camino; pero a fuerza de apelotonar y humedecer con saliva conseguia mantener todo pegado. En una palabra, prepare ciertos corpusculos que si se los observaba atentamente se veia que no eran para nada de hidrogeno ni de otro elemento nombrable, pero al que pasase de prisa como Pfwfp para atraparlos y meterselos en el bolsillo con movimientos furtivos, podian parecerle hidrogeno autentico y nuevo.
Asi, mientras el no sospechaba nada todavia, lo precedi en su vuelta. Los lugares me los habia metido bien en la cabeza.
El espacio es curvo en todas partes, pero en algunos puntos mas que en otros: especies de bolsas o estrechamientos o nichos donde el vacio se abarquilla. En esos nichos es donde, con un leve tintineo, cada doscientos cincuenta millones de anos se forma, como perla entre las valvas de la ostra, un luciente atomo de hidrogeno. Yo pasaba, me embolsaba el atomo, y en su lugar depositaba el falso. Pfwfp no se daba cuenta de nada: rapaz, avido, se llenaba los bolsillos de aquella basura, mientras yo acumulaba cuantos tesoros el universo iba incubando en su seno.
Los resultados de nuestras partidas cambiaron: yo tenia siempre atomos nuevos para poner en circulacion, mientras que los de Pfwfp pifiaban. Tres veces trato de tirar y tres veces el atomo se desmenuzo como machacado en el espacio. Ahora Pfwfp buscaba cualquier excusa para anular la partida.
– Dale -lo apremiaba yo-, si no tiras, la parada es mia.
Y el: -Asi no vale, cuando un atomo se estropea se anula la partida, se empieza desde el principio-. Era un regla inventada por el en aquel momento.
Yo no le daba respiro, le bailaba alrededor, pegaba saltos de carnero y cantaba:
Tiratiratiratira
si no tiras te retiras
cuantos tiros tu no tires
otros tantos tirare.
– Basta -dijo Pfwfp-, cambiemos de juego.
– ?De acuerdo! -dije yo-. ?Por que no jugamos a remontar las galaxias?
– ?Las galaxias?
– De improviso Pfwfp se ilumino de contento-. ?De acuerdo! ?Pero tu… tu no tienes una galaxia!
– ?Si que la tengo!
– ?Yo tambien!
– ?Dale! ?A ver quien la remonta mas alto!
Y todos los atomos nuevos que tenia escondidos los lance al espacio. Primero parecia que se dispersaban, despues se adensaron en una nube ligera, y la nube se agrando, y en su interior se formaron condensaciones incandescentes, y giraban, giraban y en cierto momento se convirtieron en una espiral de constelaciones nunca vista que se cernia abriendose en surtidor y huia, huia y yo la sujetaba por la cola sonriendo. Pero ahora ya no era yo el que remontaba la galaxia, la galaxia era la que me remontaba a mi, colgado de su cola, es decir, ya no habia ni arriba ni abajo sino solo espacio que se dilataba y la galaxia en el medio se dilataba tambien, y yo colgado haciendo muecas a Pfwfp distante ya millares de anos-luz.
Pfwfp, apenas me movi, se apresuro a sacar todo su botin y a lanzarlo acompanandolo del movimiento balanceado de quien espera ver abrirse en el cielo las espiras de una inmensa galaxia. Pero nada. Hubo un chirrido de radiaciones, un centelleo desordenado, y de pronto todas las cosas se apagaron.
– ?Eso es todo? -gritaba yo a Pfwfp, que me insultaba verde de rabia:
– ?Ya te ensenare, perro!
Pero entretanto yo y mi galaxia volabamos entre millones de galaxias, y la mia era la mas nueva, toda ardiente de hidrogeno y de jovencisimo berilio y de carbono infante. Las galaxias viejas huian hinchadas de envidia, y nosotros piafantes y altaneros les escapabamos viendolas tan vetustas y pesadas. En esta fuga reciproca acababamos por atravesar espacios cada vez mas enrarecidos y desnudos, y ahora en medio del vacio veia nuevamente despuntar aqui y alla inciertas salpicaduras de luz. Eran otras tantas galaxias formadas de materia recien nacida, galaxias ya mas nuevas que la mia. En seguida el espacio se ponia denso y atestado como una vina antes de la vendimia, y volabamos huyendo tanto de las mas jovenes como de las viejas, jovenes y viejas huyendo de nosotros. Y pasamos a cielos vacios y tambien estos cielos empezaron a poblarse, y asi sucesivamente.
En uno de esos repoblamientos oigo: -?Qfwfq, ahora me las pagas, traidor! -y veo una galaxia nuevisima que vuela sobre nuestra huella, y tendido sobre la punta extrema de la espiral, desganitandose en amenazas e insultos dirigidos a mi, mi antiguo companero de juegos, Pfwfp.
Comenzo la persecucion. Cuando el espacio era en subida la galaxia de Pfwfp, joven y agil, ganaba terreno, pero cuando el espacio era en bajada, la mia, mas pesada, recobraba ventaja.
En las carreras ya se sabe cual es el secreto: todo esta en como se toman las curvas. La galaxia de Pfwfp tendia a cerrarlas, la mia en cambio a abrirlas. Abre que te abriras, terminamos fuera de la orilla de espacio, con Pfwfp detras. Continuamos nuestra carrera aplicando el sistema que se usa en estos casos, esto es, creandonos el espacio delante de nosotros a medida que avanzabamos.
Asi, adelante no habia nada, y a mis espaldas venia aquella bestia de Pfwfp: en las dos direcciones un espectaculo antipatico. Con todo, prefiero mirar adelante, ?y que veo? Pfwfp, que mi mirada acababa de dejar atras, corria en su galaxia justo delante de mi. -?Ah! -grite-. ?Ahora me toca a mi seguirte!
– ?Como? -dijo Pfwfp, no se bien si detras de mi o alli delante-, ?si soy yo el que te sigue!
Me vuelvo: Pfwfp seguia pisandome siempre los talones. Me vuelvo otra vez hacia delante: alli iba escapandome, de espaldas a mi. Pero mirando mejor vi que delante de la galaxia suya que me precedia habia otra, y que esa otra era la mia, como que yo iba encima, inconfundible aunque visto de espaldas. Y me volvi hacia el Pfwfp que me seguia y aguzando la mirada vi que su galaxia era seguida por otra galaxia, la mia, y encima yo, que en aquel momento me volvia a mirar atras.
Y asi detras de cada Qfwfq habia un Pfwfp, y detras de cada Pfwfp un Qfwfq y cada Pfwfp seguia a un Qfwfq y era seguido por el y viceversa. Nuestras distancias se acortaban un poco, se alargaban un poco, pero ahora era evidente que jamas el uno alcanzaria al otro ni el otro al uno. De jugar a corrernos se nos habia pasado el gusto, y ademas, ya no eramos chicos, pero no podiamos hacer otra cosa.
El tio acuatico
Era evidente que en adelante los tiempos del agua habian terminado -recordo el viejo Qfwfq-, los que se decidian a dar el gran paso eran cada vez mas numerosos, no habia familia que no tuviera alguno de los suyos en lugar seco, todos contaban cosas extraordinarias de lo que se podia hacer en tierra firme y llamaban a los parientes. Entonces a los peces jovenes no habia quien los contuviera, agitaban las aletas en las orillas de barro para ver si funcionaban como patas, como habia sucedido a los mas dotados. Pero justamente en aquellos tiempos se acentuaban las diferencias entre nosotros: habia la familia que vivia en tierra desde varias generaciones atras, y en la que los jovenes ostentaban maneras que ya no eran ni siquiera de anfibios sino casi de reptiles; y habia quien se demoraba todavia en hacerse el pez, e incluso se volvia mas pez de lo que habia sido ser pez en otro tiempo.
Nuestra familia, debo decirlo, con los abuelos a la cabeza, pataleaba en la playa sin faltar uno, como si nunca hubieramos conocido otra vocacion. De no ser por la obstinacion del tio abuelo N'ba N'ga, los contactos con el mundo acuatico se hubieran perdido hacia rato. Si, teniamos un tio abuelo pez, y precisamente por parte de mi abuela paterna, nacida de los Celacantos del Devoniano (de los de agua dulce, los que al final serian primos de los otros, pero no quiero detenerme en los grados de parentesco, total nadie consigue seguirlos). Este tio abuelo habitaba, pues, ciertas aguas bajas y legamosas, entre raices de protoconiferas, en el brazo de laguna donde habian nacido todos nuestros viejos. No se movia jamas de alli: en cualquier estacion bastaba asomarse sobre los