un chico y cuatro chicas posando en una pared que Bosch reconocio como la de la entrada del aparcamiento de estudiantes. Una de las chicas era Becky Verloren. El pie de foto decia «lideres de estudiantes». Debajo de la foto se identificaba a los alumnos y se mencionaban sus posiciones. Becky Verloren era representante en el consejo de estudiantes. Bailey Koster era la delegada de curso.

Rider trato de girar de nuevo el anuario, pero Bosch lo aguanto un momento para examinar la fotografia. Podia decir por su pose y su estilo que Becky Verloren habia dejado atras su incomodidad adolescente. No describiria a la estudiante de la foto como una nina. Estaba en camino de convertirse en una mujer atractiva y segura de si misma. Dejo el volumen y Rider lo cogio.

– Iba a ser una rompecorazones -dijo Bosch.

– Quiza ya lo era, quizas eligio el corazon equivocado para romper.

– ?Algo mas ahi?

– Echa un vistazo.

Ella abrio otra vez el libro. Las fotos del viaje del club de arte a Francia el verano anterior ocupaban la doble pagina. Habia fotos de una veintena de estudiantes, chicos y chicas, y varios padres o profesores delante de Notre Dame, en el patio del Louvre y en un barco turistico en el Sena. Rider senalo a Rebecca Verloren en una de las fotos.

– Fue a Francia -dijo Bosch-. ?Y?

– Podria haber conocido a alguien alli. Este asunto podria tener una conexion internacional. Quiza tendriamos que ir alli y comprobarlo. -Estaba tratando de contener una sonrisa.

– Si -dijo Bosch-. Haz una peticion y enviala a la sexta planta.

– Vaya, Harry, me parece que tu sentido del humor sigue retirado.

– Si, supongo que si.

El sonido de la campana de la escuela termino con la discusion y con las clases del dia. Bosch y Rider se levantaron, dejaron los anuarios en la mesa y salieron de la biblioteca. Ambos siguieron las indicaciones que les habia dado Stoddard hasta el aula de Bailey Sable, esquivando por el camino a estudiantes que se apresuraban a salir de la escuela. Las chicas llevaban faldas lisas y blusas blancas, los chicos pantalones holgados y polos blancos.

Miraron por la puerta abierta del aula B-6 y vieron a una mujer sentada ante su mesa, en el centro de la parte delantera de la sala. No levanto la cabeza de los papeles que aparentemente estaba clasificando. Bailey Sable apenas se parecia a la delegada de la clase de segundo curso cuya foto Bosch y Rider habian estudiado en el anuario. Tenia el pelo mas oscuro y corto, y el cuerpo mas ancho y pesado. Como Stoddard, llevaba gafas. Bosch sabia que solo tendria treinta y dos o treinta y tres anos, pero parecia mayor.

Habia una ultima estudiante en el aula, una chica guapa y rubia que estaba metiendo libros en una mochila. Cuando termino, la joven cerro la cremallera de la mochila y se dirigio a la puerta.

– Hasta manana, senora Sable.

– Adios, Kaitlyn.

La estudiante miro a Bosch y Rider con curiosidad al pasar junto a ellos. Los detectives entraron en el aula y Bosch cerro la puerta. El sonido provoco que Bailey levantara la vista de sus papeles.

– ?Puedo ayudarles? -pregunto.

– Quiza pueda -dijo Bosch, tomando la iniciativa-. El senor Stoddard dijo que podiamos venir a su aula. -Se aproximo al escritorio.

La profesora lo miro con cautela.

– ?Son ustedes padres?

– No, somos detectives, senora Sable. Mi nombre es Harry Bosch, y ella es Kizmin Rider. Queremos hacerle unas preguntas sobre Becky Verloren.

Ella reacciono como si acabaran de darle un punetazo en el estomago. Despues de todos los anos transcurridos la herida seguia a flor de piel.

– Oh, Dios mio, oh, Dios mio -dijo.

– Lamentamos sobresaltar la con esto de repente -dijo Bosch.

– ?Ha ocurrido algo? ?Han encontrado a…? -Sable no termino.

– Bueno, estamos investigando otra vez -dijo Bosch-. Y podria ayudarnos.

– ?Como?

Bosch hurgo en el bolsillo y extrajo la foto de ficha policial que habia sacado del archivo del Departamento Correccional. Era un retrato de Mackey de cuando era un ladron de coches de dieciocho anos. Bosch la puso encima de los papeles que la profesora habia estado clasificando. Ella la miro.

– ?Reconoce a esta persona? -pregunto Bosch.

– Fue sacada hace diecisiete anos -anadio Rider-. Alrededor del momento de la muerte de Becky.

La maestra observo la expresion desafiante de Mackey ante la camara policial. No dijo nada durante un buen rato. Bosch miro a Rider y asintio, una senal de que quizas ella deberia tomar la iniciativa.

– ?Se parece a alguien que usted o Becky o alguno de sus amigos pudieran haber conocido entonces? - pregunto, Rider.

– ?Vino a esta escuela? -pregunto Sable.

– No, creemos que no. Pero sabemos que vivia en esta zona.

– ?Es el asesino?

– No lo sabemos. Solo intentamos determinar si hay una conexion entre Becky y el.

– ?Como se llama?

Rider miro a Bosch y este asintio de nuevo.

– Se llama Roland Mackey. ?Le resulta familiar? -En realidad no. Me cuesta acordarme de entonces.

Recordar las caras de desconocidos, quiero decir.

– Entonces definitivamente no era alguien al que conociera, ?cierto?

– Definitivamente.

– ?Cree que Becky podria haberlo conocido sin que usted lo supiera?

Ella penso un largo momento antes de responder.

– Bueno, es posible. Vera, resulto que habia estado embarazada. No sabia eso, asi que supongo que podria no haber sabido nada de el. ?Era el padre?

– No lo sabemos.

Por si misma, Bailey Sable habia propulsado la conversacion hacia la siguiente linea de interrogatorio de Bosch.

– Senora Sable, ?sabe?, han pasado muchos anos desde entonces -dijo este-. Si entonces estaba sacando la cara por una amiga, lo entendemos. Pero si sabe algo mas, puede decirnoslo ahora. Probablemente es la ultima oportunidad que nadie va a tener para resolver este caso.

– ?Se refiere a su embarazo? De verdad no lo sabia. Lo siento. Me quede tan impresionada como todos los demas cuando la policia empezo a hacer preguntas sobre eso.

– Si Becky iba a confiarse a alguien, ?habria sido a usted? De nuevo tardo en responder. Lo penso un poco.

– No lo se -dijo ella-. Eramos muy amigas, pero tambien tenia una relacion de amistad con unas pocas chicas mas. Cuatro de nosotras nos conociamos desde primer grado. En primer grado nos llamabamos el club Kiuy Cat porque todas teniamos gatos. En diferentes momentos y en diferentes anos una de nosotras era mas intima de una de las otras. Cambiaba constantemente, pero como grupo nos mantuvimos siempre unidas.

Bosch asintio.

– El verano en que murio Becky, ?quien diria que era la mas cercana a ella?

– Probablemente Tara, fue la que peor se lo tomo. Bosch miro a Rider, tratando de recordar los nombres de las chicas con las que Becky habia estado dos noches antes de su muerte.

– ?Tara Wood? -pregunto Rider.

– Si. Pasaron mucho tiempo juntas ese verano, porque el padre de Becky tenia un restaurante en Malibu y las dos estaban trabajando alli. Se partian un turno. Ese verano parecia que no hacian otra cosa mas que hablar de eso.

– ?Que decian? -pregunto Rider.

– Oh, ya sabe, que estrellas iban, ese tipo de cosas. Decian que iba gente como Sean Penn y Charlie Sheen. Y a

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