
– Durante mucho tiempo, la Iglesia catolica ha sido la unica luz de la civilizacion en este mundo. Sus doctrinas y ritos nos hermanan con la humanidad sufriente y con todos los muertos cristianos. Y nos exhortan a la caridad. Sin embargo, vuestra doctrina dice que los hombres deben buscar la salvacion de sus almas mediante la oracion y la Biblia. Eso acabara con la caridad y la fraternidad.
Recorde mi ninez y volvi a ver al rechoncho y beodo padre Andrew asegurando que nunca podria ordenarme.
– La Iglesia se mostro poco caritativa conmigo cuando era nino -dije con amargura-. Busco a Dios en mi corazon.
– ?Y lo habeis encontrado en el?
– Una vez El lo visito, si.
El enfermero sonrio con tristeza.
– Hasta ahora, un hombre de Granada, o de cualquier otro lugar de Europa, podia entrar en cualquier iglesia de Inglaterra, oir las mismas misas en latin y encontrarse de inmediato como en casa. Desaparecida esa hermandad internacional, ?quien pondra freno a las disputas entre los principes? ?Que sera de los hombres como yo, que nos encontramos solos en una tierra hostil? A veces, cuando voy a Scarnsea, los ninos me arrojan desperdicios por la calle. ?Que me arrojaran cuando el monasterio ya no este aqui para protegerme?
– Teneis una pobre idea de Inglaterra -respondi.
– Una idea realista de la humanidad caida. Si, comprendo vuestro punto de vista. Vosotros los reformistas rechazais el purgatorio, las misas de difuntos, las reliquias, todo lo que representan los monasterios. Es natural que querais verlos desaparecer.
– ?Y vos lo impediriais? -le pregunte mirandolo con atencion.
– ?Como voy a hacerlo? Ya esta decidido. Pero me temo que, sin la Iglesia universal para unirnos, en este pais llegara el dia en que incluso se deje de creer en Dios. Solo se adorara el dinero… y la nacion, por supuesto.
– ?No debemos ser leales a nuestra nacion y a nuestro rey?
El enfermero retiro la infusion del fuego, musito una breve oracion y vertio el brebaje en una botella de cristal.
– Al adorar a su nacion los hombres se adoran a si mismos y desprecian a los demas, y eso no es bueno.
– Estais completamente equivocado respecto a lo que pretendemos. Nosotros deseamos construir la republica cristiana.
– Os creo, pero me temo que las cosas van por otro camino -dijo el hermano Guy tendiendome la botella y una cuchara-. Esa es mi opinion como simple cristiano. Aqui teneis; deberiais tomar un poco ahora mismo.
Le di un sorbo a la infusion e hice una mueca; sabia tan mal como olia. El lento tanido de las campanas que habia acompanado nuestra conversacion subio de tono. El reloj de la iglesia dio las ocho.
– Tendriamos que ponernos en marcha -dijo el hermano Guy-. La misa esta a punto de empezar.
Me guarde la botella en el interior de la toga y lo segui por el pasillo. Observando la corona de lanoso pelo negro que rodeaba su tonsura, me dije que el enfermero tenia razon en una cosa: si se disolvian los monasterios, no habria ningun refugio seguro en Inglaterra para el; hasta su balsamico olor era diferente al hedor general. Tendria que mendigar un permiso para marcharse del pais y refugiarse en un monasterio espanol o frances. Y puede que no lo obtuviera, dado que ahora estabamos enemistados con ambas naciones. Si el monasterio cerraba, el hermano Guy era el que mas tenia que perder.
18
Encabezados por el abad, los monjes estaban entrando en la iglesia en procesion. El enfermero me dejo para unirse a sus hermanos. Entre los que, como nosotros, llegaban tarde, estaban el prior Mortimus y el hermano Edwig, que salieron de la contaduria y cruzaron el patio del claustro a toda prisa. Recorde que, segun Goodhaps, los dos obedienciarios se repartian el control del monasterio. Sin embargo, yo no los habia visto prodigarse muestras de amistad. El prior avanzaba a grandes zancadas levantando copos de nieve a su paso, mientras que el rechoncho tesorero trotaba junto a el para no quedarse atras. En ese momento, llego Mark acompanado por el viejo Goodhaps, que lanzaba miradas inquietas al encapotado cielo.
– Buenos dias, doctor Shardlake. ?Creeis que nevara? -me pregunto con preocupacion-. Quiero ponerme en marcha en cuanto acabe la misa.
– El camino de Scarnsea estaba practicable. Ahora entremos, o llegaremos tarde.
Me siguieron al interior de la iglesia. Los monjes habian traspasado la puerta del cancel y ocupado sus asientos en el coro, pero podia oirlos toser y agitarse. El feretro de Singleton, que seguia abierto, estaba sobre unas sillas a este lado del cancel. A cierta distancia habia otro ataud rodeado de velas: el de Simon Whelplay. El abad nos esperaba cerca del ataud de Singleton, aunque no demasiado, pues, como comprobamos al acercarnos, el cuerpo olia a putrefaccion.
– Si os parece, los dolientes seglares podeis sentaros junto al feretro mientras entonamos el canto funebre - dijo el abad solemnemente-; despues podeis acompanarlo hasta el cementerio. El prior Mortimus se ha ofrecido a ser el cuarto portador. Si… -balbuceo el abad lanzando una mirada a mi joroba-, en fin, si podeis soportar el peso.
– Soy perfectamente capaz -respondi con viveza, aunque la idea distaba de gustarme.