– No lo se. A aquel con quien lo hiciera o para el que lo hiciera.

Rider asintio pensativamente mientras masticaba.

– No lo se, Harry. Llevas menos de un dia en el trabajo despues de tres anos de tomar el sol y ya estas interpretando cosas en el caso que no veo. Supongo que todavia eres el maestro.

– Tu estas oxidada de estar sentada detras de un escritorio enorme de la sexta.

– Hablo en serio.

– Yo tambien. Mas o menos. Creo que he esperado tanto a esto que estoy plenamente alerta, supongo.

– Solo cuentame como lo ves, Harry. No hace falta que te excuses por tu instinto.

– De hecho, todavia no lo veo. Y es parte del problema. El nombre de Roland Mackey no esta en ninguna parte del expediente, y ese es el primer problema. Sabiamos que estaba cerca, pero no tenemos nada que lo relacione con la victima.

– ?De que estas hablando? Tenemos la pistola con su ADN.

– La sangre lo relaciona con la pistola, no con la chica. Has leido el expediente.

No podemos demostrar que su ADN se depositara en el momento del asesinato. Ese unico informe podria dinamitar todo el caso. Es un gran agujero, Kiz. Tan grande que un jurado podria pasar por el. Todo lo que Mackey ha de hacer en el juicio es levantarse y decir: «Si, robe la pistola en una casa de Winnetka. Despues subi a la colina y dispare varias veces. Estaba imitando a Mel Gibson y ese maldito trasto me mordio, me arranco un trozo de piel de la mano. Nunca habia visto que eso le pasara a Mel. Asi que me enfureci y lance la maldita pistola a los arbustos y me fui a casa para ponerme unas tiritas.» El informe del laboratorio -nuestro propio puto informe- lo respalda y se acabo la historia.

Rider no sonrio en ningun momento. Bosch sabia que le estaba entendiendo. -No hace falta que diga nada mas, Kiz, y conseguira una duda razonable y nosotros no podremos demostrar lo contrario. No tenemos pruebas en la escena, no tenemos pelos, ni fibras, no tenemos nada. Y luego esta su perfil. Y si hubieras visto su historial antes de meterte con el caso y tener su ADN nunca habrias dicho que este tipo podia ser un asesino. Quizas en una pelea o en un arrebato de pasion. Pero nunca algo como esto, algo planeado, y ciertamente, no a los dieciocho anos.

Rider nego con la cabeza de manera casi nostalgica.

– Hace unas horas nos han dado esto como un regalo de bienvenida. Se suponia que Iba a ser coser y cantar…

– El ADN hace que todo el mundo salte a una conclusion. Ese es el problema:

La gente cree que la tecnologia lo soluciona todo. Ven demasiada television.

– ?Es esta tu extrana forma de decir que no crees que lo hiciera el?

– Todavia no se lo que creo.

– Entonces lo seguimos, le pinchamos el telefono, lo asustamos de alguna manera y vemos a quien llama y como reacciona.

Bosch asintio con la cabeza.

– Eso estaba pensando -dijo.

– Antes ha de autorizarlo Abel.

– Seguimos las reglas, como me ha dicho el jefe hoy.

– Vaya, vaya… ?El nuevo Harry Bosch!

– Lo tienes delante.

– Antes de pedir la escucha hemos de asegurarnos de que ninguno de los protagonistas conocia a Roland Mackey. Si se confirma, voto por ir a ver a Pratt por el pinchazo.

– Me parece bien. ?Que mas has sacado de la lectura?

Queria ver si ella habia captado la corriente racial subyacente antes de proponerlo.

– Solo lo que habia alli -respondio Rider-. ?Habia algo mas que se me ha pasado?

– No lo se, nada obvio.

– ?Entonces que?

– Estaba pensando en el hecho de que la chica era mulata. Incluso en el ochenta y ocho tenia que haber gente a la que no le gustara la idea. Si a eso anadimos el robo del que surgio el arma… La victima era un judio. Dijo que lo estaban acosando y que por eso compro la pistola.

Rider asintio pensativamente mientras tragaba un bocado de arroz.

– No hay que perderlo de vista -dijo ella-. Pero no veo que haya que echar las campanas al vuelo con eso.

– No habia nada en el expediente…

Comieron en silencio durante unos minutos. Bosch siempre pensaba que Chinese Friends tenia las gambas mas suaves y dulces que habia comido nunca con el arroz frito. Las costillas de cerdo, tan finas como los platos de plastico en los que las comian, tambien eran exquisitas. Y Kiz tenia razon, era mejor comerlas con la mano.

– ?Y Green y Garcia? -pregunto Rider al fin.

– ?Que pasa con ellos?

– ?Como los calificarias en esto?

– No lo se, quizas un suficiente, siendo generoso. Cometieron errores y retardaron las cosas. Despues parece que cumplieron el expediente. ?Y tu?

– Lo mismo. Escribieron un buen expediente, aunque da la sensacion de que lo hicieron para cubrirse las espaldas, como si supieran que nunca iban a resolverlo. Se esmeraron en que el expediente mostrara que no habian dejado piedra sin mover.

Bosch asintio y miro su bloc en la silla vacia que tenia al lado. Leyo la lista de gente a interrogar.

– Hemos de hablar con los padres y con Garcia y Green. Tambien necesitamos una foto de Mackey. De cuando tenia dieciocho.

– Creo que es mejor dejar a los padres hasta que hayamos hablado con los demas. Puede que sean los mas importantes, pero han de ser los ultimos. Quiero saber lo mas posible antes de sacudirlos, con esto despues de diecisiete anos.

– Bien. Quiza deberiamos empezar con la condicional. Hace solo un ano que termino. Probablemente estaba asignado a Van Nuys.

– Si. Podemos ir alli y despues pasamos a hablar con Art Garcia.

– ?Lo has encontrado? ?Sigue trabajando?

– No tuve que buscar. Ahora es jefe de la comandancia del valle.

Bosch asintio. No estaba sorprendido. A Garcia le habia ido bien. El puesto de inspector de comandancia lo situaba justo por debajo del subdirector. Eso significaba que era segundo al mando en las cinco divisiones de policia del valle de San Fernando, incluida la de Devonshire, donde anos antes habia investigado el caso Verloren.

Rider continuo.

– Ademas de nuestros proyectos regulares en la oficina del jefe, cada uno de los ayudantes especiales era una especie de enlace con una de las cuatro comandancias. Mi asignacion era el valle. Asi que el inspector de comandancia Garcia y yo hablabamos de vez en cuando, aunque solia tratar con su ayudante, un tal Vartan.

– Ya te entiendo… Tengo una companera muy bien conectada. Probablemente le estabas diciendo a Vartan y Garcia como manejar el valle.

Ella nego con la cabeza simulando estar enfadada.

– No me vengas con hostias. Trabajar en la sexta planta me dio una buena vision del departamento y de como funciona.

– O como no funciona. Y hablando de eso, hay algo que deberia contarte.

– ?Que es?

– Me encontre con Irving cuando fui a buscar cafe. Justo despues de que te fueras.

Rider inmediatamente se mostro preocupada. -?Que paso? ?Que dijo?

– No mucho. Me llamo recauchutado y menciono que voy a estallar y que, cuando me pase eso, el jefe caera conmigo por haberme recontratado. Y, por supuesto, cuando pase la tormenta, Don Limpio estara alli para subir un peldano.

– Joder, Harry. ?Un dia en el trabajo y ya tienes a Irving mordiendote el culo?

Bosch separo las manos, casi golpeando el hombro del senor que estaba sentado en la mesa de al lado.

– Fui a buscar cafe y estaba alli. Fue Irving el que se me acerco, Kiz. Estaba ocupandome de mis asuntos, te lo juro.

Rider bajo la mirada y continuo comiendo sin hablarle. Dejo el ultimo trozo de costilla de cerdo, a medio comer,

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