– Sera mejor que vaya a ver si encuentro a Harry. Me alegro de haberle visto, Jack.
McCaleb tendio la mano a McEvoy. Este se la estrecho y luego siguio a los otros periodistas hasta las puertas de la sala.
Dos agentes abrieron las puertas principales y empezo a fluir al Departamento N la marea de afortunados ciudadanos que habian tenido la suerte de tener asientos para la sesion, la cual con toda probabilidad habia sido mortalmente aburrida. Los que no habian logrado entrar empujaron para acercarse y vislumbrar a algun famoso, pero no tuvieron suerte. Los famosos no iban a empezar a aparecer hasta el dia siguiente. Los discursos de apertura eran como los creditos del principio de la pelicula. Era alli donde les iba a gustar aparecer.
Al final de la multitud iban los letrados y sus equipos. Storey habia sido conducido de nuevo a la celda, pero su abogado camino derecho al semicirculo de periodistas y empezo a ofrecer su punto de vista sobre lo sucedido en el interior. Un hombre alto, con pelo negro azabache, un intenso bronceado y unos ojos verdes y vivaces se situo justo detras del abogado para cubrirle la espalda. Era un hombre atractivo y McCaleb penso que lo conocia, aunque no sabia de donde. Parecia uno de los actores que Storey solia utilizar en sus peliculas.
Los fiscales salieron y pronto tuvieron su propio grupo de periodistas con los que lidiar. Sus respuestas eran mas laconicas que las del abogado defensor y se negaron a responder preguntas relacionadas con las pruebas que pensaban presentar.
McCaleb busco a Bosch y al final lo vio salir. El detective eludia a la multitud avanzando hacia los ascensores siempre pegado a la pared. Se le acerco una periodista, pero el levanto la mano y no hizo declaraciones. La mujer se detuvo y retrocedio como una molecula perdida que se reintegra al nucleo congregado en torno a J. Reason Fowkkes.
McCaleb siguio a Bosch por el pasillo y lo alcanzo cuando se detuvo a esperar un ascensor.
– Harry Bosch, hola.
Bosch se volvio con la cara de «sin comentarios», pero entonces vio que se trataba de McCaleb.
– Hola, McCaleb. -Sonrio.
Los dos hombres se dieron la mano.
– Parece el peor caso hollywoodesco -comento McCaleb.
– A mi me lo vas a contar. ?Que estas haciendo aqui? No me digas que vas a escribir un libro sobre esto.
– ?Que?
– Ahora todos los retirados del FBI escriben libros.
– No, yo no soy asi. Aunque estaba pensando que a lo mejor podia invitarte a comer. Hay algo de lo que quiero que hablemos.
Bosch miro el reloj y estaba tomando una decision.
– Edward Gunn.
Bosch miro a McCaleb.
– ?Jaye Winston?
McCaleb asintio.
– Me pidio que echara un vistazo.
Llego el ascensor y entraron en el junto con una muchedumbre que habia estado en la sala. Todos parecian estar mirando a Bosch, aunque intentaban disimularlo. McCaleb decidio no continuar hasta que estuvieran fuera.
En la planta baja se dirigieron a la salida.
– Le dije que haria un perfil de el. Algo rapido. Para hacerlo necesito conocer a Gunn. Pensaba que a lo mejor podias hablarme de aquel viejo caso y de que clase de tipo era.
– Era un cabron. Mira, tengo tres cuartos de hora como maximo. Tengo que ponerme en marcha. He de visitar a los testigos para asegurarme de que todos estan preparados antes de la apertura.
– Acepto los tres cuartos de hora. ?Conoces algun sitio para comer por aqui cerca?
– Olvidate de la cafeteria de aqui. Es espantosa. Hay un Cupid's en Victory.
– Vosotros los polis siempre comeis en los mejores sitios.
– Por eso hacemos lo que hacemos.
10
Se comieron los perritos calientes en la calle, en una mesa con sombrilla. Aunque era un dia de invierno de temperatura suave, McCaleb estaba sudando. Solia haber entre seis y diez grados mas en el valle de San Fernando que en Catalina y McCaleb no estaba acostumbrado al cambio. Su termostato interno no habia vuelto a ser el mismo despues del trasplante y con frecuencia se ponia a sudar o tenia escalofrios.
Empezo con un poco de charla intrascendente sobre el juicio.
– ?Estas preparado para convertirte en una estrella de Hollywood con este caso?
– No, gracias -dijo Bosch entre mordiscos de lo que les cobraron como un Chicago Dog-. Mas bien creo que terminare en el turno de noche de la Setenta y siete.
– Bueno, ?crees que lo tienes?
– Nunca se sabe. La fiscalia no ha ganado un caso importante desde hace mucho. No se como ira este. Los abogados dicen que todo depende del jurado. Yo creia que dependia del peso de las pruebas, pero siempre he sido un detective idiota. John Reason contrato a los asesores para elegir el jurado del caso de O. J. Simpson y estan muy a gusto con los doce. Joder, John Reason. Incluso lo llamo con el nombre que le pusieron los periodistas. Eso demuestra lo bueno que es controlando las cosas, esculpiendo las cosas. -Nego con la cabeza y le dio otro mordisco al Chicago Dog.
– ?Quien era ese tio alto que lo acompana? -pregunto McCaleb-. El que estaba detras de el como un maton.
– Es su investigador, Rudy Valentino.
– ?Se llama asi?
– No, se llama Rudy Tafero. Trabajaba en el departamento. Estuvo con los detectives de Hollywood hasta hace unos anos. En la comisaria lo llamaban Valentino por la pinta. Le encantaba. Es igual, la cuestion es que se hizo detective privado. Tiene licencia para depositar fianzas y no me preguntes como lo hizo, pero empezo a tener contratos de seguridad con un monton de gente de Hollywood. Aparecio en esto en cuanto trincaron a Storey. De hecho, Rudy fue quien presento a Fowkkes y Storey. Probablemente se llevo una buena comision por eso.
– ?Y el juez? ?Que tal lo ves?
Bosch asintio, como si hubiera encontrado algo bueno en la conversacion.
– El pistolero. Houghton no se anda con chiquitas. Le soltara un bofeton a Fowkkes si es preciso. Al menos tenemos eso a nuestro favor.
– ?El pistolero?
– Debajo de esa toga negra, el tio va calzado; o al menos eso cree la gente. Hace cinco anos llevaba el caso de un mafioso mexicano y cuando el jurado lo declaro culpable, un grupo de colegas y familiares del acusado se pusieron como locos y casi empezaron un motin en la sala. Houghton saco una Glock y disparo al techo. En un momento se calmaron los animos. Desde entonces es el juez titular al que reeligen con mas votos. Mira el techo cuando entres en su sala. El agujero de bala sigue alli. No va a dejar que nadie lo tape.
Bosch dio otro mordisco y consulto su reloj. Cambio de tema hablando con la boca llena.
– No es nada personal, pero supongo que han llegado a un callejon sin salida con Gunn si ya han pedido ayuda de fuera.
McCaleb asintio.
– Algo asi.
Miro la salchicha picante que tenia delante y lamento no tener un cuchillo y un tenedor.
– ?Que pasa? No hacia falta que vinieramos aqui.
– No pasa nada. Solo estaba pensando que entre los crepes de Dupar's de esta manana y esto a lo mejor me hace falta un
– Si quieres parar tu corazon, la proxima vez, despues de que vayas a Dupar's pasate por Bob's Donuts. Esta alli mismo en el Farmer's Market. El glaseado. Un par de esos y sentiras que las arterias se te endurecen y se