permitirse vivir alli arriba y no querrian hacerlo aunque pudieran. La unica razon por la que Bosch se lo podia permitir era que habia comprado la propiedad con un punado de dinero que habia ganado anos antes gracias a un telefilme basado en un caso que el habia resuelto.

– Mire, Gowdy -dijo-, solo digamelo, ?vale? Soy lento en estas cosas. Digame lo que quiere y lo tendra. Quiero salvar la casa, es lo unico que me importa.

Gowdy lo miro unos segundos y Bosch se dio cuenta de que se habia equivocado. Vio la indignacion en los ojos del hombre.

– Si sigue por ese camino podria acabar en la carcel, hijo. Le voy a decir lo que voy a hacer. Voy a olvidar lo que acaba de decir. Yo…

– Mire, lo siento… -Bosch miro a la casa por encima del hombro-. Es que, no se, la casa es lo unico que tengo.

– Tiene mas que eso. Simplemente no lo ha pensado. Ahora voy a darle un respiro. Le doy cinco minutos para que entre y coja todo lo que necesita. Despues, voy a poner los cerrojos. Lo lamento, pero es asi. Si esa casa se cae colina abajo en el proximo quiza me lo agradecera.

Bosch asintio con la cabeza.

– Adelante. Cinco minutos.

Bosch entro y cogio una maleta del estante superior del armario del pasillo. Primero puso alli su segunda pistola, despues metio toda la ropa del armario del dormitorio que le cupo. Cargo la abultada maleta hasta la cochera y volvio a entrar para llevarse mas cosas. Abrio los cajones del escritorio, los vacio en la cama y lo envolvio todo con sabanas.

Se paso del limite de los cinco minutos, pero Gowdy no entro a buscarlo. Bosch oia que trabajaba con un martillo en la puerta de la calle.

Al cabo de diez minutos, habia formado una gran pila de pertenencias en la cochera, incluida una caja en la que guardaba sus recuerdos y sus fotos, una caja ignifuga que contenia sus documentos financieros y personales, una pila de correo sin abrir y facturas impagadas, el equipo de musica y dos cajas que contenian su coleccion de elepes y cedes de jazz y blues. Al mirar la pila de sus pertenencias, se sintio triste. Era mucho para meterlo en un Mustang, pero sabia que no era demasiado despues de haber pasado cuarenta y cinco anos en el planeta.

– ?Ya esta?

Bosch se volvio. Era Gowdy. Sostenia un martillo en una mano y un pestillo de acero en la otra. Bosch vio que enganchado en el cinturon tambien llevaba una cerradura.

– Si -dijo Bosch-. Adelante.

Retrocedio y dejo que el inspector trabajara. El martilleo apenas habia comenzado cuando sono el telefono. Se habia olvidado de Keisha Russell.

– Si, soy Bosch.

– Detective, soy la doctora Hinojos.

– Oh… Hola.

– ?Pasa algo?

– No, eh, si, pensaba que era otra persona. Tengo que dejar esta linea libre unos minutos. Espero una llamada. ?Puedo llamarla yo?

Bosch miro el reloj. Eran las seis menos cinco.

– Si -dijo Hinojos-. Estare en el despacho hasta las seis y media. Quiero hablar de algo con usted, y saber como le ha ido en la sexta planta despues de que yo me fuera.

– Estoy bien, la llamare luego.

En cuanto cerro el telefono, este volvio a sonarle en la mano.

– Bosch.

– Bosch, estoy entre la espada y la pared y no tengo tiempo para bromas. -Era Russell. Tampoco tenia tiempo para identificarse-. El articulo explica que la investigacion sobre la muerte de Harvey Pounds se ha vuelto hacia adentro y que los detectives han pasado varias horas con usted hoy. Han registrado la casa y creen que usted es el principal sospechoso.

– ?Principal sospechoso? Ni siquiera usamos esas palabras, Keisha. Ahora estoy seguro de que has hablado con uno de esos estrabicos de asuntos internos. No sabrian como llevar una investigacion de homicidios ni aunque el asesino les mordiera el trasero.

– No te andes por las ramas. Es muy sencillo. ?Tienes que hacer algun comentario sobre el articulo que saldra en el diario de manana? Si quieres decir algo, tengo el tiempo justo para que salga en la primera edicion.

– On the record no hay comentarios.

– ?Y off?

– Off the record, y sin que me lo atribuyas ni lo uses, puedo decirte que es todo mentira, Keisha. Tu articulo esta equivocado. Simple y llanamente equivocado. Si lo publicas tal y como me lo acabas de resumir, tendras que escribir otro manana para corregirlo. Diras que no soy sospechoso en absoluto. Despues de eso tendras que buscarte otra seccion…

– ?Y eso por que? -pregunto la periodista con altivez.

– Porque esto es una calumnia orquestada por asuntos internos. Es una trampa. Y cuando todos los demas del departamento lo lean manana lo sabran y sabran que has picado. No se fiaran de ti. Pensaran que eres solo una tapadera para gente como Brockman. Ninguna fuente que merezca la pena querra tener esa relacion contigo. Incluido yo. Te quedaras cubriendo la comision de la policia y reescribiendo comunicados de prensa de la oficina de relaciones con los medios. Y, por supuesto, cada vez que Brockman quiera putear a alguien cogera el telefono y te llamara.

Se produjo un silencio en la linea. Bosch levanto la cabeza hacia el cielo y vio que se tenia de rosa con el inicio del crepusculo. Miro el reloj. Faltaba un minuto para la hora de cierre.

– ?Estas ahi, Keisha?

– Bosch, me estas asustando.

– Deberias estar asustada. Tienes un minuto para tomar una gran decision.

– Deja que te pregunte algo. ?Agrediste a Pounds y lo lanzaste por la ventana hace dos semanas?

– ?On the record u off the record?

– No importa, necesito una respuesta. ?Rapido!

– Off the record, eso es mas o menos preciso.

– Bueno, eso pareceria hacerme sospechoso de su muerte. No veo…

– Keisha, he estado fuera del estado tres dias. He vuelto hoy. Brockman me llevo a comisaria y hablo conmigo menos de media hora. Comprobaron mi coartada y me dejaron libre. No soy sospechoso. Estoy hablando desde delante de mi casa. ?Oyes ese martilleo? Eso es mi casa. Tengo un carpintero aqui. ?Crees que a los sospechosos principales los dejan ir a dormir a casa?

– ?Como puedo confirmar todo esto?

– ?Hoy? No puedes. Tienes que elegir. Brockman o yo. Manana puedes llamar al sub director Irving y el te lo confirmara… si quiere hablar contigo.

– ?Mierda! Bosch, no puedo creerlo. Si voy al jefe de redaccion a la hora de cierre y le digo que un articulo para el que me ha reservado la primera pagina desde la reunion de las tres en punto no existe… Podria estar ante una nueva seccion y un nuevo periodico para cubrirla.

– Hay otras noticias en el mundo, Keisha. Ya encontraran algo para la primera pagina. A la larga sera bueno para ti. Hare correr la voz.

Hubo un breve silencio mientras ella tomaba su decision.

– No puedo hablar. He de entrar alli y cogerlo. Adios, Bosch. Espero que todavia trabaje aqui la proxima vez que hablemos.

Habia colgado antes de que el pudiera despedirse.

Bosch camino calle arriba hasta el Mustang y condujo hasta su casa. Gowdy habia terminado con los pestillos y ambas puertas tenian ya candados. El inspector estaba junto a su coche, usando el capo como mesa. Estaba escribiendo en una tablilla y Bosch supuso que trabajaba con lentitud porque queria asegurarse de que Bosch abandonaba la propiedad. Bosch empezo a cargar su pila de pertenencias en el Mustang. No sabia adonde iba a ir.

Dejo de lado la idea de que no tenia hogar y empezo a pensar en Keisha Russell. Se pregunto si seria capaz de

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