Wolf. Habia llamado a la policia. Llegarian pronto. Miro hacia el campo. Veia las siluetas distantes de Win y Jake Wolf. Myron se les habia adelantado. Win se habia encargado de asegurar al sospechoso.
– Drew Van Dyne estaba en casa -siguio ella-. Ha apuntado a Jake con una pistola. Yo lo he visto. No paraba de gritar tonterias sobre Aimee…
– ?Que tonterias?
– Decia que a Jake no le importaba, que para el solo era una cualquiera, que estaba embarazada. Se ha puesto violento.
– ?Y usted que ha hecho?
– Tenemos armas en casa, a Jake le gusta cazar. He cogido un rifle y he apuntado a Drew Van Dyne diciendole que bajara la pistola. No pensaba hacerlo. Lo he visto. Asi que…
– ?No! -Era Wolf. Estaban suficientemente cerca para oirlo todo-. ?Yo he disparado a Van Dyne!
Todos le miraron. Se oyeron las sirenas de la policia.
– Le he disparado en defensa propia -insistio Jake Wolf-. Me ha apuntado con un arma.
– ?Y por que ha escondido el cadaver en el maletero? -pregunto Myron.
– Tenia miedo de que no me creyeran. Iba a llevarlo a su casa y dejarlo alli. Entonces me he dado cuenta de que era una estupidez.
– ?Cuando se ha dado cuenta? -dijo Myron-. ?Cuando nos ha visto?
– Quiero un abogado -dijo Jake Wolf-. Lorraine, no digas nada mas.
Erik Biel se adelanto.
– Todo esto no me importa. Mi hija. ?Donde esta mi hija?
Nadie se movio. Nadie hablo. La noche quedo silenciosa exceptuando los aullidos de las sirenas.
Lance Banner fue el primer policia que bajo del coche, pero docenas de coches patrulla se acercaban al aparcamiento del Roosevelt Mall con luces intermitentes. Las caras de todos pasaron del azul al rojo. El efecto era vertiginoso.
– Aimee -dijo Erik bajito-. ?Donde esta?
Myron intento mantener la calma, concentrarse. Se aparto a un lado con Win, cuyo rostro, como siempre, seguia inexpresivo.
– Bien -dijo Win-, ?donde estamos?
– No es Davis -dijo Myron-. Le hemos dado un buen repaso. No creo que sea Van Dyne. Apunto a Jake Wolf con una pistola porque creia que habia sido el. Y los Wolf aseguran bastante convincentemente que no han sido ellos.
– ?Otros sospechosos?
– No se me ocurre ninguno.
– Pues tenemos que investigarles de nuevo -dijo Win.
– Erik cree que esta muerta.
Win asintio.
– A eso me referia -dijo- con que tenemos que investigarlos otra vez.
– ?Crees que uno de ellos la mato y se deshizo del cadaver?
Win no se molesto en contestar.
– Dios mio -dijo Myron. Miro hacia Erik-. ?Lo hemos enfocado todo mal desde el comienzo?
– No se como.
Sono el movil de Myron. Miro el identificador de llamadas y vio que el numero estaba bloqueado.
– Diga.
– Por supuesto.
– ?Donde?
Myron fruncio el ceno.
– ?Esta segura?
– Esta muerto, Muse.
– Drew Van Dyne.
Erik se acerco, colocandose a su lado.
Y entonces fue cuando sucedio.
Sono el movil de Erik.
El lo levanto. Cuando vio el numero en el identificador de llamadas, casi grito.
– Oh, Dios mio…
Se llevo el movil a la oreja. Tenia los ojos humedos. Le temblaba tanto la mano que apreto una tecla equivocada. Lo intento otra vez y volvio a llevarse el movil a la oreja. Su voz era un grito asustado.
– Diga.
Myron se acerco mas y escucho. Hubo un momento de interferencias. Y entonces una voz, una voz llorosa, una voz conocida dijo:
A Myron se le paro el corazon.
La cara de Erik se desmorono, pero su voz era paternal.
– ?Donde estas carino? ?Estas bien?
–
– Tranquila, carino. Estoy aqui. Dime donde estas.
Y ella se lo dijo.
54
Myron conducia. Erik iba sentado a su lado.
El trayecto no fue largo.
Aimee habia dicho que estaba detras de Little Park, cerca del instituto adonde Claire la llevaba a los tres anos de edad. Erik no le dejo colgar.
– Tranquila -no paraba de decir-. Ya voy.
Myron acorto el camino cogiendo la rotonda en direccion contraria. Salto por encima de dos aceras. Le daba igual, lo mismo que a Erik. Lo importante era la velocidad. El aparcamiento estaba vacio. Las luces de los faros bailaban en la noche y, entonces, cuando cogieron el ultimo desvio, iluminaron a una figura solitaria.
Myron apreto el freno.
– Oh, Dios mio, oh, Dios todopoderoso… -dijo Erik.
Ya estaba fuera del coche. Myron bajo tambien a toda prisa. Los dos echaron a correr. Pero a medio camino, Myron se quedo atras. Erik se adelanto. Asi era como debia ser. Erik levanto a su hija en sus brazos. La cogio carinosamente de la cara, como si temiera que fuera solo un sueno, un soplo de humo, y que pudiera desvanecerse de nuevo.
Myron se detuvo y observo. Despues cogio el movil y marco el numero de Claire.
– Esta bien -dijo.
– Esta a salvo. Te la traemos a casa.