– ?Lo sabes?
– ?Por que no me lo dijiste, Jasmine?
– Yo…
Mas silencio.
– ?Quieres que te lo cuente ahora?
– No lo se…
– ?Que te dijo?
– ?Quien?
– Irving.
– No fue el. El no lo sabe. Fue otra persona, alguien que queria herirme.
– Fue hace mucho tiempo, Harry. Quiero explicarte lo que paso…, pero no por telefono.
Bosch cerro los ojos y penso un momento. Solo oir la voz de Jasmine habia renovado su sensacion de conexion con ella, pero tenia que plantearse si queria meterse en eso.
– No lo se, Jazz. Tengo que pensar en…
– Mira, ?que se supone que tenia que hacer? ?Llevar una senal para advertirte desde el principio? Dime, ?cuando era el momento oportuno para que te lo contara? ?Despues de aquella primera limonada? Deberia haberte dicho: «Ah, por cierto, hace seis anos mate al hombre que estaba viviendo conmigo cuando trato de violarme por segunda vez en la misma noche.» ?Eso habria sido apropiado?
– Jazz, no…
– ?No que? Mira, los polis no me creyeron aqui, ?que deberia esperar de ti?
Bosch se dio cuenta de que ella estaba llorando, no porque pudiera oirla, sino porque se percibia en su voz, cargada de soledad y dolor.
– Me dijiste cosas -dijo ella-. Pensaba que…
– Jazz, pasamos un fin de semana Juntos. Estas dando demasiada…
– ?No te atrevas! No me digas que no significo nada.
– Tienes razon. Lo siento… Mira, no es el momento adecuado. Me juego demasiado. Te llamare yo.
Ella no dijo nada.
– ?De acuerdo?
– De acuerdo, Harry, llamame.
– Vale, adios, Jazz.
Colgo y se quedo unos segundos con los ojos cerrados. Sentia el entumecimiento de la decepcion que acompana a las esperanzas rotas y se pregunto si volveria a hablar con ella otra vez. Al analizar sus pensamientos se dio cuenta de que todos parecian el mismo. Y por tanto su miedo no tenia que ver con lo que ella habia hecho, fueran cuales fuesen los detalles. Su temor era que de hecho la llamaria y que podria quedar entrelazado con alguien con mas carga emocional que el mismo.
Abrio los ojos y trato de apartar sus pensamientos. Pero volvio a pensar en Jasmine. Se descubrio a si mismo maravillandose por la aleatoriedad de su encuentro. Un anuncio de periodico. Bien podria haber puesto: «Asesina blanca soltera busca alma gemela.» Se rio en voz alta, pero no tenia ninguna gracia.
Encendio la television para distraerse. El presentador del programa de entrevistas estaba entrevistando a mujeres que le habian robado el novio a su mejor amiga. Las mejores amigas tambien estaban en el plato y cada pregunta se convertia en una pelea de gatos verbal. Bosch bajo el volumen y observo diez minutos en silencio, examinando las contorsiones de los rostros furiosos de las mujeres.
Al cabo de un rato apago la tele y llamo a la sala de enfermeras por el interfono para pedir sus cereales. La enfermera con la que hablo no sabia nada de su peticion de desayuno a la hora del almuerzo. Llamo de nuevo al numero de Meredith Roman, pero colgo cuando le salto el contestador.
Justo cuando Bosch estaba empezando a tener hambre suficiente para sentirse tentado de volver a pedir el bistec Salisbury, una enfermera entro finalmente con otra bandeja de comida. Esta contenia un platano, un vaso pequeno de zumo de naranja, un bol de plastico con una caja pequena de Frosted Flakes y un brik de leche. Bosch le dio las gracias y empezo a comer los cereales directamente de la caja. No queria nada mas.
Cogio el telefono, marco el numero principal del Parker Center y pregunto por el despacho del subdirector Irving. El secretario que respondio al fin dijo que Irving estaba en una conferencia con el jefe de policia y que no podia molestarle. Bosch dejo su numero.
A continuacion llamo al numero de Keisha Russell en el periodico.
– Soy Bosch.
– Bosch, ?donde te has metido? ?Has apagado el telefono?
Bosch busco en su maletin y saco el telefono. Comprobo la bateria..
– Lo siento, esta muerto.
– Genial. Eso no me ayuda mucho, ?sabes? Los dos nombres mas importantes de ese recorte que te di murieron anoche y ni siquiera me llamas. Menudo trato hicimos.
– Eh, estoy llamando, ?vale?
– ?Que tienes para mi?
– ?Que tienes tu ya? ?Que estan diciendo?
– No estan diciendo nada. Estaba esperandote, tio.
– Pero ?que estan diciendo?
– Lo que te digo, nada. Estan diciendo que ambas muertes estan siendo investigadas y que no existe una conexion clara. Estan haciendolo pasar por una gran coincidencia.
– ?Y el otro hombre? ?Han encontrado a Vaughn?
– ?Quien es Vaughn?
Bosch no podia entender que estaba ocurriendo, por que lo encubrian. Sabia que debia esperar a tener noticias de Irving, pero le costaba contener la rabia.
– ?Bosch? ?Estas ahi? ?Que otro hombre?
– ?Que estan diciendo de mi?
– ?De ti? No estan diciendo nada.
– El nombre del otro hombre es Jonathan Vaughn. Tambien estaba alli, en casa de Mittel, anoche.
– ?Como lo sabes?
– Yo tambien estuve alli.
– Bosch, ?estuviste alli?
Bosch cerro los ojos, pero su mente no podia penetrar la mortaja con la que el departamento habia cubierto el caso.
– Harry, teniamos un trato. Cuentame la historia.
Se fijo en que era la primera vez que ella usaba su nombre de pila. Bosch siguio sin decir nada mientras trataba de averiguar lo que habia ocurrido y sopesaba las consecuencias de hablar con la periodista.
– ?Bosch?
Vuelta a la normalidad.
– Muy bien. ?Tienes el lapiz? Voy a darte lo suficiente para que empieces. Tendras que ir a Irving a conseguir el resto.
– Le he estado llamando. Ni siquiera se pone al telefono.
– Lo hara cuando sepa que conoces la historia. Tendra que hacerlo.
Cuando Bosch hubo terminado su relato estaba fatigado y volvia a dolerle la cabeza. Estaba listo para irse a dormir, si tuviera sueno. Queria olvidarlo todo y solo dormir.
– Es una historia increible, Bosch -dijo ella cuando el hubo terminado-. Eh, siento lo de tu madre.
– Gracias.
– ?Y Pounds?
– ?Que pasa con Pounds?
– ?Esta relacionado? Irving estaba de mandamas de aquella investigacion. Y ahora de esta.
– Tendras que preguntarle a el.
– Si consigo que se ponga al aparato.
– Cuando telefonees dile al secretario que llamas de parte de Marjorie Lowe. Volvera a llamarte cuando reciba el mensaje. Te lo garantizo.