– Nadie -exclamo el conductor con desesperacion-. De acuerdo. De acuerdo. Se supone que iban a pagarme, pero eso nunca sucedio -su disgusto parecia genuino-. Me dijeron que encontraria un sobre en la cabina del camion a primera hora del viernes, pero este se hallaba afuera de tu casa y no habia ningun sobre, a pesar de que lo busque a conciencia cuando estabamos limpiandolo. No he vuelto a tener noticias.

– Pues realmente te lo mereces -replique sin compasion-. ?Como se pusieron en contacto contigo? ?Se trataba de una mujer o de un hombre?

Tomo aire penosamente.

– Fue una mujer. Me llamo por telefono a la casa, mi esposa fue la que contesto. Esta mujer solo dijo que valia la pena llevar a ese hombre, y no se trata de rehusar ofertas asi.

– ?Reconociste su voz?

Nego con la cabeza, atribulado.

– ?Como ibas a reconocer al hombre?

– Menciono que lo encontraria cerca de las bombas de diesel, que el estaria alli cuando nos estacionaramos y se acercaria para hablarnos… Asi sucedio.

– ?De manera que Brett no estaba dentro del plan?

Dave parecia furioso.

– Brett es un idiota. Dijo que no iba a llevar al hombre, a menos que nos pagara primero. Asi que le pregunte a Ogden, pero el replico que eso no estaba en el trato, que me pagarian despues. Por eso yo le di a Brett Gardner algo de dinero y le dije a Ogden que tenia que recuperarlo. Luego, mi companero dijo que parte de ese dinero tenia que ser suyo, o de lo contrario te informaria que habia acordado que me pagarian por llevar a un extrano. Y no solo eso -la furia de Dave iba en aumento-, sino que Brett llego a la taberna el sabado por la noche y me obligo a pagar sus cervezas. Le explique que no me habian entregado el sobre con el dinero, sin embargo, todo lo que respondio fue: '?Que lastima, companero! ?Mala suerte!' y continuo bebiendo.

– Y tu trataste de golpear al Trotador -repuse.

– Bueno, no queria callarse y yo estaba furioso por lo que me hizo Brett. El Trotador seguia y seguia diciendo que habia cosas adheridas al fondo de los camiones, continuo hablando acerca de esa vieja cala registradora asquerosa…

– ?Entendiste sobre que estaba hablando el mecanico? -pregunte sorprendido-. El Trotador menciono algo acerca de 'llaneros solitarios' ?Sabes a que se referia?

– Si, por supuesto. Intrusos.

– ?Que me dices acerca de 'langostas' y 'rojo'?

– ?Eh?

Mostro una expresion genuina de desconcierto. 'Langostas' y “rojo” eran palabras que no significaban nada para el.

– Dime, ?el Trotador podia tener alguna idea acerca de tu pequeno negocio privado?

– ?Que? Pero si no estoy loco, ?comprendes? Habria venido en cinco minutos a contartelo todo. Siempre estuvo de tu lado, ese era el Trotador.

– Pense que tu tambien lo estabas -observe.

– Si -parecio avergonzarse ligeramente.

– ?Cuanto tiempo antes de que fueras a Newmarket se concerto la escala en South Mimms?

– La noche anterior, fue despues de que regrese de las carreras en Folkestone.

– Eso quiere decir que ya era tarde. ?La misteriosa mujer habia intentado localizarte antes de que volvieras?

– Mi esposa me lo habria dicho.

En apariencia, a el no se le habia ocurrido preguntar a la mujer que llamo por telefono como estaba enterada de que llegaria tarde a casa y tambien que iba a ir a Newmarket al dia siguiente. Ademas, resultaba bastante claro que ella sabia bien que podia sobornarlo para que llevara a un extrano.

Sabia demasiado.

?Quien demonios se lo habia informado?

Capitulo 9

DAVE Y AZIZ partieron a Irlanda. Parecia que Dave habia escarmentado y pensaba que yo no me atreveria a despedirlo. Era probable que tuviera razon, porque tenia mucho talento para los caballos. Sin embargo, mi actitud hacia mi empleado cambio; mi agrado indulgente habia dado paso a la irritacion.

Afuera, en la granja, Lewis le mostraba unas fotografias de su bebe a Nina, que habia llegado con su disfraz de trabajadora.

– Es un pequeno muy travieso -comento Lewis, al tiempo que contemplaba con adoracion a su retono-. ?Sabes una cosa? Le gusta ver el futbol en el televisor, lo ve todo el tiempo.

– ?Que edad tiene? -pregunto Nina, afanosa de cumplir con su deber de admirarlo.

– Ocho meses. Miralo en el bano, chupando su pato amarillo.

– Es encantador -repuso Nina.

Lewis, rebosante de alegria, prosiguio:

– Nada nos parece suficientemente bueno para el. Es posible que lo enviemos a Eton. ?Por que no? -guardo las fotografias en un sobre-. Por ahora creo que sera mejor que me ponga en marcha rumbo a Lingfield -explico-. Debo ir por dos caballos de Benyi Usher -le hizo un ademan de despedida y subio a su super seis para iniciar el viaje.

– Todos son muy diferentes cuando se les conoce mas a fondo -comento Nina.

– ?Te refieres a los conductores? Si, es verdad -Nina entro en mi oficina y se instalo comodamente en la segunda silla, mientras yo me sentaba en el borde del escritorio.

– Tengo un mensaje para ti de Patrick Venables -empezo a decir-. Se trata de esos tubos que me entregaste para que los analizaran. Patrick dice que contenian un medio. Es el material que se utiliza para transportar un virus de un lugar a otro. Es un poco complicado. De todos modos, quiere averiguar de donde provienen los tubos.

– Provienen de la gasolinera de Pontefract, en Yorkshire. Antes de eso, desconozco su origen.

Le conte lo que Lynn Melissa Ogden, la viuda de Kevin Keith, me habia relatado. Tambien le informe acerca de mi confrontacion con Dave.

– Vaya, ?asi que tenias razon! -exclamo-. Dijiste que tendria que haber arreglado el asunto anticipadamente con el hombre que le pidio el viaje gratis. Aunque no pudo haber sido el la persona que se puso la capucha negra para registrar la cabina.

– Estoy seguro de que no fue el. No necesitaba disfrazarse. Podria haber regresado abiertamente. De seguro esperaba que le hubieran dejado su pago en la cabina del camion, a pesar de que, no me sorprende, no lo encontro. La persona que llego disfrazada estaba buscando algo, no vino a dejar un sobre.

– ?Entonces, quien crees que era?

– Me parece una buena pregunta -medite un momento-. Se trata, en este caso, de al menos dos mentes en funcionamiento. Una es logica, pero destructivo. La otra es tan ilogica como un espiritu chocarrero.

– ?Dos por lo menos? ?Quieres decir que probablemente sean mas de dos personas?

– Creo que fueron dos hombres los que me arrojaron al mar en los muelles de Southampton. Uno de ellos definitivamente lo era. Sin embargo, la persona que arreglo la transportacion del virus fue una mujer.

Busque en uno de mis bolsillos y le entregue un pedazo de papel doblado en el que habia anotado la transcripcion de la llamada del Trotador.

– Pidele a los amigos de Patrick Venables que mascullan el cockney que descifren lo que quiso decir -sugeri.

– De acuerdo -leyo en voz alta las palabras-: 'Quiero que le eches un 'sable' a esas 'langostas'.' ?Dios santo! ?Pero si son disparates! -guardo el papel en su bolso de mano.

Me levante del escritorio, en realidad me agradaba hablar con ella, pero tenia cosas que hacer.

– No estas en el programa de viajes para hoy, ?verdad? Por tanto, podrias tomarte un dia libre despues del viaje a Francia.

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