– Luego, me hiciste pasar por toda esa pantomima, haciendome creer que Jason era el chico malo. Tuviste que haberte reido mucho de mi al ver como me enganabas y jugabas conmigo. O creias haberlo hecho. Pero al darte cuenta de que yo no me lo tragaba todo, te pusiste un poco nervioso. ?Fue idea tuya el inducir a Gamble a ofrecerme un trabajo? Entre tu y el, nunca me senti tan popular. -Hardy seguia guardando silencio-. Pero no fue esa tu unica representacion, Frank.
Sawyer se metio la mano en el bolsillo y saco unas gafas de sol, que se puso. Ofrecia un aspecto bastante ridiculo en la oscuridad.
– ?Los recuerdas, Frank? ?Recuerdas a los dos tipos del video en el almacen de Seattle? Llevaban gafas de sol, en el interior de un edificio, en un lugar con muy poca iluminacion. ?Por que haria alguien una cosa asi?
– No lo se -contesto Hardy, cuya voz fue apenas un susurro.
– Pues claro que lo sabes. Jason creia estar entregando su prueba… al FBI. En las peliculas, al menos, todos los agentes del FBI llevan gafas de sol, y a los tipos a los que contrataste para que representaran el papel de agentes del FBI les tuvo que haber gustado mucho ir al cine. No podias limitarte a matar a Jason. Tenias que ganarte su confianza, asegurarte de que no le habia dicho nada a nadie. La maxima prioridad era recuperar todas las pruebas de que disponia. La videocinta del intercambio tenia que presentarse en perfectas condiciones, porque ya sabias que nos la entregarias a nosotros como prueba de la culpabilidad de Jason. Solo disponias de una ocasion para filmarla bien. Pero Archer seguia mostrandose receloso. Por eso conservo una copia de la informacion en otro disquete, que mas tarde le envio a su esposa. ?Le dijiste que recibiria una gran recompensa del gobierno? ?Fue eso? Probablemente le dijiste que se trataba del exito mas grande conseguido nunca por el FBI.
Hardy permanecio en silencio. Sawyer miro a su antiguo companero.
– Pero, sin que tu lo supieras, Frank, Gamble tenia su propio y gran problema. El problema era que Arthur Lieberman estaba a punto de echarlo todo a rodar. Asi que no se le ocurrio otra cosa que contratar a Riker para que saboteara el avion de Lieberman. Estoy seguro de que no conocias esa parte del plan. Dispusiste las cosas para que Archer recibiera un billete en el vuelo a Los Angeles, y luego le hiciste cambiar para que subiera al avion con destino a Seattle, de modo que pudieras filmar tu pequena videocinta del intercambio. Rich Lucas, un ex agente de la CIA, tenia probablemente muchos lazos con antiguos miembros operativos de los paises europeos orientales, con hombres sin familia y sin pasado. Nadie echaria de menos al hombre que se estrello en lugar de Archer. No tenias ni idea de que Lieberman estaba en ese vuelo a Los Angeles, ni de que Gamble iba a matarlo. Pero Gamble sabia que esa era la unica forma de que la culpa por la muerte de Lieberman recayera sobre los hombros de Archer. Y, de ese modo, Gamble creia estar matando dos pajaros de un tiro: Archer y Lieberman. Me trajiste el video y yo concentre todos mis esfuerzos en atrapar a Jason, y me olvide por completo del pobre y viejo Arthur Lieberman. De no haber sido por el hecho de que Ed Page entro en la funcion, no creo que hubiera retomado nunca el hilo de Lieberman.
»Y no nos olvidemos de la vieja RTG, a la que se le achaco la culpa de todo, mientras que la Triton terminaba convenientemente con la CyberCom. Te dije que Brophy estaba en Nueva Orleans. Descubriste que estaba realmente conectado con la RTG y que ellos podian conseguir lo que pretendias que hiciera Jason: trabajar para la RTG. De modo que hiciste seguir a Brophy y a Goldman y, en cuanto se te presento la oportunidad, te libraste de ellos e hiciste que la culpa recayera sobre Sidney Archer. ?Por que no? Al fin y al cabo, ya habias hecho lo mismo con su marido. -Sawyer hizo una pausa-. Eso supone un tremendo cambio, Frank. Un agente del FBI que participa en una conspiracion criminal masiva. Quiza debiera llevarte a hacer una visita al lugar donde se estrello el avion. ?Te gustaria?
– Yo no tuve nada que ver con el atentado contra el avion, te lo juro -grito Hardy.
– Lo se. Pero estuviste implicado en un aspecto. -Sawyer se quito las gafas de sol-. Mataste al que cometio el atentado.
– ?Como podrias demostrarlo? -pregunto Hardy, mirandolo con ojos encendidos.
– Tu mismo me lo dijiste, Frank. -La expresion de Hardy se quedo petrificada-. Alla, en el garaje que Goldman y Brophy investigaron. El lugar estaba helado. A mi me preocupaba la descomposicion de los cuerpos, que las temperaturas tan bajas pudieran hacer imposible el afirmar con toda seguridad el momento exacto de la muerte. ?Recuerdas lo que me dijiste, Frank? Me dijiste que habia ocurrido el mismo problema con el que cometio el atentado. El aire acondicionado hizo que el apartamento se congelara del mismo modo que el aire exterior habia hecho con el garaje.
– ?Y que?
– No te dije en ningun momento que el aire acondicionado estaba encendido en el apartamento de Riker. De hecho, volvi a poner la calefaccion en cuanto descubrimos el cuerpo. En ninguno de los informes se menciono que estuviera puesto el aire acondicionado, aunque, de todos modos, tu tampoco habrias tenido acceso a ellos. -El rostro de Hardy se habia puesto ceniciento-. Tu lo sabias, Frank, sencillamente porque fuiste tu mismo quien puso en marcha el aire acondicionado. Cuando descubriste lo del atentado, te diste cuenta de que Gamble te habia utilizado. Demonios, quiza tuvieron la intencion de asesinar a Riker desde el principio. Pero tu estuviste mas que dispuesto a hacer los honores. No se me ocurrio pensarlo hasta que me encontre con el trasero helado en una furgoneta de la policia, mientras nos dirigiamos hacia aqui.
Sawyer se adelanto un paso.
– Doce disparos, Frank. Admito que eso me extrano realmente. Tuviste que sentirte tan furioso con aquel tipo que perdiste un poco el control y vaciaste sobre el todo el cargador. Supongo que todavia quedaba en ti un poco del policia que fuiste. Pero ahora, todo ha terminado.
Hardy trago saliva con dificultad e hizo esfuerzos por controlar sus nervios.
– Mira, Lee, todo el mundo que sabia algo sobre mi implicacion esta muerto.
– ?Que me dices de Jason Archer?
Hardy se echo a reir.
– Jason Archer fue un estupido. Queria el dinero, como todos nosotros. Pero el no tenia estomago, como lo tenemos tu y yo. Seguia sufriendo pesadillas. -Hardy avanzo hacia un lado-. Puedes mirar hacia otra parte, Lee. Eso es todo lo que te pido. Y al mes que viene puedes empezar a trabajar para mi empresa. Un millon de dolares al ano. Opciones sobre las acciones y trabajo. Tendras las cosas solucionadas durante el resto de tu vida.
Sawyer arrojo el cigarrillo.
– Frank, permiteme que te deje una cosa bien clara. No me gusta pedir la comida en idiomas extranjeros, y no reconoceria una condenada accion bursatil aunque me la encontrara de frente y se me pegara justamente en las pelotas. -Sawyer levanto el arma-. El lugar adonde vas, las unicas opciones que realmente te quedan son a lo mas alto o a lo mas bajo.
Hardy se echo a reir.
– Nada de eso, viejo amigo. -Extrajo entonces el disquete de su bolsillo-. Si quieres esto, deja el arma.
– Tienes que estar bromeando…
– Deja el arma -grito Hardy-, o arrojo al Atlantico todo el caso. Si me dejas marchar, te lo enviare por correo desde lugares desconocidos.
En el rostro de Hardy aparecio una sonrisa cuando Sawyer bajo el arma. Entonces, cuando Sawyer vio aquella sonrisa, volvio a sostener bruscamente la pistola en su posicion original.
– Antes quiero saber la respuesta a una pregunta. Y la quiero saber ahora.
– ?De que se trata?
Sawyer se adelanto, con el dedo tenso sobre el gatillo.
– ?Que le ocurrio a Jason Archer?
– Mira, Lee, ?que importa eso…?
– ?Donde esta Jason Archer? -rugio Sawyer por encima del estruendo de las olas-. Porque eso es exactamente lo que quiere saber la mujer que espera en esa casa y, maldita sea, me lo vas a decir, Frank. Y, a proposito, puedes arrojar ese disquete todo lo lejos que quieras, porque Rich Lucas esta vivo -mintio Sawyer, que habia visto muerto a Lucas en medio del campo de batalla en que se habia convertido aquella habitacion en la mansion. El silencioso centinela habia guardado silencio para siempre-. ?Quieres apostar lo ansioso que esta por declarar todo lo que sabe sobre ti?
La expresion del rostro de Hardy se hizo tan fria como la piedra al darse cuenta de que su unica via de escape acababa de evaporarse.
– Llevame a la casa, Lee. Quiero hablar con mi abogado.