– Todo se ha hecho antes, pero ?que te parece?
A Bosch lo salvo la campana. En el silencio que siguio a la pregunta de Said ambos oyeron que la secretaria hablaba con alguien en la sala adjunta. En ese momento el altavoz del escritorio de Said sono y la secretaria dijo:
– La senorita Crowe esta aqui. Le esperara en la sala de reuniones.
Bosch hizo una senal a Said.
– Gracias, Nuff -susurro-. Ya me ocupo yo.
– ?Estas seguro?
– Te avisare si necesito ayuda.
Se volvio hacia la puerta del despacho, pero luego volvio al escritorio y extendio la mano.
– Puede que tenga que irme un poco deprisa, asi que me despido ahora. Buena suerte con el proyecto. Suena a ganador.
Ambos hombres se estrecharon las manos.
– Si, ya veremos -dijo Said.
Bosch salio del despacho, recorrio un corto pasillo y entro en la sala de reuniones. Habia una mesa con sobre de cristal en el centro y una silla a cada lado. Annabelle Crowe estaba sentada en el lado opuesto a la puerta. Estaba mirando una foto en blanco y negro de ella misma cuando entro Bosch. Levanto la cabeza con una sonrisa reluciente y una dentadura perfecta. La sonrisa se mantuvo durante poco mas de un segundo y luego se quebro como el barro al sol del desierto.
– ?Que…? ?Que esta haciendo aqui?
– Hola, Annabelle, ?como esta?
– Esto es una prueba… No puede…
– Si, esto es una prueba. Le voy a hacer una prueba para el papel de testigo en un juicio por homicidio.
La mujer se levanto. Su foto y un curriculum resbalaron desde la mesa hasta el suelo.
– No puede… ?que esta pasando aqui?
– Ya sabe que esta pasando. Se mudo sin dejar senas. Sus padres no iban a ayudarme y su agente tampoco, asi que solo me quedaba la opcion de montar una audicion para llegar hasta usted. Ahora sientese y hablaremos de donde ha estado y por que esta huyendo del juicio.
– ?Entonces no hay ningun papel?
Bosch casi se rio. La chica todavia no lo habia entendido.
– No, no hay ningun papel.
– ?Y no van a hacer un
Esta vez Bosch se rio, pero no tardo en contenerse.
– Un dia de estos lo haran, pero usted es demasiado joven para el papel y yo no soy Jake Gilles. Sientese, por favor.
Bosch empezo a separar la silla que quedaba enfrente de la de la chica, pero ella se nego a sentarse. Parecia muy desorientada. Era una mujer joven y hermosa con una cara que muchas veces le proporcionaria aquello que buscaba. Pero no en esta ocasion.
– He dicho que se siente -repitio Bosch con severidad-. Tiene que entender algo, senorita Crowe. Ha violado la ley al no responder a la citacion judicial para presentarse hoy. Eso significa que si quiero, puedo sencillamente detenerla
Ella se dejo caer en la silla. Su boca era una linea fina. El lapiz de labios que se habia aplicado cuidadosamente para una sesion de casting ya estaba empezando a resquebrajarse y difuminarse. Bosch la examino un buen rato antes de empezar.
– ?Quien la ha amenazado, Annabelle?
Ella lo miro con acritud.
– Mire -dijo-. Estaba asustada, ?vale? Todavia lo estoy. David Storey es un hombre poderoso. Tiene a gente que da miedo detras de el.
Bosch se inclino sobre la mesa.
– ?Me esta diciendo que el la amenazo? ?Que ellos la amenazaron?
– No, no estoy diciendo eso. No hace falta que me amenacen. Se como funciona este mundo.
Bosch volvio a apoyarse en el respaldo y la examino con cuidado. Los ojos de ella se movian por toda la sala, pero nunca se posaban en el. El ruido del trafico de Sunset se filtraba a traves de la unica ventana cerrada de la sala. En algun lugar del edificio se vacio una cisterna. Ella finalmente miro a Bosch.
– ?Que es lo que quiere?
– Quiero que testifique. Quiero que declare contra ese tipo. Por lo que trato de hacerle. Por Jody Krementz. Y por Alicia Lopez.
– ?Quien es Alicia Lopez?
– Otra mujer que encontramos. Ella no tuvo tanta suerte.
Bosch vio el desconcierto en el rostro de la joven. Estaba claro que veia el hecho de testificar como algo peligroso.
– Si testifico no volvere a trabajar. Y puede que sea peor.
– ?Quien le ha dicho eso?
Ella no respondio.
– ?Venga, quien? ?Se lo han dicho ellos, su agente, quien?
Ella dudo un momento y luego nego con la cabeza, como si no pudiera creer que estaba hablando con Bosch.
– Estaba entrenandome en Crunch. Estaba haciendo
Ella se detuvo, pero Bosch espero y la examino. Su angustia al relatar la historia parecia genuina. Estaba al borde de las lagrimas.
– Y yo… yo estaba tan asustada con el a mi lado que simplemente sali corriendo de la maquina hacia el vestuario. Me quede alli una hora e incluso entonces seguia con miedo de que pudiera estar esperandome. Observandome.
Annabelle Crowe empezo a llorar. Bosch se levanto, salio de la sala y busco en el bano del pasillo, donde encontro una caja de panuelos de papel. Se la llevo consigo a la sala de reuniones y se la ofrecio a Annabelle Crowe. Volvio a sentarse.
– ?Donde esta Crunch?
– Calle abajo. En Sunset y Crescent Heights.
Bosch asintio. Ya sabia donde estaba, en el mismo complejo de tiendas y ocio en el que Jody Krementz habia conocido a David Storey en un
– ?Pudo ver al tipo?
– Si, pero eso no importa. No se quien era. No lo habia visto antes ni he vuelto a verlo.
Bosch penso en Rudy Tafero.
– ?Conoce al investigador del equipo de la defensa? ?Un hombre llamado Rudy Tafero? ?Era alto, pelo negro y con un buen bronceado? ?Un hombre de buen ver?
– No se quien es asi, pero no era el hombre del otro dia. Aquel tio era bajo y calvo. Llevaba gafas.
Bosch no identifico la descripcion y decidio dejarlo estar por el momento. Tendria que informar a Langriser y Kretzler de la amenaza. Quiza ellos quisieran comunicarsela al juez Houghton. Tal vez pedirian a Bosch que fuera a Crunch y empezara a hacer preguntas para tratar de confirmar algo.
– ?Que va a hacer entonces? -pregunto ella-. ?Va a obligarme a testificar?
– No depende de mi. Los fiscales decidiran despues de que les cuente lo que acaba de explicarme.
– ?Me cree?
Bosch vacilo un momento antes de asentir.