camion.

– Adelante. No tardara mucho.

Mackey cerro la puerta, dejando a Bosch solo. Al oir que empezaban a sacar los tornillos de la rueda de su Mercedes, Bosch subio la ventanilla y llamo al movil de Rider.

– ?Como va? -pregunto ella a modo de saludo.

– Iba bien hasta que hemos llegado al garaje -dijo Bosch en voz baja-. Creo que conozco al mecanico. Si el me conoce a mi, va a ser un problema. -?Te refieres a que podria conocerte como poli?

– Exactamente.

– Mierda.

– Exactamente.

– ?Que quieres que hagamos? Tim y Rick siguen por aqui.

– Llamalos y cuentales lo que esta ocurriendo. Diles que de momento esten tranquilos. Voy a quedarme en el camion lo maximo que pueda. Si mantengo el telefono levantado como si estuviera hablando no podra verme la cara.

– De acuerdo.

– Solo espero que Mackey no quiera presentarme. Creo que le he impresionado. Quiza quiera exhibirme.

– Vale, Harry, manten la calma y nosotros entraremos en accion si hemos de…

– No estoy preocupado por mi, estoy preocupado por la jugada con…

– Eh, ya vuelve.

Justo cuando ella estaba expresando la advertencia hubo un golpeteo en la ventanilla. Bosch aparto el telefono y se volvio hacia Mackey. Bajo la ventanilla.

– Ya esta -dijo.

– ?Ya?

– Si, puedes ir a la oficina y pagar mientras el vuelve a colocar la rueda. Llegaras a casa en un par de horas.

– Genial.

Sosteniendo el telefono junto a su oreja derecha. Bosch bajo de la grua y camino hasta la oficina, sin permitir en ningun momento que Arana tuviera una perspectiva decente de su rostro. Hablo con Rider mientras caminaba.

– Parece que me voy -dijo.

– Bien -dijo ella-. El hombre en cuestion esta volviendo a ponerte la rueda. Ten cuidado al salir.

– Lo tendre.

Una vez que estuvo en el pequeno despacho, Bosch cerro el telefono. Mackey se habia situado detras de un escritorio repleto y grasiento. Tardo varios segundos en usar una calculadora para hacer una simple suma del importe de la grua y la reparacion.

– Son ciento veinticinco justos -dijo-. Seis kilometros de arrastre, y la valvula son tres pavos.

Bosch se sento en una silla delamte del escritorio y saco su fajo de billetes.

– ?Puedes hacerme una factura?

Mientras contaba seis billetes de veinte y uno de cinco oyo el destornillador electrico. Estaban volviendo a colocar la rueda. Estiro el dinero, pero Mackey estaba preocupado mirando un Post-it que habia encontrado en el escritorio. Lo sostuvo en un angulo que permitia a Bosch leerlo.

Ro. Visa llamo para confirmar empleo en tu solicitud.

Bosch lo leyo en un par de segundos, pero Mackey lo miro un buen rato antes de finalmente dejar la nota otra vez en el escritorio y coger el dinero. Mackey puso los billetes en el cajon de efectivo y empezo a buscar un talonario de recibos en el escritorio. Estaba tardando mucho.

– Normalmente los recibos los hace Kenny -dijo-. Y ha ido a buscar pollo.

Bosch estaba a punto de decir que se olvidara del recibo cuando oyo el crujido de un escalon detras de el y supo que alguien acababa de entrar en el despacho. No se volvio por si era Arana.

– Muy bien, Ro, ya esta hecho. Solo has de bajarlo.

Bosch sabia que era el momento mas peligroso. Mackey podia presentarle o no.

– Gracias, Arana -dijo Mackey.

– Me voy.

– Vale, tio, gracias por quedarte. Te veo manana.

Arana salio del despacho sin que Bosch se volviera en ningun momento. Mackey encontro lo que estaba buscando en el cajon central y garabateo algo. Se lo dio a Bosch. Era el recibo en blanco. En la parte inferior habia escrito 125 $ en una caligrafia infantil.

– Rellenalo tu -dijo Mackey al tiempo que se levantaba-. Ire a bajar el coche y podras irte.

Bosch lo siguio afuera, dandose cuenta de que habia dejado el periodico en el asiento del camion. Se pregunto si deberia dejarlo alli o pensar en una excusa para volver al camion a fin de cogerlo y dejarlo en la oficina en la que sabia que Mackey veia la television en los ratos menos ajetreados de su turno.

Decidio no intervenir mas. Habia plantado la semilla lo mejor que habia podido. Era el momento de retroceder y ver si germinaba.

El Mercedes ya estaba desenganchado de la grua. Bosch lo rodeo hasta el asiento del conductor. Mackey estaba guardando el arnes en la parte de atras del camion grua.

– Gracias, Roland -dijo Bosch.

– Solo Ro, tio -respondio Mackey-. Ten cuidado, tio. Y hazte un favor y no te acerques a South Central.

– Descuida, no tengo ninguna intencion -dijo Bosch.

Mackey sonrio y guino un ojo mientras se sacaba otra vez el guante y le ofrecia la mano a Bosch. Bosch se la estrecho y le devolvio la sonrisa. Luego bajo la mirada a las manos de Mackey y vio una pequena cicatriz blanca en la parte carnosa entre el pulgar y el indice derechos del conductor de gruas. El tatuaje de un Colt 45.

– Nos vemos -dijo.

30

Bosch se dirigio hasta el lugar donde se habia reunido con Rider al principio del turno de vigilancia, y ella estaba alli esperandolo. Aparco y salio de su Taurus.

– Ha ido de poco -dijo ella-. Resulta que probablemente si que conocias a ese tipo. Jerry Townsend. ?Te suena? Miramos la matricula de su furgoneta cuando salio de trabajar y conseguimos la identidad.

– ?Jerry Townsend? No, el nombre, no. Solo reconoci la cara.

– Lo condenaron por homicidio sin premeditacion en el noventa y seis. Cumplio cinco anos. Suena a caso de abuso domestico, pero era todo lo que sacaron del ordenador. Apuesto a que si conseguimos el expediente saldra tu nombre. Por eso lo reconociste.

– ?Crees que puede estar relacionado con el asunto que estamos trabajando?

– Lo dudo. Probablemente lo que ocurre es que al dueno del garaje no le importa contratar a ex presidiarios. Salen baratos, ?sabes? Y si esta haciendo trampas con los recambios, ?quien lo va a denunciar?

– Bueno, volvamos y veremos que ocurre.

Ella puso el coche en marcha y salieron a Tampa para dirigirse de nuevo al cruce donde estaba el garaje.

– ?Como ha ido con Mackey? -pregunto Rider.

– Muy bien. Hice todo menos leerle el articulo. No mostro nada, ningun reconocimiento, pero la semilla esta plantada definitivamente.

– ?Vio los tatuajes?

– Si, han funcionado bien. Empezo a hacer preguntas en cuanto los vio. Tu archivo de Simmons tambien me sirvio. Surgio en la conversacion. Y por si sirve de algo, tiene una cicatriz en la carne junto al pulgar. Del mordisco.

– Harry, tio, no se te escapa nada. Supongo que lo unico que hemos de hacer ahora es sentamos y esperar a

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