Jack cerro los ojos y asintio.
El hombre volvio a levantarse. Dio una patada a Jack apartandolo del regazo de Grace, agarro a Grace por el pelo y la puso en pie. Con la otra mano sujeto a Jack por el cuello.
– Tenemos que ir a dar una vuelta -dijo.
47
Perlmutter y Duncan ya habian salido de la autopista de Garden State en la Interestatal 287, y cuando estaban a no mas de diez kilometros de la casa en Armonk, les llego el aviso por radio:
– Han estado aqui, el Saab de Lawson sigue en el camino de entrada, pero ellos se han ido.
– ?Y Beatrice Smith?
– No se la ve por ningun lado. Acabamos de llegar. Seguimos registrando la casa.
Perlmutter se quedo pensando.
– Wu habra supuesto que Charlaine Swain avisaria de que lo habia visto. Sabra que tiene que deshacerse del Saab. ?Sabes si Beatrice Smith tenia un coche?
– No, todavia no.
– ?Hay algun otro coche en el garaje o en el camino de entrada?
– Un momento.
Perlmutter espero. Duncan lo miro. Al cabo de diez segundos oyeron:
– No hay mas coches.
– O sea, que se han llevado el de ella. Averigua la marca y la matricula. Envia un aviso a todas las unidades de inmediato.
– Bien, entendido. Un momento, espere un momento, capitan. -El agente volvio a callar.
– Por lo visto -dijo Scott Duncan-, su experta en informatica creia que Wu podia ser un asesino en serie.
– Le parecia una posibilidad.
– Pero usted no lo cree.
Perlmutter nego con la cabeza.
– Es un profesional. No escoge a las victimas para divertirse. Sykes vivia solo. Beatrice Smith es una viuda. Wu necesita un lugar para vivir y actuar. Esa es su manera de encontrarlos.
– Es un arma que se contrata, pues.
– Algo asi.
– ?Se le ocurre para quien podria estar trabajando?
Perlmutter, al volante, se desvio por la salida de Armonk. Ya estaban a un par de kilometros.
– Esperaba que usted o su cliente lo supieran.
La radio crepito.
– ?Capitan? ?Sigue ahi?
– Si.
– Existe un coche matriculado a nombre de Beatrice Smith. Un Land Rover de color habano. Con matricula 472-JXY.
– Da el aviso. No pueden estar lejos.
48
El Land Rover de color habano circulaba por carreteras secundarias. Grace no tenia ni idea de adonde iban. Jack estaba tumbado en el suelo del asiento de atras. Habia perdido el conocimiento. Tenia las piernas atadas con cinta adhesiva y las manos esposadas a la espalda. Grace seguia con las manos atadas por delante. Su captor, supuso, no habia visto ninguna razon para volver a ponerselas tras la espalda.
Detras Jack gimio como un animal herido. Grace miro a su captor, que tenia una mano en el volante y una placida expresion en el rostro, como un padre que lleva a su familia de paseo un domingo. Estaba dolorida. Cada vez que respiraba se acordaba de lo que el le habia hecho en las costillas. Tenia la rodilla como si se la hubiese destrozado la metralla.
– ?Que le ha hecho? -pregunto.
Se puso rigida, esperando el golpe. Casi ni le importaba. Estaba mas alla de eso. Pero el hombre no hizo nada. Tampoco se quedo callado. Senalo a Jack con el pulgar.
– No tanto como lo que el le hizo a usted -contesto.
Ella se puso tensa.
– ?Eso que demonios significa?
Por primera vez, Grace vio una sonrisa sincera en su cara.
– Creo que ya lo sabe.
– No tengo ni la menor idea -replico ella.
El siguio sonriendo, y tal vez, en algun lugar dentro de ella, la desazon empezo a crecer. Intento ahuyentarla, concentrarse en escapar de esa situacion, en salvar a Jack. Pregunto:
– ?Adonde nos lleva?
No contesto.
– He dicho…
– Es usted una mujer valiente -la interrumpio el.
Ella no dijo nada.
– Su marido la quiere. Usted lo quiere a el. Eso facilita las cosas.
– ?Que cosas?
El la miro.
– Los dos estan dispuestos a soportar el dolor. Pero ?esta dispuesta a dejar que yo le haga dano a su marido?
Ella no contesto.
– Como le he dicho ya a el: si vuelve a hablar, no le hare dano a usted; se lo hare a el.
El hombre tenia razon. Surtio efecto. Grace se callo. Miro por la ventana y vio pasar los arboles desdibujados. Iban por una carretera de dos carriles. Grace no tenia ni idea de donde estaban. Era una zona rural. Eso si lo veia. Cambiaron de carretera otras dos veces y por fin Grace supo donde estaban: la autovia de Palisades en direccion sur, de regreso a Nueva Jersey.
La Glock seguia en la funda sujeta al tobillo.
Ahora sentia su presencia constantemente. El arma parecia llamarla, burlandose de ella, tan cerca y sin embargo tan fuera de su alcance.
Grace tendria que buscar una manera de cogerla. No le quedaba mas remedio. Ese hombre iba a matarlos. De eso estaba segura. Antes queria sonsacarle informacion -por lo pronto, de donde salio la foto-, pero en cuanto la tuviera, en cuanto se diera cuenta de que ella decia la verdad, los mataria a los dos.
Tenia que coger la pistola.
El hombre la miraba sin cesar. No le dejaba el menor resquicio. Grace reflexiono. ?Esperaba a que el detuviera el coche? Eso ya lo habia intentado antes, y no le habia salido bien. ?Se lanzaba sin mas? ?Se arriesgaba a sacarla alli mismo? Era una posibilidad, pero dudaba mucho que fuese lo bastante rapida. Tenia que levantarse la pernera del pantalon, desabrochar la tira de seguridad, coger la pistola, sacarla… ?y todo eso antes de que el reaccionara?
Imposible.
Se planteo intentarlo lentamente. Podia bajar las manos un poco hacia el lado. Levantarse la pernera despacio. Fingir que se rascaba.
Grace se movio en el asiento y bajo la vista hacia la pierna. Y entonces sintio que el corazon le subia a la garganta…