caso y que deberia enviarlo a analizar.

– ?El detective Pratt?

– Si, Pratt. En cuanto esa unidad empezo a ser operativa lo llame y le dije: revise el caso de Becky Verloren, mil novecientos ochenta y ocho. ?Que han obtenido? Han conseguido una coincidencia, ?verdad?

Rider asintio.

– Tenemos una coincidencia muy buena.

– ?Quien? He estado esperando diecisiete anos a esto. Alguien del restaurante, ?no?

Eso le dio que pensar a Bosch. En el expediente del caso habia resumenes de interrogatorios con gente que trabajaba en el restaurante de Robert Verloren, pero nada que se alzara por encima de una investigacion de rutina. Nada que indicara sospecha o seguimiento. Nada en el sumario de la investigacion senalaba hacia el restaurante. De pronto, escuchar a uno de los detectives originales del caso manifestar una sospecha largo tiempo albergada de que el asesino habia venido de esa direccion era incongruente con todo aquello que habian pasado la manana leyendo.

– Lo cierto es que no -dijo Rider-. El ADN pertenece a un hombre llamado Roland Mackey. Tenia dieciocho anos en el momento del asesinato. Entonces vivia en Chatsworth. No creemos que trabajara en el restaurante.

Garcia junto las cejas como si estuviera desconcertado, o quiza decepcionado.

– ?El nombre significa algo para usted? -pregunto Rider-. No lo hemos encontrado en el expediente.

Garcia nego con la cabeza.

– No lo situo ahora mismo, pero ha pasado mucho tiempo. ?Quien es?

– Todavia no sabemos quien es. Lo estamos rodeando. Solo estamos empezando.

– Estoy seguro de que habria recordado ese nombre. Su sangre esta en la pistola, ?no?

– Con eso es con lo que contamos. Tiene antecedentes. Robos, comerciar con mercancia robada, drogas. Creemos que podria ser el autor del robo en el que se llevaron la pistola.

– Rotundamente -dijo Garcia, como si su entusiasmo por la idea pudiera convertirla en realidad.

– Podemos conectarlo con la pistola sin ninguna duda -dijo Rider-, pero estamos buscando la conexion con la chica. Pensabamos que tal vez recordaria algo.

– ?Aun no han hablado con la madre y el padre?

– Todavia no. Usted es nuestra primera parada.

– Esa pobre familia. Para ellos fue el fin.

– ?Ha permanecido en contacto con los padres?

– Inicialmente si. Mientras tuve el caso. Pero cuando me hicieron teniente y volvi a la patrulla tuve que renunciar al caso. En cierto modo, perdi contacto con ellos despues de eso. Principalmente hablaba con Muriel, la madre. El padre… Habia algo extrano en el. No lo llevo bien. Dejo la casa, se divorciaron, todo. Perdio el restaurante. Lo ultimo que oi era que estaba viviendo en la calle. De cuando en cuando aparecia por la casa y le pedia dinero a Muriel.

– ?Que le hizo pensar que fue alguien del restaurante cuando entramos aqui? Garcia nego con la cabeza, como si se sintiera frustrado al tratar de alcanzar un recuerdo que se le escurria.

– No lo se -dijo-. No lo recuerdo. Era mas bien una sensacion. Habia cosas que iban mal en el caso. Habia algo turbio.

– ?En que sentido?

– Bueno, estoy seguro de que han leido el expediente. No la violaron. La cargaron por esa colina e hicieron que pareciera un suicidio. Lo hicieron mal. Fue realmente una ejecucion. Asi que no estabamos hablando de un intruso casual. Alguien al que conocia la queria muerta. No bien entraron en la casa o enviaron a alguien a la casa.

– ?Cree que estaba relacionado con su embarazo? -pregunto Rider. Garcia asintio.

– Pensamos que estaba relacionado, pero nunca logramos establecerlo con certeza.

– MVA, las iniciales que Rebecca uso en su diario. Nunca descubrio que significaban. Las menciono en la entrevista formal con los padres. Mi verdadero amor, ?recuerda?

– Ah, si, las iniciales. Era como un codigo. Nunca lo supimos con seguridad.

Nunca descubrimos quien era. ?Estan buscando el diario?

Bosch asintio y Rider hablo.

– Estamos buscandolo todo. El diario, la pistola, toda la caja de pruebas se ha perdido en algun sitio de la DAP.

Garcia sacudio la cabeza como un hombre que habia pasado una carrera tratando con las frustraciones del departamento.

– Eso no me sorprende. Lo habitual.

– Si.

– Aunque le dire una cosa. Si encuentran la caja, alli no estara el diario.

– ?Por que?

– Porque lo devolvi.

– ?A los padres?

– A la madre. Como he dicho, me ascendieron a teniente y me iba, al South Bureau. Ron Green ya se habia retirado. Estaba transfiriendo el caso y sabia que seria el final de este. Nadie iba a prestarle atencion como nosotros. Asi que le dije a Muriel que me iba y le entregue el diario…

»Esa pobre mujer… Era como si el tiempo se hubiera detenido para ella ese dia de julio. Se quedo congelada. No podia seguir adelante, ni volver atras. Recuerdo que fui a verla antes de irme. Fue un ano o asi despues del asesinato. Me hizo mirar en el dormitorio de Becky. No lo habian tocado. Estaba exactamente igual que la noche en que se la llevaron.

Rider asintio sombriamente. Garcia no dijo nada mas. Bosch finalmente se aclaro la garganta, se inclino hacia delante y hablo, golpeando de nuevo a Garcia con la misma pregunta.

– Cuando llegamos aqui diciendo que teniamos una coincidencia de ADN, supuso que era alguien del restaurante. ?Por que?

Bosch miro a Rider para ver si le habia molestado que interviniera en el interrogatorio. Al parecer no.

– No se por que -dijo Garcia-. Como he dicho, siempre pense que podia haber llegado de ese lado, porque nunca senti que hubieramos concluido alli.

– ?Esta hablando del padre?

Garcia asintio.

– El padre era turbio. No se si todavia se dice esa palabra. Pero entonces la palabra era turbio.

– ?En que sentido? -pregunto Rider-. ?En que sentido era turbio el padre? Antes de que Garcia tuviera ocasion de responder a la pregunta uno de los ayudantes uniformados entro en el despacho.

– ?Jefe? Estan todos en la sala de reuniones preparados para empezar.

– De acuerdo, sargento. Enseguida voy.

Despues de que el sargento se hubiera ido, Garcia miro a Rider como si hubiera olvidado la pregunta.

– No hay nada en el sumario de la investigacion que arroje ninguna sospecha sobre el padre -dijo Rider-. ?Por que pensaba que era turbio?

– Ah, en realidad no lo se. Era una especie de corazonada. Nunca reaccionaba como se supone que un padre ha de reaccionar. Era demasiado tranquilo. Jamas se enfurecia, jamas gritaba, o sea alguien le arrebato a su nina. Nunca nos cogio aparte a Ron o a mi y nos dijo: «Quiero que me dejen a ese tipo cuando lo encuentren.» Esperaba eso.

Por lo que a Bosch respectaba, todo el mundo seguia siendo sospechoso, incluso con el resultado ciego que vinculaba a Roland Mackey con el arma del crimen. Eso ciertamente incluia a Robert Verloren. Sin embargo, Bosch inmediatamente desecho la corazonada de Garcia relacionada con las respuestas emotivas del padre ante el asesinato de su hija. Sabia por haber trabajado en cientos de asesinatos que no habia forma alguna de juzgar tales respuestas para construir sobre ellas una sospecha. Bosch habia visto todas las combinaciones posibles y ninguna significaba nada. Uno de los hombres que mas gritaron y lloraron de todos los que se habia encontrado en sus numerosos casos termino siendo el asesino.

Al rechazar la corazonada y la sospecha de Garcia, Bosch tambien estaba despreciando al antiguo detective. El y Green sin duda habian cometido errores al principio, pero se habian recuperado para llevar a cabo una investigacion formal del asesinato. El expediente lo reflejaba. No obstante, al hablar con Garcia, Bosch supuso que aquello que se habia hecho bien probablemente correspondia a Green. Sabia que tenia que haberlo sospechado al

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