Deseando importunar a Sartorius, dije de pronto:
— Quiza estan conectadas a un dispositivo que gira y se repite, interminablemente, como un disco.
— Caballeros, les ruego, no nos dispersemos. No he concluido aun. En circunstancias normales, yo hubiera juzgado prematuro presentar un informe, aun provisional, sobre el estado de mis trabajos, pero en vista de la situacion creo que puedo permitirme hablar. Tengo la impresion, solo una impresion, aclaro, de que la hipotesis del doctor Kelvin es acertada. Me refiero a la hipotesis de una estructura de neutrinos… Nuestros conocimientos en este campo son puramente teoricos; ignorabamos que fuese posible estabilizar tales estructuras. La solucion que se nos presenta como posible es bien definida; un modo de neutralizar el campo magnetico que asegura la estabilidad de la estructura. .
Desde hacia un momento, yo veia en la pantalla unos rayos luminosos; una ancha hendedura ilumino de arriba abajo la mitad izquierda del receptor, y vi un objeto rosado que se desplazaba lentamente. El obturador de la lente se movio una vez mas, y de pronto desaparecio.
Sartorius lanzo un grito angustiado.
—?Vete! ?Vete!
Vi las manos de Sartorius agitandose y luchando y luego los antebrazos, envueltos en las mangas anchas de un delantal. Un disco dorado brillo de pronto, y en seguida todo se extinguio. Solo entonces me di cuenta de que aquel disco amarillo era un sombrero de paja…
Recobre el aliento.
—?Snaut?
Una voz fatigada me contesto:
— Si, Kelvin… — Comprendi que le tenia mucho afecto y que preferia no saber quien lo acompanaba. — Basta por ahora, ?estas de acuerdo?
— Si, estoy de acuerdo. — Antes que el colgara, agregue precipitadamente — Escucha, si puedes, pasa a verme, a la enfermeria o a mi cabina ?quieres?
— Bueno, pero no se cuando.
La conferencia habia concluido.
Los monstruos
La luz me arranco del sueno en mitad de la noche. Envuelta en una sabana, con el cabello caido hacia adelante, Harey se habia acurrucado a los pies de la cama. Le temblaban los hombros; lloraba en silencio.
Me sente, no del todo despierto, protegiendome los ojos de la luz, anonadado aun por la pesadilla que me atormentara un momento antes. Harey seguia temblando, y le tendi los brazos. Me rechazo escondiendo la cara.
— Harey.
—?No me hables!
—?Harey! ?que ocurre?
Ella alzo el rostro humedo y tremulo. Gruesas lagrimas, lagrimas de nino, le resbalaban por las mejillas, relucian en el hoyuelo del menton, y goteaban sobre la sabana.
— Tu no me quieres.
—?Que estas diciendo?
— Oi.
Senti que se me contraia la mandibula.
—?Que oiste? No entendiste nada…
— Si entendi, entendi muy bien, tu decias que no era yo. Querias que me fuera. Y yo me iria, de veras me iria, pero no puedo. No se por que. Intente irme, y no pude. Soy tan cobarde.
— Vamos, por favor…
La tome en mis brazos, la aprete contra mi. Solo ella me importaba; nada mas existia. Le besaba las manos, los dedos mojados por las lagrimas; le hablaba, le prometia una cosa y otra, le decia que ella habia tenido un sueno estupido, un sueno horrible. Poco a poco se calmo. Dejo de llorar. Tenia los ojos muy abiertos y fijos, ojos de sonambula.
— No — dijo—, callate, no hables asi, no es necesario. Ya no eres el mismo. — Quise protestar, pero ella continuo:— No, tu no me quieres. Lo comprendi hace tiempo. Fingi no darme cuenta. Pense que todo era imaginaciones mias, pero no, has cambiado. No me tomas en serio. ?Un sueno? Si, es verdad, pero eras tu el que sonaba, y sonabas conmigo. Dijiste mi nombre con repulsion. ?Por que? ?Por que?
Me arrodille, le abrace las piernas.
— Mi pequena…
— No quiero que me hables asi, ?entiendes? No quiero. No soy tu pequena, no soy una nina. Soy…
Rompio en sollozos y hundio el rostro en la almohada. Me levante. Los ventiladores zumbaban quedamente. Tenia frio. Me eche sobre los hombros la bata de bano y me sente al lado de Harey. Le toque el brazo:
— Escucha Harey. Te dire algo. Te dire la verdad.
Harey se incorporo, apoyandose en las manos. Le vi las venas que le palpitaban bajo la piel fina del cuello. Una vez mas senti que se me endurecia la mandibula. E1 aire parecia todavia mas frio, y no se me ocurria nada que decir.
—?La verdad? — pregunto Harey—. ?Palabra de honor?
Senti un nudo en la garganta, y no pude contestarle. Palabra de honor, nuestra formula sagrada, la promesa incondicional. Asi sellado el juramento, ninguno de nosotros se atrevia a mentir, y aun a ocultar algo. Recorde la epoca en que un excesivo afan de sinceridad nos atormentaba dia y noche, convencidos de que esa busqueda ingenua de la verdad preservaria nuestra union.,
— Palabra de honor. Harey… — Ella esperaba. — Tu tambien, Harey, tu tambien has cambiado. Todos cambiamos. Pero no es esto lo que queria decirte. Por una razon que ninguno de los dos conoce exactamente, parece que… no puedes dejarme. Y eso me viene bien, porque yo tampoco puedo dejarte…
— No, Kris, tu no has cambiado. Soy yo, soy yo — murmuro—. Algo no anda bien. Quiza tenga relacion con el accidente.
Miro el rectangulo negro y vacio de la puerta. En la noche anterior yo habia llevado los restos al deposito. Habia que instalar una puerta nueva.
Inclinandome sobre Harey, le pregunte:
—?Duermes alguna vez?
— No se.
—?Como no sabes?
— Tengo suenos… no se si son verdaderos suenos. A lo mejor estoy enferma. Me quedo acostada, asi, y pienso, y…
Se estremecio.
Le pregunte en voz muy baja:
—?Que?
— Tengo pensamientos extranos. No se de donde me vienen.
—?Que pensamientos?
Trate de mantenerme sereno, y espere la respuesta de Harey como si estuviese esperando un golpe.
Desamparada, sacudio la cabeza.
— Son pensamientos… — Hizo una pausa, sacudiendo la cabeza.—.. estan alrededor de mi…
— No entiendo.
— Tengo la impresion de que no estan en mi, sino mas lejos. No puedo explicartelo, no encuentro palabras…
La interrumpi, casi a mi pesar.
— Tienen que ser suenos… — Recobre el aliento y continue:— Ahora, vamos a apagar la luz, y hasta manana se acabaron los problemas. Manana por la manana, si quieres, inventaremos otros nuevos, ?de acuerdo?
Harey apreto el obturador; la oscuridad cayo entre nosotros. Me tendi en la cama; un aliento calido se