empresa habria podido conectar su microfono con una grabadora. O quiza uno de los competidores de Triton podria haberlo hecho de algun modo. Quiero decir, si sabia usted que el no utilizaba el microfono, otras personas tambien lo sabrian. Lo que si se es que ya no esta en su despacho. Quiza tenga algo que ver con los secretos que supuestamente vendio a RTG.

Sawyer se froto el craneo mientras elegia las preguntas adicionales que deseaba plantearle. Ella se le adelanto.

– Solo que pensar que Jason vendia secretos a RTG no parece tener ahora ningun sentido.

– ?Por que no? -pregunto Sawyer, extranado, levantandose.

– Porque Paul Brophy trabajaba tambien en el acuerdo con la CyberCom. Estuvo presente en todas las sesiones estrategicas. Llego incluso a hacer un intento por asumir el papel dirigente en la transaccion. Ahora se que Brophy trabajaba con Goldman y RTG para conocer la postura negociadora final de Triton y darles asi esa ventaja. No sabria mucho mas que Jason sobre la postura de regateo de Triton. Las condiciones exactas del trato se mantenian fisicamente en Tylery Stone, no en Triton.

– ?Quiere decir…? -empezo a preguntar Sawyer con los ojos muy abiertos.

– Solo estoy diciendo que, puesto que Brophy trabajaba para RTG, no habrian necesitado para nada a Jason.

Sawyer volvio a sentarse y lanzo un juramento por lo bajo. En ningun momento se le habia ocurrido establecer esa conexion.

– Sidney, los dos vimos un video de su esposo transmitiendo informacion a un grupo de hombres en un almacen de Seattle, el mismo dia en que se estrello el avion. Si no les pasaba informacion sobre el acuerdo con CyberCom, ?que demonios estaba haciendo?

Sidney se estremecio, llena de frustracion.

– ?No lo se! Lo unico que se es que cuando Brophy fue apartado de las sesiones finales del acuerdo, trataron de chantajearme por ello. Yo fingi estar de acuerdo. Mi verdadero plan consistia en acudir a las autoridades. Pero entonces subimos a aquella limusina. -Sidney se estremecio-. El resto ya lo sabe usted.

Sawyer se metio una mano en el bolsillo y extrajo un cigarrillo. Se sujeto el telefono bajo la barbilla mientras lo encendia.

– ?Ha descubierto alguna otra cosa?

– Hable con Kay Vincent, la secretaria de Jason. Me dijo que el otro gran proyecto en el que Jason trabajaba, aparte del de CyberCom, era en una integracion de los archivos de seguridad de Triton.

– ?Archivos de seguridad grabados? ?Es eso importante? -pregunto Sawyer.

– No lo se, pero Kay me dijo que Triton habia entregado datos financieros a CyberCom. El mismo dia en que se estrello el avion -dijo Sidney, que parecia exasperada.

– ?Que tiene eso de insolito? Al fin y al cabo, estaban cerrando un acuerdo.

– Ese mismo dia, Nathan Gamble me pego una bronca fenomenal en Nueva York porque no queria entregar esos datos a la CyberCom.

Sawyer se froto la frente.

– Eso no tiene ningun sentido. ?Cree usted que Gamble sabia que los datos se entregaron?

– No lo se. Bueno, en realidad no puedo estar segura de eso. -Sidney hizo una pausa. El frio humedo empezaba a resultarle doloroso-. De hecho, pense que el acuerdo con la CyberCom podia saltar por los aires debido a la negativa de Gamble.

– Bueno, puedo asegurarle que eso no sucedio asi. Hoy mismo asisti a la conferencia de prensa en la que se anuncio el acuerdo. Gamble sonreia como un gato de Cheshire.

– Una vez cerrado el acuerdo con CyberCom, comprendo que se sintiera muy feliz.

– No puedo decir lo mismo por lo que se refiere a Quentin Rowe.

– Forman realmente una extrana pareja.

– Tiene razon. Como Al Capone y Ghandi. -Sidney respiro profundamente sobre la boquilla del receptor, pero no dijo nada-. Sidney, se que esto no le va a gustar, pero se lo voy a decir de todos modos. Estaria usted mucho mejor si viniera. Podemos protegerla.

– Quiere decir que me meterian en la carcel, ?no es eso? -pregunto con un tono de voz amargo.

– Sidney, yo se que no mato usted a nadie.

– ?Puede demostrarlo?

– Creo que puedo.

– ?Lo cree? Lo siento, Lee. Aprecio realmente ese voto de confianza, pero me temo que no es lo bastante bueno para mi. Se muy bien como se han ido acumulando las pruebas, y cual es la percepcion que tiene el publico de las cosas. Arrojarian la llave por la alcantarilla.

– Podria usted correr verdadero peligro ahi fuera. -Sawyer paso lentamente los dedos por el escudo del FBI sujeto a su cinturon-. Mire, digame donde esta y acudire a recogerla. No ira nadie mas. Ni mi companero, ni nadie. Solo yo. Para llegar hasta usted, tendrian que hacerlo pasando a traves de mi. Mientras tanto, podriamos tratar de pensar juntos sobre todo esto.

– Lee, es usted un agente del FBI. Hay una orden de busqueda y captura contra mi. Su deber oficial es detenerme y ponerme a buen recaudo en cuanto me vea. Ademas, ya me ha encubierto en una ocasion.

Sawyer trago saliva con dificultad. En su mente, un par de cautivadores ojos color esmeralda empezaron a difuminarse para convertirse en la luz de un tren que se abalanzaba directamente sobre el.

– Digamos entonces que eso forma parte de mi deber no oficial.

– Y si se descubre, su carrera habra terminado. Ademas, podrian enviarlo tambien a la carcel.

– Ya soy un chico mayor, asi que estoy dispuesto a correr ese riesgo. Le doy mi palabra de que solo acudiria yo. -Su tono de voz temblo con un entusiasmo contenido. Sidney no pudo decir nada-. Sidney, estoy totalmente de su parte. Yo…, solo quiero que este bien, ?de acuerdo?

– Le creo, Lee -dijo Sidney con la voz entrecortada-. Y no puede imaginarse lo mucho que eso significa para mi. Pero tampoco voy a permitir que destroce su vida. Tampoco quiero tener eso sobre mi conciencia.

– Sidney…

– Tengo que marcharme ahora, Lee.

– ?Espere! No lo haga.

– Intentare ponerme en contacto de nuevo.

– ?Cuando?

Sidney miro directamente a traves del parabrisas, con el rostro repentinamente rigido y los ojos muy abiertos.

– No… estoy segura -dijo vagamente.

Luego, corto la comunicacion.

Sawyer colgo el telefono y rebusco en el bolsillo del pantalon el paquete de Malboro. Encendio otro cigarrillo. Utilizo la mano ahuecada a modo de cenicero mientras iba de un lado a otro del salon. Se detuvo, midio con los dedos el agujero del tamano de un puno que habia hecho en la pared y penso seriamente en hacer otro igual. En lugar de eso, se dirigio hacia la ventana y miro, completamente desesperado, hacia la gelida noche de diciembre.

En cuanto Sidney regreso a la casa, el hombre surgio de entre las oscuras sombras del garaje. El aliento se le congelo en el gelido ambiente. Abrio la puerta del Land Rover. Al encenderse las luces interiores del vehiculo, los mortales ojos azules relucieron como joyas horriblemente talladas bajo la debil luz. Las manos enguantadas de Kenneth Scales registraron el coche, pero no encontraron nada de interes. Tomo entonces el telefono celular y marco el boton de rellamada. El telefono sono una sola vez antes de que la voz animada de Lee Sawyer le llegara desde el otro lado. Scales sonrio y escucho el tono urgente del agente del FBI, que evidentemente creia que Sidney Archer volvia a llamarlo. Luego, Scales desconecto la llamada, cerro el coche sin hacer ruido y subio la escalera que conducia a la casa. De una vaina de cuero que llevaba colgada del cinturon, extrajo la finisima hoja de estilete que habia utilizado para matar a Edward Page. Se habria podido ocupar de Sidney Archer cuando ella bajo del Land Rover, pero no sabia si estaria armada. Ya la habia visto matar con un revolver. Ademas, su metodo para matar se basaba en la mas completa sorpresa de sus victimas.

Recorrio el primer piso, buscando la chaqueta de cuero que llevaba Sidney, pero no la encontro. Habia dejado el bolso sobre el mostrador, pero lo que el buscaba no estaba alli dentro. Empezo a subir la escalera que conducia al segundo piso. Se detuvo y ladeo la cabeza. Por encima del rugido del viento, el sonido que llego hasta sus

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