estor se levantaria en cualquier momento. Empezarian su ritual perverso.
Pero no fue eso lo que ocurrio.
Charlaine oyo el suave zumbido y supo enseguida que era. La puerta electrica del garaje se estaba abriendo.
Se acerco a la ventana. Oyo arrancar un coche y luego salio el Honda destartalado de Freddy. El sol se reflejo en el parabrisas. El resplandor la obligo a entrecerrar los ojos. Se los protegio con la mano.
El coche avanzo y el resplandor disminuyo. En ese momento vio al conductor.
No era Freddy.
Algo, algo vil y primitivo, indujo a Charlaine a agacharse y esconderse. Obedecio al impulso. Se tiro al suelo y se arrastro hacia el albornoz. Se abrazo a la tela de felpa. El olor -esa combinacion de Mike y colonia pasada- le resulto de pronto curiosamente reconfortante.
Charlaine se acerco a un lado de la ventana. Con la espalda contra la pared, miro.
El Honda Accord se habia detenido. El conductor -el asiatico al volante- miraba hacia su ventana.
De inmediato Charlaine se apreto mas contra la pared. Se quedo quieta, conteniendo al aliento. Permanecio asi hasta que oyo que el coche se ponia otra vez en marcha. Y entonces, por si acaso, siguio oculta otros diez minutos.
Cuando volvio a mirar, el coche ya no estaba.
La casa de al lado se hallaba en silencio.
7
A las diez y cuarto en punto, Grace llego a Photomat.
Josh
Consulto el horario impreso. Abrian a las diez. Espero. A las diez y veinte, la primera clienta, una mujer agobiada de treinta y tantos anos, vio el cartel de cerrado, consulto el horario y probo la puerta. Lanzo un exagerado suspiro. Mirandola, Grace se encogio de hombros en un gesto de comprension. La mujer se marcho molesta. Grace espero.
A las diez y media, la tienda seguia sin abrir, y Grace supo que eso no era buena senal. Decidio volver a llamar a la oficina de Jack. Otra vez salto el contestador de su extension -se estremecio al oir la voz grabada y formal de Jack-, asi que probo la extension de Dan. Al fin y al cabo, los dos habian hablado la noche anterior. A lo mejor Dan podia proporcionarle alguna pista.
Marco el numero de su despacho.
– ?Diga?
– Hola, Dan, soy Grace.
– ?Que tal? -saludo el, quiza con demasiado entusiasmo-. Estaba a punto de llamarte.
– ?Ah, si?
– ?Donde esta Jack?
– No lo se.
Dan vacilo.
– Cuando dices que no lo sabes…
– Anoche lo llamaste, ?verdad?
– Si.
– ?De que hablasteis?
– Esta tarde tenemos una presentacion. Sobre los estudios del Fenomitol.
– ?De algo mas?
– ?Como que «de algo mas»? ?A que te refieres?
– ?De que mas hablasteis?
– De nada. Queria preguntarle por una diapositiva de PowerPoint. ?Por que? ?Que pasa, Grace?
– Despues de eso, salio.
– ?Y?
– No he vuelto a verlo.
– Un momento, cuando dices que no lo has visto…
– O sea, que no ha vuelto a casa, no ha llamado, no tengo ni idea de donde esta.
– Vaya, ?y has llamado a la policia?
– Si.
– ?Y?
– Y nada.
– Dios mio. Oye, voy para alla. Enseguida estoy alli.
– No -dijo ella-. Estoy bien.
– ?Seguro?
– Si. Tengo cosas que hacer -dijo de manera poco convincente. Se paso el telefono al otro oido, sin saber muy bien como decirlo-. ?Jack se ha comportado normalmente en los ultimos tiempos?
– ?En el trabajo, quieres decir?
– En el trabajo, o en cualquier sitio.
– Si, claro. Jack es Jack, ya lo conoces.
– ?No has notado ningun cambio?
– Los dos hemos andado muy estresados con los ensayos de este medicamento, si lo dices por eso. Pero nada fuera de lo habitual. Grace, ?seguro que no deberia acercarme?
Se oyo un pitido en el telefono. Una llamada en espera.
– Tengo que colgar, Dan. Me llaman por la otra linea.
– Sera Jack. Telefoneame si necesitas algo.
Colgo y miro el numero en el identificador. No era Jack. O al menos no era su movil. Era un numero anonimo.
– ?Diga?
– Senora Lawson, soy el agente Daley. ?Ha sabido algo de su marido?
– No.
– La hemos llamado a su casa.
– Ya, he salido.
Se produjo una pausa.
– ?Donde esta?
– En el centro.
– En el centro, ?donde?
– En la tienda de Photomat.
Una pausa mas larga.
– No pretendo entrometerme, pero ?no le parece un lugar extrano para ir si tan preocupada esta por su marido?
– ?Agente Daley?
– ?Si?
– Hay un invento nuevo. Se llama telefono movil. De hecho, usted esta hablando conmigo por uno de esos aparatos.
– No queria…
– ?Ha averiguado algo sobre mi marido?
– Por eso la llamo. Mi capitan esta aqui y le gustaria verla para hacerle unas preguntas de seguimiento.
– ?De seguimiento?
– Si.
– ?Eso es normal?