trabajar y sacaban los camiones?

Harvey se veia muy preocupado.

– No lo se. Tal vez. Es escalofriante, ?verdad?

Farway y Sandy sacaron sus telefonos y convocaron a sus companeros. Harvey y yo nos sentiamos molestos e inseguros y nos dirigimos a la oficina.

– ?Crees que se haya caido? -le comente a Harvey al entrar al sitio sagrado que soliamos compartir e hice una pausa.

– No quisiera ni pensar en la otra opcion.

– Yo tampoco. ?Quien estuvo en la taberna, ayer por la noche, con el Trotador?

– Sandy, desde luego. Dave… -interrumpio horrorizado-. Que quieres decir con ?quien estuvo en la taberna que lo oyo hablar acerca de los extranos debajo de los camiones? No querras decir que…

Negue con la cabeza, aunque, ?como podia evitar pensarlo?

– Pero esa caja registradora escondida estaba vacia -insistio preocupado Harvey-. Nadie querria asesinar al Trotador por una cosa vacia e inservible como esa.

Harvey, notablemente aprehensivo, clavo la mirada en la hilera de camiones.

– Cuando encontre al Trotador -dijo-, regrese a casa y llame por telefono a tu linea personal, pero me contesto una grabacion. Despues llame a Isobel y me dijo que creia que estabas en casa de los Watermead, ya que Nigel le habia comentado que ibas a comer ahi. Parece que Tessa se lo informo. Asi que Sandy dijo que iria a buscarte.

Harvey empezo a dar preocupantes senales de indecision que, por el largo tiempo de conocernos, de inmediato identifique como duda sobre si debia decirme o no algo que tal vez yo no quisiera escuchar.

– Habla ya.

– ?Oh, vaya! Nigel dijo que Tessa queria ir a Newmarket el viernes con el y las potrancas. Se subio al camion y se acomodo en el asiento del pasajero.

– Espero que no la haya llevado.

– No, pero a Nigel se le complico la existencia. Quiero decir, por un lado estabas tu con tus amenazas de despedir a quienes llevaran gratis a alguien y, por el otro, se encontraba ella, la hija del entrenador, que queria ir con el -hizo una pausa-. Esa chica es una damita muy educada y Nigel es un hombre muy atractivo, por lo menos eso dice mi esposa y, no me malentiendas, pense que seria mejor que te enteraras.

– Te lo agradezco -dije sinceramente-. No quiero perder el trabajo de Michael Watermead solo porque su hija, Tessa, se ha encaprichado con uno de nuestros empleados. Lewis, por supuesto, era el conductor favorito de Michael, pero a menudo los caballos de Watermead requerian mas de un camion.

Despues de un tiempo, un auto de la policia avanzo despacio entre las rejas. Traia a unos oficiales del Departamento de Investigaciones Criminales de Scotland Yard, un medico forense y un fotografo. Harvey y yo salimos al granero, donde Sandy mostro el cadaver del Trotador a sus colegas vestidos de civil mientras que Bruce Farway conversaba, dandose mucha importancia, con su contraparte policiaca. Tomaron la declaracion de Harvey sobre el descubrimiento del cadaver. Baje al foso, al lado de mi pobre mecanico, para confirmar que su cuerpo estaba tal como lo encontramos, La misma carroza funebre que se llevo a Kevin Keith Ogden llego, y otra vida que habia concluido abandono mis terrenos en un ataud metalico.

La policia, sin sonreir, lo siguio.

– Todo esto resulta muy triste -comento Farway con cierta vivacidad, indiferente a lo que sucedia.

– Era todo un personaje -puntualizo Sandy, al mismo tiempo que asentia.

'No es para tanto', pense. Luego pregunte:

– Sandy, cuando llevaste a casa al Trotador anoche, ?fue en tu auto o en el suyo?

– En el mio. Ese vejestorio todavia debe de estar en la taberna.

– Ese vejestorio me pertenece en realidad -le informe-. Voy a recogerlo mas tarde. ?Todavia tienes las llaves?

Estaban en su casa, aparentemente. Le dije que pasaria a recogerlas, y el alguacil se retiro para aprovechar lo poco que quedaba de su domingo libre.

Salio Bruce Farway, quien me hizo una sena con la cabeza a manera de fria despedida. Harvey regreso a su casa y yo deambule por el granero, me asome al foso, ahora vacio, e inspeccione la bodega. Por lo que pude apreciar, nada habia sido alterado. Cerre con llave la bodega y camine hasta la mesa de trabajo del granero.

No habia herramientas esparcidas en ninguna parte. Nada con lo que un hombre pudiera haber tropezado, a pesar de que estuviera muy borracho.

De mal talante, deje el granero y, como era la costumbre, deje abierta la puerta que daba al patio. Siempre habia creido que no era bueno exagerar. Teniamos un candado en la entrada principal. La seguridad podia convertirse en una obsesion y, de todos modos, o habia intentado protegerme de los ladrones, no de contrabandistas. Ni de asesinos.

Me retraje dolorosamente ante esa palabra. No queria creer que algo asi pudiera suceder. No al Trotador. Requeria de sus servicios como si hubiera sido un aditamento o un accesorio, al igual que la granja y los camiones, transaccion que, al parecer, habia sido de su agrado. Me considere afortunado por tenerlo y no sabia como encontraria a alguien con tanta experiencia, tan poco exigente y tan comprometido. Simplemente lamente su perdida, sin ningun interes egoista. Lo llore como hombre.

UN POCO MAS TARDE, cuando empezaba a caer la noche, me dirigi hacia la casa de Sandy y recogi las llaves del vehiculo que el Trotador usaba. Prosegui mi camino hasta la taberna, donde encontre la camioneta en el estacionamiento. Las dos puertas posteriores estaban entreabiertas y, adentro, donde debia haber estado la tarima y un revoltijo de herramientas en una caja grande de plastico rojo, no habia nada, excepto polvo oxidado sobre el viejo piso de metal.

Suspire. Docenas de parroquianos habian visto que Sandy se llevaba a casa al Trotador, dejando detras de el una camioneta con cosas faciles de hurtar. Supuse que deberia sentirme contento de que el vehiculo no hubiera desaparecido tambien.

Conduje la corta distancia que me separaba de la granja y me cuestione el motivo por el que el Trotador habia ido al granero sin sus llaves o su auto… y cuando… y como… y con quien.

En las oficinas, el cuaderno de bitacora del Trotador se encontraba sobre el escritorio de Isobel, listo para que mi secretaria pasara los detalles a la computadora. Tome el cuaderno y me lo lleve a mi oficina. Me sente a leer lo que habia escrito el Trotador.

Solo detalles escuetos del viaje. Ningun comentario. Nada importante. Habia recogido a cuatro caballos de salto en una caballeriza de Pixhill y los habia llevado por la M 4 a las carreras de Chepstow. Anoto la hora de salida de la base, la hora en que recogio a los animales, las horas de llegada y salida del hipodromo, la hora en que devolvio los caballos a la caballeriza y la hora de regreso a la base. El total de horas trabajadas y la cantidad de horas que habia pasado tras el volante.

Nada acerca de extranos o llaneros solitarios.

Deprimido, volvi a colocar el cuaderno donde lo habia encontrado y conclui que no habia nada que hacer por el momento. Cuatro de los camiones de la flotilla todavia estaban fuera, sin contar el que habia ido a Francia, pero Harvey se encargaria de su regreso. Bostece, cerre y me fui a casa.

Revivi con un trago del whisky de Escocia y me sente en mi sillon giratorio de cuero verde. Rebobine la cinta de la maquina contestadora de mi linea privada. La habia encendido antes de salir a la comida de los Watermead y, asi permanecio desde entonces. La cinta retrocedio diligentemente.

Oprimi el boton para reproducir y casi me caigo del sillon.

La primera voz que escuche fue la del Trotador, ronca, pausada, sin miedo.

– Odio esta maquina -decia-. ?A donde fuiste, Freddie? Alguien se birlo la camioneta. No esta en el garaje. Algun gorrion aprovecho y se la llevo mientras yo dormia la mona. Sera mejor que le avises a Sandy… No, espera… -se detuvo y luego, con cierta turbacion, prosiguio-. ?Ejem! Mmm, cancelalo, Freddie. Esta en la taberna. Olvida que te lo mencione, ?de acuerdo?

La linea se desconecto, pero la segunda llamada tambien era del Trotador.

– Acabo de recordar, este… acerca de la camioneta. Sandy Smith tiene las llaves. Caminare hasta la granja primero para dar un vistazo y luego ire a recogerlas. De todos modos, quiero que le eches un 'sable' a esas 'langostas'. Encontre una muerta en el foso en agosto pasado y se arrastraba, pero 'rojo' tambien encontro cinco

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