fuerzas de la historia.
Mas ?en que habia acertado Mao? Tambien habia errado mucho. El lider de la primera dinastia comunista no siempre considero y trato a su tiempo como debia. El encabezaba la marcha cuando se libero el pais, aquella primera y larga marcha a traves de las montanas que se vio sustituida despues por otra marcha muy larga, tan larga y trabajosa como la primera como minimo: el camino para salir del feudalismo y entrar en una sociedad industrial y una sociedad campesina colectivizada donde hasta el mas pobre de los pobres tuviese derecho a unos pantalones, una camisa, un par de zapatos y, por supuesto, a ser respetado y valorado como ser humano. El sueno de la libertad, el verdadero contenido espiritual de la lucha por la liberacion, aseguro Yan Ba, consistia en el derecho a que incluso el campesino mas pobre pudiese sonar sus propios suenos de un futuro mejor sin correr el riesgo de que un odioso latifundista le cortase la cabeza. Ellos, los latifundistas, serian ahora decapitados; ahora seria su sangre y no la de los pobres campesinos la que regara la tierra.
Pero Mao se equivoco al decir que China seria capaz de dar un gran salto economico en pocos anos. Sostenia que las industrias del metal estarian tan cerca unas de otras que las humaredas de sus chimeneas se fundirian unas con otras. El gran salto que llevaria a China al presente y al futuro fue un error de proporciones descomunales. Asi, en lugar de trabajar en las grandes industrias, la gente fundia viejas cacerolas y tenedores en primitivos hornos situados en la parte trasera de sus casas. El gran salto no se produjo, cayo el liston, porque se habia colocado demasiado alto. Nadie podia negar ya, por mas que los historiadores chinos debiesen aplicar mesura a la hora de tratar ese periodo, que millones de personas murieron de hambre. Fue un periodo en que la dinastia de Mao empezo a asemejarse, durante unos anos, a las viejas dinastias imperiales. Mao se encerro en sus dependencias de la Ciudad Prohibida, jamas acepto el fracaso del gran salto, nadie podia hablar de ello. Sin embargo, nadie sabia tampoco que pensaba el propio Mao. En los escritos del Gran Timonel habia siempre un tema que brillaba por su ausencia, el escondia sus mas hondos pensamientos, nadie sabe si Mao se despertaba a las cuatro de la madrugada, a la hora mas solitaria, preguntandose por el desastre que habia ocasionado. Durante esa hora de vigilia, ?veria las sombras de aquellos que morian de hambre sacrificados en el altar de un sueno imposible, el sueno del gran salto?
Lo que sucedio, en cambio, fue que Mao emprendio el contraataque. ?El contraataque contra que?, Yan Ba formulo en este punto aquella pregunta retorica, y tardo unos segundos en responder. El contraataque contra su propia derrota, su propia politica erronea, y el peligro de que en algun lugar, en las sombras, se engendrase entre murmullos un golpe. La gran contrarrevolucion, el reto de Mao de «bombardear el cuartel general», una nueva carga explosiva, podria decirse, eso fue la reaccion de Mao a lo que veia a su alrededor. Movilizo a la juventud, como suele hacerse en estados de guerra. No habia diferencia alguna entre el modo en que Mao utilizo a la juventud y el modo en que Francia, Inglaterra y Alemania movilizaron a la de sus paises cuando emprendieron la marcha al campo de batalla de la primera guerra mundial, donde ellos moririan y sus suenos se ahogarian en el blando barro. De la Revolucion Cultural no habia mucho que decir, fue el segundo error de Mao, una venganza casi personal contra las fuerzas sociales que lo retaban.
Por aquel entonces, Mao habia empezado a envejecer y la cuestion de la sucesion siempre ocupaba el primer lugar en su orden del dia. Cuando Lin Biao, el elegido, resulto ser un traidor y se estrello en el avion en el que huia a Moscu, Mao empezo a perder el control. Pero hasta el ultimo momento estuvo advirtiendo de los retos a aquellos que habian de sobrevivirle. Surgirian nuevas luchas de clase, nuevos grupos que buscarian privilegios a costa de otros. En palabras de Mao, siempre repetidas como un mantra, «lo uno se veria sustituido por lo opuesto, como de costumbre». Tan solo el necio, el ingenuo, aquel que se negase a ver lo que todos veian, podria creer que el camino futuro de China estaba determinado de una vez para siempre.
Ahora, prosiguio Yan Ba, Mao, nuestro gran lider, lleva treinta anos muerto. Resulta que tenia razon, pero el no pudo definir la naturaleza de las luchas que el anuncio que se producirian. Tampoco lo intento, pues sabia que era imposible. La historia no es capaz de dar informacion exacta sobre el futuro, sino que mas bien nos muestra que nuestra capacidad de prepararnos para los cambios es limitada.
Yan Ba noto que el auditorio seguia escuchando sus palabras muy concentrado. Ahora, una vez terminada la introduccion historica, sabia que serian mas sensibles a su discurso. Muchos ya habrian intuido lo que diria. Eran personas inteligentes con un profundo conocimiento de los grandes retos y amenazas que encerraban las fronteras de China. Pero ahora iba a definirse la politica de los dramaticos cambios que aguardaban al pais. Yan Ba era consciente de estar pronunciando uno de los discursos ejemplares mas importantes de la historia de la nueva China. Un dia, el presidente repetiria sus palabras.
Habia un pequeno reloj colocado discretamente junto a la lampara de la tribuna. Yan Ba inicio la segunda hora de su discurso describiendo la situacion actual del pais y los cambios que se presentaban como necesarios. Describio el creciente abismo que se abria entre las gentes del pais, un abismo que amenazaba el desarrollo. Tras la muerte de Mao, Deng hizo una valoracion adecuada al considerar que solo existia un camino, salir del aislamiento, abrir las puertas al mundo. Cito el celebre discurso de Deng acerca de «nuestras puertas, que ahora se abren, no deben volver a cerrarse nunca». El futuro de China solo podia conformarse en colaboracion con el entorno. Los conocimientos de Deng sobre la inteligente colaboracion del capitalismo y las fuerzas del mercado lo habian llevado al convencimiento de que China se encontraba proxima al momento idoneo, podian recoger la manzana y el pais volveria a recuperar su papel como el Reino del Centro, un gran poder en ciernes; dentro de otros treinta o cuarenta anos, volveria a ser la nacion lider del mundo, tanto en lo politico como en lo economico. Durante los ultimos veinte anos, China habia experimentado un desarrollo economico sin parangon. En alguna ocasion, Deng habia declarado que el salto de la situacion en que todos tienen un par de pantalones hasta la situacion en que todos pueden elegir si quieren tener otro par es un salto mucho mayor que el primero. Aquellos que comprendieron la forma de expresarse de Deng sabian que lo que queria decir era muy sencillo; todos no podian adquirir el segundo par de pantalones al mismo tiempo. Tampoco en tiempos de Mao, claro; aquellos que habitaban las regiones mas remotas y los campesinos mas pobres que habitaban pueblos miserables fueron los ultimos, cuando la gente de las ciudades ya habia arrojado para siempre sus viejas vestiduras. Deng sabia que el desarrollo no podia alcanzar todos los rincones al mismo tiempo. Era algo que contravenia todas las leyes economicas; unos se harian ricos, o como minimo menos pobres, antes que otros. El desarrollo haria equilibrios sobre una cuerda y se trataba de que ni la riqueza ni la pobreza creciesen demasiado, con el fin de que el Partido Comunista y su cupula, que eran quienes dirigian aquel equilibrio, no sucumbiesen precipitados en el abismo. Ahora Deng no estaba; pero habia llegado el momento que el temia, el peligro del que nos advirtio, el instante en que estariamos a punto de perder el equilibrio.
Yan Ba habia llegado al punto en que dos palabras dominarian su discurso: «amenaza» y «necesidad». Empezo a hablar de las distintas amenazas existentes. Una procedia del abismo que separaba a las gentes del pais. En tanto que los que vivian en las ciudades de la costa veian crecer su bienestar, los pobres campesinos apenas notaban mejoras en sus vidas. Peor aun, ni siquiera eran capaces de ganarse el sustento cultivando sus tierras. Lo unico que les quedaba era emigrar a las ciudades con la esperanza de encontrar alli un trabajo. De momento, este desplazamiento de las zonas rurales a las urbanas y sus industrias, sobre todo a las que fabricaban productos destinados al mercado occidental, ya fuesen juguetes o ropa, era un fenomeno promovido por las autoridades. Mas ?que ocurriria cuando esas ciudades industriales o el hervidero de la construccion no pudiesen acoger a todos aquellos que ya no eran necesarios en el trabajo del campo? Lo que hasta el momento habia sido una posibilidad se convertiria en una amenaza. Detras de aquellos que buscaban la solucion en las ciudades habia muchos mas, cientos de millones que solo esperaban poder ocupar su lugar en la cola y emprender un viaje sin retorno a la ciudad. ?Que fuerzas podrian retenerlos cuando las opciones eran la pobreza y una vida lejos de esa abundancia de la que oian hablar y de la que reclamaban su parte? ?Como impedir que se rebelasen cientos de millones de personas que no tenian otra cosa que perder que su pobreza? Mao decia que rebelarse siempre era correcto. ?Por que no habia de serlo ahora, si eran tan pobres como cuando elevaron sus protestas hacia veinte anos?
Yan Ba sabia que muchos de los que lo escuchaban ahora llevaban anos preocupados por ese problema, la amenaza de una situacion que, en un breve espacio de tiempo, podria devolver a China al estado en que se encontraba antes. Sabia ademas de la existencia de un plan, del que solo habia unas cuantas copias escritas, con la solucion extrema. Nadie hablaba de ello, pero todos aquellos que estaban mas o menos al corriente del modo de pensar del Partido Comunista Chino sabian lo que implicaba dicha solucion. Los sucesos acontecidos en Tiananmen en 1989 demostraban, a modo de prologo breve pero facil de interpretar, la existencia de dicho plan. El Partido