– Y les instalaban programas que harian que los siguieran necesitando, no me extranaria -agrego el experto.

– Por ahora, solo reparela para que podamos volver a trabajar -interrumpi harto de todo ese asunto-. Quiero que le de mantenimiento regular a las maquinas para conservarlas limpias. Haremos los arreglos para firmar un convenio.

– ?Encantado! -repuso-. Manana volvera a tener su computadora funcionando.

Lo deje mientras preparaba una lista de lo que necesitariamos y fui a mi oficina con el fin de llamar a los fabricantes de mi caja fuerte. Me dieron el numero de su agente mas cercano, quien me indico que enviaria a un cerrajero.

– Gracias -respondi.

Aziz entro en mi oficina a recoger las llaves del Fourtrak para llevar a Lizzie a Heathrow. Se las entregue y le pedi, con cierta suplica, que condujera con cuidado.

Cuando salio, me sente por un momento a reflexionar en varias cosas. Pense que estaba combatiendo contra una sombra. Habia muchas probabilidades de que mi computadora hubiera sido arruinada por casualidad. Pero en caso de no ser asi, en alguna parte de los registros tenia que haber informacion que iba a necesitar para descifrar los misterios que me rodeaban: Informacion que algun enemigo debia saber que yo poseia.

Sandy Smith llego en su patrulla a la granja y se estaciono afuera de la ventana de la oficina. Paso a verme, se quito la gorra puntiaguda y se sento en una silla frente a mi.

– La investigacion sobre el Trotador -dijo al tiempo que se limpiaba la frente.

– ?Como salio?

Suspiro profundamente.

– El medico forense indico que el Trotador murio a causa del aplastamiento y dislocacion de la vertebra atlas; habia particulas de oxido incrustadas en la piel, en el sitio de la herida.

– ?Oxido! -repeti, no me gusto.

Nos miramos perplejos, sin querer poner en palabras la suposicion que resultaba obvia.

Sandy explico:

– El examen post mortem determino que la hora de la muerte de tu mecanico fue alrededor del mediodia. Van a indagar que estabas haciendo en ese momento.

Recogia flores y las colocaba sobre la tumba de mis padres. Me dirigia a la comida de Maudie Watermead. No era una coartada brillante dentro de lo que cabia.

– Vamos a la taberna por un trago -sugeri.

– No puedo -Sandy parecia un poco escandalizado-. Hoy es dia de servicio.

– Podriamos beber Coca-Cola -repuse-. Tengo que ir a pagar el pliego conmemorativo del Trotador.

– ?Ah, bueno! -el rostro de Sandy dejo traslucir su alivio-. Entonces acepto.

Puesto que el Fourtrak no estaba, tome la vieja camioneta del Trotador. Sandy y yo condujimos en caravana hacia la taberna. Le entregue al propietario un cheque por una buena cantidad. El hombre estaba muy complacido con el trato y habia realizado su mejor esfuerzo con la recoleccion de firmas, que llenaban una hoja de papel tamano doble carta.

En apariencia, la mitad de Pixhill habia firmado. La mayor parte de mis conductores estaba en la lista, incluyendo a Lewis, que ese sabado por la noche se encontraba en Francia recogiendo los caballos de dos anos de edad pertenecientes a Michael. Lo comente. El tabernero coincidio conmigo en que mas gente habia firmado el pliego conmemorativo de la que habia estado con el Trotador en su ultima noche.

– Querian presentar sus respetos -explico.

– Y beber cerveza gratis -anadio Sandy.

– Mmm -convine-. ?De manera que quienes de estas personas estaban presentes en realidad el sabado? Sandy, tu estabas aqui. Tienes que saber.

Sandy reviso los nombres de la lista y senalo algunos con el dedo regordete.

– De tus empleados, Dave, definitivamente, casi puede decirse que vive aqui. Tambien Phil y su senora, Nigel; Harvey paso por aqui. Tambien Brett, estoy seguro de que estuvo en este sitio, aunque cuando se suponia que se habia marchado de Pixhill. Se quejo de que lo habias echado.

Su mirada recorrio los nombres.

– ?Bruce Farway! Lo firmo. No lo vi por aqui.

– ?El doctor? -el tabernero asintio con la cabeza-. Viene a menudo. Solo bebe Aqua Libra -se concentro en la hoja de papel, leyendo al reves-. Un buen grupo de los muchachos que trabajan para el senor Watermead estuvo aqui, asi como la nueva dama, la senora English, y tambien algunos de sus chicos. Llego Tigwood, que siempre va y viene con sus alcancias. Tessa y Ed Watermead se presentaron el sabado, pero no han venido desde entonces, asi que sus nombres no estan anotados, ?comprende?

– Pero los chicos Watermead tienen menos de dieciocho anos -repuso Sandy pomposamente.

El tabernero se ofendio un poco.

– A los dos les gusta beber Coca-Cola de dieta -me miro solapadamente-. A ella tambien le gusta ese apuesto chico Nigel que trabaja para usted.

– Ten mucho cuidado en servirles sin un adulto -le advirtio Sandy-. Podrias perder tu licencia en menos que canta un gallo.

– ?Se emborracho pronto el Trotador?

– No acostumbro servirles a los borrachos -dijo virtuosamente el tabernero.

Sandy solto una risotada.

– El Trotador insistia acerca de los extranos y se tambaleaba antes de que yo llegara; fue alrededor de las ocho -explico-. Y le estaba diciendo a todo el mundo acerca del 'rojo' que tenia cinco en un caballo el verano pasado.

– ?Sucedio algo mas?

– Dave le dijo al Trotador que se callara, quien sabe por que lo estaba sacando de sus casillas -comento Sandy-. El Trotador solo se rio, asi que Dave trato de darle un punetazo.

– ?Golpeo al Trotador? -pregunte asombrado. El estrafalario modo de andar del Trotador lo hacia muy agil.

– Fallo -respondio prestamente Sandy-. Hay que ser muy raudo para poder golpear al Trotador.

Todos escuchamos en silencio lo que Sandy acababa de decir.

– Bueno… -dijo Sandy, al tiempo que se ponia de pie-. Es hora de que regrese a trabajar. ?Vas a quedarte, Freddie?

– No -lo segui y salimos.

– Tessa -observo preocupado Sandy-. Es una chica terrible. No impetuosa, no me refiero a eso. Quiero decir, bueno, esta al borde de la delincuencia. Supongo que no puedes advertirle a Michael Watermead, ?verdad?

– Seria dificil.

– Intentalo -aconsejo-. Le ahorraras muchas lagrimas a la senora Watermead.

Me sorprendio la imagen.

– Esta bien -repuse.

Conduje la camioneta del Trotador hasta la granja y la estacione a un lado del granero. Las puertas posteriores del vehiculo estaban todavia sin asegurar y no habia nada adentro, con excepcion del polvo gris rojizo. Pase los dedos por el polvo y los mire, cosa que no me agrado en absoluto. Las particulas rojizas, entre lo gris, eran muy similares al oxido, para el ojo normal.

Repase mentalmente las herramientas perdidas del Trotador: la corredera vieja, el hacha afilada, las pequenas llaves revueltas… todo eso y la maquina para desmontar neumaticos, que era fuerte y vieja, tan larga como un brazo, de metal ferroso, el medio ideal para el oxido.

Camine a mi oficina, preguntandome si las nauseas que sentia se debian al golpe que habia recibido en la cabeza o al crujido imaginario de una maquina oxidada para desmontar neumaticos sobre la nuca del Trotador.

Aziz regreso de Heathrow, su buen humor irrefrenable dejo flotar en el aire una sonrisa limpida. Le di cortesmente las gracias por haber llevado a Lizzie.

– Una dama agradable -respondio-. Cuando se te ofrezca.

Me frote el rostro con la mano y luego le pedi a Aziz que verificara con Harvey los trabajos para el dia

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