Rider simplemente asintio. Continuo leyendo.

– Este tipo nunca salio del valle -dijo-. Todas las direcciones son de por aqui.

– ?Cual es la ultima conocida?

– Panorama City. La misma que en Auto Track. Pero si esta aqui, probablemente es vieja.

Bosch asintio. Cualquiera que habia pasado por el sistema penitenciario tantas veces como Mackey sabia que le convenia cambiarse de casa el dia en que terminaba la condicional. Y sin dejar direccion. Bosch y Rider irian a la direccion de Panorama City a comprobarlo, pero Bosch sabia que Mackey ya no iba a estar. Alli donde se hubiera trasladado no habia usado su nombre en los servicios publicos ni habia actualizado su licencia de conducir o su registro de vehiculo. Estaba volando por debajo del radar.

– Dice que estuvo con los Wayside Whities -dijo Rider al revisar el informe.

– No me sorprende.

Wayside Whities era el nombre de una banda carcelaria que habia existido durante anos en el Wayside Honor Rancho del norte del condado. Las bandas normalmente se formaban siguiendo lineas raciales en las prisiones del condado, mas como medio de proteccion que por animadversion racial. No era raro encontrar a miembros judios en la banda de orientacion nazi Wayside Whities. La proteccion era la proteccion. Era una forma de pertenecer a un grupo y evitar las agresiones de otros grupos. Se trataba de una medida de supervivencia en prision. La pertenencia de Mackey al grupo era solo una conexion tenue con la teoria de Bosch de que la raza posiblemente habia sido un factor a tener en cuenta en el caso Verloren. -?Algo mas sobre eso? -pregunto.

– No que haya visto.

– ?Y la descripcion fisica? ?Algun tatuaje?

Rider paso las hojas y saco un formulario de la prision.

– Si, tatuajes -dijo, leyendo-. Lleva su nombre en un biceps y supongo que el nombre de una chica en el otro, RaHoWa.

Deletreo el nombre y Bosch empezo a sentir el primer cosquilleo de que su hipotesis era solida.

– No es un nombre -dijo-. Es codigo. Significa Racial Holy War. Las dos primeras letras de cada palabra. El tipo es uno de los fieles. Creo que a Garcia y Green se les paso y lo tenian delante.

Sintio la subida de la adrenalina.

– Mira esto -dijo Rider con urgencia-. Tambien tenia el numero ochenta y ocho tatuado en la espalda. El tipo tiene un recordatorio de lo que hizo en el ochenta y ocho.

– Mas o menos -dijo Bosch-. Es otro codigo. Trabaje en uno de esos casos de supremacia blanca y recuerdo todos los codigos. Para esos tipos ochenta y ocho significa doble H porque la H es la octava letra del alfabeto. Ochenta y ocho equivale a HH, es decir, Heil Hitler. Tambien usan un noventa y ocho para Sieg Heil. Son muy listos, ?no?

– Todavia creo que el ano ochenta y ocho puede tener algo que ver con esto.

– Tal vez. ?Tienes algo ahi sobre empleo?

– Parece que conduce un camion grua. Iba conduciendo un camion grua cuando se paro a mear y se gano la acusacion de lascivia la ultima vez. Enumera tres empleos anteriores: todos servicios de gruas.

– Bien. Es un buen punto de partida.

– Lo encontraremos.

Bosch volvio a mirar la hoja de detenciones que tenia delante. Habia un robo de 1990. Un perro policia habia atrapado a Mackey en la propiedad del Pacific Drive-in Theater. Habia entrado despues del cierre y se disparo una alarma silenciosa. Cogio lo poco que habia en la caja registradora y se lleno una bolsa de plastico con doscientas barras de caramelo. Tardo en salir porque decidio conectar el calentador de queso y hacerse unos nachos. Todavia estaba en el interior del edificio cuando un agente con un perro envio al animal a la tienda. El informe decia que Mackey fue tratado por heridas debidas a mordiscos de perro en el brazo y el muslo izquierdos en el County USC Medical Center antes de ser inculpado.

El registro indicaba que Mackey se habia declarado culpable de allanamiento de morada, un cargo menor, y fue sentenciado al tiempo pasado en prision preventiva -sesenta y siete dias en la prision de Van Nuys- y a dos anos de libertad condicional.

El siguiente informe se referia a una violacion de esa condicional debida a una detencion por agresion. Bosch estaba a punto de leer el informe cuando Rider le quito de las manos el fajo de fotocopias.

– Es hora de ir a ver a Garcia -dijo-. Su sargento dijo que si llegabamos tarde lo perderiamos.

Ella se levanto y Bosch la siguio. Se dirigieron hacia la Division de Van Nuys. Las oficinas de la comandancia del valle estaban en la tercera planta.

– En mil novecientos noventa Mackey fue detenido por un robo en el viejo Pacific Drive-in -dijo Bosch mientras caminaban.

– De acuerdo.

– Estaba en Winnetka y Prairie. Ahora hay alli un multicine. Eso lo pone a unas cinco o seis manzanas de donde fue robada el arma del caso Verloren un par de anos antes. El robo.

– ?Que opinas?

– Dos robos a cinco manzanas de distancia. Creo que tal vez le gustaba trabajar en esa zona. Creo que robo la pistola. O estaba con la persona que la robo.

Rider asintio con la cabeza. Subieron la escalera que conducia al vestibulo de la comisaria y a continuacion cogieron el ascensor el resto del camino hasta la comandancia del valle de San Fernando. Llegaban a la hora, pero de todos modos les hicieron esperar. Mientras estaba sentado en el sofa, Bosch dijo:

– Recuerdo ese drive-in. Fui un par de veces cuando era un chaval. Al de Van Nuys tambien.

– Tambien teniamos el nuestro en el Southside -dijo Rider.

– ?Tambien lo convirtieron en un multicine?

– No. Es solo un aparcamiento. Alli no invierten dinero en multicines.

– ?Y Magic Johnson?

Bosch sabia que el ex jugador de baloncesto de los Lakers habia invertido mucho en la comunidad, entre otras cosas abriendo cines. -Solo es uno.

– Supongo que uno es un comienzo.

Una mujer con galones de cabo en las mangas del uniforme se les acerco. -El jefe los recibira ahora.

9

El inspector de comandancia Arturo Garcia estaba de pie detras de su escritorio, esperando a que la ayudante uniformada hiciera pasar a Bosch y Rider a su despacho. Garcia tambien iba de uniforme, y lo vestia con orgullo. Tenia el pelo gris acerado y un poblado bigote del mismo, color. Exudaba la confianza de que el departamento solia hacer gala y que estaba intentando recuperar.

– Detectives, pasen, pasen -dijo-. Tomen asiento y cuentenle a un viejo detective de Homicidios como les va.

Tomaron asiento en las sillas que habia delante de la mesa.

– Gracias por recibimos tan pronto -dijo Rider.

Bosch y Rider habian decidido que ella llevaria la voz cantante con Garcia, porque estaba mas familiarizada con el a traves del trabajo de enlace en la oficina del jefe. Ademas, Bosch no estaba seguro de ser capaz de disimular su desagrado por Garcia y por los errores y pasos en falso que el y su companero habian cometido en la investigacion del caso Verloren.

– Bueno, cuando llaman de Robos y Homicidios, uno se hace un hueco, ?no? Sonrio de nuevo.

– En realidad trabajamos en la unidad de Casos Abiertos -dijo Rider.

Garcia perdio la sonrisa y por un momento Bosch creyo ver un destello de dolor en sus ojos. Rider habia concertado la cita a traves de un ayudante desde la oficina del jefe y no habia revelado en que caso estaban trabajando.

– Becky Verloren -dijo el inspector de comandancia. Rider asintio.

– ?Como lo sabe?

– ?Como lo se? Fui yo quien llamo a ese tipo del centro, el agente al mando, y le dije que habia ADN en aquel

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