dedicado a las 'nubes' rosadas: ese fenomeno incomprensible que inquietaba a todo el mundo. El academico Osovets encabezaria la delegacion; Zernov y yo iriamos en calidad de testigos oculares; Irina, en cambio, nos acompanaria con un cargo mas modesto, pero probablemente mas importante que el nuestro, el de secretaria- traductora, dominando seis idiomas. En la delegacion se incluyo tambien a Rogovin, fisico de fama mundial, dueno de aquella voz de bajo que me intrigaba tanto durante la proyeccion de la pelicula en la sala de conferencias. La designacion ya estaba preparada, todos los documentos necesarios habian sido recibidos y solo quedaban dias contados para nuestra partida y teniamos aun que discutir muchas cosas. Zernov se encontraba en Leningrado despidiendose de la familia y debia llegar de un dia a otro…

Pero, hablando honestamente, esa no era la razon por la que deseaba ver a Irina. Yo simplemente anoraba su presencia durante esta semana de confinamiento involuntario. Queria escuchar sus palabras ironicas y ver sus espejuelos ahumados, rectangulares, que le privaban en parte de encanto y feminidad. Me empujaba hacia ella, no la amistad ni el amor, sino algo vago e imperceptible que nos obliga a veces a buscar la presencia de alguien y que se esfuma cuando ese alguien aparece ante nosotros.

“?Que? Te gusta ella?' me pregunte a si mismo. 'Si, mucho'. '?Estas enamorado?' 'No lo se'. A veces ella me resultaba dificil y otras veces me hacia enfadar. A veces la simpatia que le profeso se vuelve repulsion y me dan ganas de hablar palabras ofensivas. Quizas se deba a que somos completamente diferentes y esa diferencia se aguza a veces como una navaja de afeitar. Cuando tal cosa ocurre, ella dice que mi cultura no es mas que una ensalada hecha de Kafka, Hemingway y Bradbury; y mi respuesta es que la de ella es una sopa hecha con la revista 'Tecnica para la juventud' del ano antepasado. Pero a pesar de todo tenemos algo de comun que hace que nuestros encuentros sean interesantes y agradables.

Esta amistad tan extrana y graciosa empezo justamente al concluir la proyeccion memorable de la pelicula en la Academia de Ciencias. A la sazon permaneci sentado en mi sillon, esperando la salida de los doctores y candidatos a doctor en ciencias y la extincion de la luz. Recogi todo mi bagaje y equipo, los introduje en mi maletin deportivo y me sente de nuevo.

Irina, en silencio, me observaba a traves de sus espejuelos ahumados.

– ?No es usted el doble? -inquirio de improviso.

– Si, yo soy el doble -afirme-. ?Como lo ha adivinado?

– Comparando su actitud con la de una persona normal. Una persona normal, no agravada por conocimientos especiales, se hubiera marchado antes de concluir la reunion. Empero, usted sigue sentado, escuchando y dando vueltas en un mismo sitio, y no se va. ?Que extrano!

– Estoy estudiando la vida terrestre -le respondi fatuo-. Nosotros, los dobles, somos sistemas autoprogramados, capaces de cambiar el programa de acuerdo con el objeto que se estudia.

– ?Y ese objeto soy yo?

– Usted posee una intuicion asombrosa.

– La funcion ha terminado. Ahora puede considerar que ha terminado su estudio.

– Tiene usted razon. Ahora encargare una copia suya con algunas correcciones.

– ?Sin espejuelos?

– No solo sin espejuelos, sino tambien sin aires de sabelotodo y sin megalomania. Mi copia sera una muchacha corriente que poseera su inteligencia y su fisico y que adorara ir al cine y pasear por las calles.

Tome mi maletin y eche a andar en direccion a la salida.

– A mi tambien me encanta ir al cine y pasear por las calles -dijo a mi espalda.

Me di la vuelta. Al otro dia llegue a la sala de conferencias todo limpio y afeitado, como un agregado diplomatico. Ella estaba escribiendo algo en una maquina. La salude y me sente a su mesa.

– ?Que desea? -me pregunto.

– Vengo a trabajar -repuse.

– A usted todavia no lo han designado para trabajar con nuestro grupo.

– Me designaran.

– Debe pasar por la seccion de personal…

– La seccion de personal no representa nada para mi -le respondi con ademan de desprecio-. Solo me interesan los estenogramas de anteayer.

– ?Para que? Usted no comprendera nada.

– Me interesa, en particular, la resolucion de la reunion -continue con majestuosidad y sin prestar atencion a sus ataques-. Si no me equivoco, ya se han designado cuatro expediciones: al Artico, al Caucaso, a Groenlandia y al Himalaya.

– Cinco expediciones -corrigio ella-. La quinta ira al Glaciar Fedchenko.

– Yo eligiria Groenlandia -insinue.

Ella se rio, como si hablara con un miembro del equipo de ajedrez escolar que se presentara para jugar con el campeon del mundo. Me turbe:

– Entonces, ?a donde deberia ir?

– A ninguna parte.

No entendi:

– Pero, es que en cada expedicion es necesario un operador de cine.

– Lamento desilusionarle, Yuri, pero nosotros no necesitamos su ayuda. En la expedicion tomaran parte cientificos y tecnicos de institutos especializados. Y, por favor, no me mire con esos ojos de carnero. Observe que no le digo: 'ojos tontos'. Quisiera preguntarle solo una cosa: ?Sabe usted trabajar con un introscopio? No, no sabe. ?Sabe fotografiar a traves de una 'pared opaca', digamos, utilizando rayos infrarrojos? No, no sabe. ?Sabe transformar lo invisible en visible con la ayuda del transformador acustico-electronico? Tampoco lo sabe. Lo puedo leer en su rostro idealmente afeitado. Asi que, hizo muy mal en afeitarse.

– Bien, pero, ?y que me dice de los trabajos ordinarios de operador? -inquiri sin comprender nada-. ?De la filmacion vulgaris?

– Para realizar una filmacion vulgaris se necesita tan solo una camara de aficionado. Eso lo pueden hacer todos. Lo fundamental consiste en captar la imagen situada dentro de un medio opaco, o sea, oculta en el interior de las nubes. Asi podriamos saber, por ejemplo, lo que le sucede a la copia dentro del tubo morado que vimos en la pelicula.

Yo guardaba silencio: para un operador corriente esto era igual al calculo diferencial.

– Esa es la realidad, Yuri -afirmo, y se echo a reir de nuevo-. Usted no puede hacer nada. ?Y sabe usted emplear el metodo de Kirlian? ?Eh?

Yo ni habia oido hablar de ese metodo.

– Ese metodo, entre otras cosas, permite distinguir lo vivo de lo no vivo.

– Eso lo puedo hacer yo con mis propios ojos -repuse.

Ella tomo una pose de conferenciante:

– En la foto tomada con la ayuda de ese metodo, el tejido vivo aparece rodeado por un halo transparente, formado por las descargas de corriente de alta frecuencia. Cuanto mas intensa es la actividad vital, tanto mas claro es el halo.

– Incluso para un erizo desnudo esta claro que ese es un tejido vivo -afirme furioso y me levante-. Olvide la seccion de personal; no necesito hacer nada en ese departamento, ni aqui tampoco.

Ella se rio esta vez de un modo diferente, alegre y amablemente:

– Sientese, Yuri, y no se altere. Usted ira junto con nosotros.

– ?A donde? -Yo seguia ofendido-: ?A los alrededores de Moscu?

– No, a Paris.

No le crei a esta pequena diabla hasta tanto no vi en sus manos el papel de nuestra designacion al congreso de Paris. Ahora, junto a la ventana de mi habitacion, yo esperaba a esta misma diabla como se podria esperar tan solo a un angel, apoyando mi cuerpo sobre una pierna y otra y mordiendo fosforos con impaciencia. Y, por ir a buscar cigarrillos en la mesa, no la note al cruzar en direccion a mi edificio. Ella llamo a mi puerta en los momentos en que por mi mente cruzaban ya ideas sobre el rompimiento de relaciones diplomaticas.

– ?Dios mio! ?Por fin! -exclame.

Lanzo su capa a mis manos y empezo a bailar dentro de la habitacion:

– ?Ya eres un creyente?

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