– Si, desde ahora. Ya creo en el angel que me trajo la gracia de los cielos. ?Cuando partiremos? ?Dimelo!
– Pasado manana. Zernov retornara manana y al otro dia, por la manana, volaremos a Paris. Los pasajes han sido ya reservados. Pero, ?por que nos hablamos de 'tu'?
– Por instinto. Pero creo que no es eso precisamente lo que te intranquiliza.
– Tienes razon. Me intranquiliza el hecho de que 'ellos' ya estan en el Artico, ?comprendes lo que eso significa? El capitan del rompehielos 'Dobrinia', que acaba de retornar a Arjanguelsk, estuvo ayer en nuestro Comite. Asegura, que un area extensa del Mar de Kara y del Oceano Glacial, al norte de la Tierra de Franz- Joseph, esta libre de hielo. Del observatorio de Pulkovo han informado que los satelites de hielo circunvuelan el Polo Norte varias veces al dia.
– Y sin embargo, el Comite acordo suspender la filmacion -dije con desaliento-. Este es precisamente el momento para filmar.
– Ya los aficionados lo estan haciendo. Dentro de poco recibiremos paquetes de peliculas. Eso no es lo mas importante.
– ?Y que es lo mas importante?
– Hacer contacto con los visitantes.
Silbe.
– No silbes. Ya se ha intentado, aunque sin resultado hasta ahora. Cientificos holandeses e ingleses han propuesto un programa para establecer contacto con ellos. Todo el material esta en las manos de Osovets. Por otra parte, quiero decirte que el grupo de Thompson nos dara dolores de cabeza en el Congreso. La delegacion norteamericana esta actualmente dividida en dos grupos. Un grupo, el mayoritario, no apoya a Thompson; empero, el otro ha formado un bloque a su alrededor. Este ultimo no es muy solido, a decir verdad, pero nos podria traer problemas en Paris. He ahi lo mas importante. ?No lo ves? Espera un minuto. -Riendose, tomo su capa de entre mis manos y saco del bolsillo un paquete voluminoso cubierto con sellos extranjeros-. Me olvide de lo mas importante. Aqui tengo una carta para ti recibida desde los Estados Unidos.
– Es de Martin -le dije al ver la direccion. Era una direccion extrana:
'Para Yuri Anojin, el primer observador de los fenomenos de las 'nubes' rosadas. Comite de Lucha Contra los Intrusos del Cosmos. Moscu. URSS'.
– 'Comite de Lucha…' -repitio riendose Irina-. He ahi un programa para establecer contacto. El programa Thompsoniano.
– Ahora la leeremos.
Martin escribia que el habia retornado de la expedicion antartica a su base situada cerca de Sand City, en el suroeste de los Estados Unidos. Por una proposicion de Thompson fue designado a una sociedad de voluntarios creada por el almirante para combatir a los intrusos del cosmos. Martin no se sorprendio por la designacion, pues Thompson le habia hablado de ella en el avion que los conducia a America. Tampoco fue una sorpresa para el el nombramiento que le dieron. Cuando el almirante se entero de que Martin habia escrito articulos en las revistas estudiantiles del colegio, lo nombro su agente de prensa. 'Yo creo que el viejo no se fia de mi y piensa que yo soy un doble, algo asi como un agente de la quinta columna, y trata de conservarme a su lado para verme y comprobar sus conjeturas. Este es el motivo por el cual no le he relatado lo que me sucedio en la carretera que conduce desde la base aerea a Sand City. Pero, ?a quien mas que a ti podria comunicarselo? Eres el unico capaz de desentranar los misterios de esta diablura. Ambos, tu y yo, conocemos esas brujerias por lo que ocurrio en el Polo Sur; pero aqui las cosas estan maquilladas de una forma muy diferente'.
La misiva estaba a maquina y tenia mas de diez paginas abarrotadas de lineas: '…Mi primer articulo no es para el periodico, sino para ti -escribia Martin-. Apreciaras si tengo o no dotes de periodista'. Hojee varias paginas y quede atonito.
– Lee las primeras paginas -le dije a Irina, entregandole las paginas leidas-. Creo que todos nosotros nos hemos metido en un buen embrollo.
Capitulo 13 – Un nuevo estilo de western
He aqui lo que Martin escribia:
'Cuando el Astro mostraba su faz en el horizonte, yo salia ya por la puerta de la base aerea. Tenia que apresurarme, porque disponia tan solo de 24 horas de permiso y nada mas el viaje hasta Sand City duraba mas de una hora. Le dije adios con la mano al centinela de la puerta, y mi viejo 'corvette' de dos asientos salio disparado por el asfalto de la carretera ablandado por el calor. El ruido del portaequipaje y el golpeteo de los cilindros me hicieron recordar los defectos de mi automovil. 'Es hora de cambiar esta maquina' pense. 'Ocho anos son suficientes. Aunque lamento separarme de ella, por el habito que me ha creado y porque a Maria le gusta'.
Yo iba ahora a Sand City precisamente para ver a Maria y pasar con ella mi ultimo dia libre, en la vispera del viaje que realizaria a Nueva York a fin de verme con el almirante. Los muchachos de la base aerea me habian presentado a Maria por la tarde del mismo dia que retorne de MacMurdo. Ella era una camarera nueva en el bar, con una fisonomia nada particular; era una muchacha como otra cualquiera. Aquella vez llevaba una bata blanca y un peinado a lo Elizabeth Taylor: todas ellas copiaban a las actrices de cine. Sin embargo, en ella habia algo que me atraia; y posteriormente, en mis tardes libres, me dirigia a la ciudad. Hasta escribi a mi madre hablandole de ella y explicandole que ya habia encontrado una muchacha muy agradable… En fin, para que hablar de eso.
En este viaje lo habia decidido todo y hasta meditaba la conversacion que sostendria con ella. No, yo no queria retenerme en la carretera ni por un minuto. Pero tuve que hacerlo: un joven desconocido, dando tumbos por la carretera, vislumbrabase a lo lejos; le hice senales, pero el, en vez de salir de mi ruta, se turbo y se tiro debajo de mi auto. Frene, me asome por la ventanilla y le grite:
– ?Eh! ?No has visto el automovil?
Me miro, elevo su mirada al cielo y lentamente se levanto del suelo, sacudiendo el polvo de su viejo pantalon.
– Hay algo que asusta mas que los automoviles -afirmo y, acercandose a la ventanilla, inquirio-: ?Se dirige usted a la ciudad?
Asenti con la cabeza, y el se sento en el automovil, mostrandome la misma mirada temerosa de minutos antes. Por su frente rodaban gotas de sudor y en su camisa, bajo las axilas, notabanse negros circulos humedos.
– ?Por que se entrena tan temprano? -le pregunte.
– ?Entrena? Lo que me sucedio es peor que eso -afirmo el introduciendo su mano en el bolsillo del pantalon 'jean' y sacando de el, junto con el panuelo, una pistola 'Barky Jones' del ano 1952.
Silbe sorprendido:
– ?Que es esto? ?Una persecucion?
Lamente profundamente haberlo tropezado: no me gustan los encuentros de esta naturaleza.
– Idiota -dijo sin maldad al notar mi mirada-. Esta pistola no es mia, sino de mi patron. Yo estoy vigilando el rebano del rancho Viniccio.
– ?Es usted cowboy?
– No -repuso, y fruncio el entrecejo al secarse la frente sudada-. Yo no se ni siquiera montar a caballo. Pero necesito dinero para estudiar.
Me rei interiormente: el gangster sangriento que se le escapo al sheriff se transformo en el estudiante que trabaja en vacaciones.
– Me llamo Mitchell Casey -se presento el. Al darle mi nombre yo acariciaba la idea, no sin vanidad, de que ese nombre que habia aparecido en todos los periodicos del mundo desde el dia del encuentro con los dragones de MacMurdo hubiese llegado hasta el; pero me equivoque. El no habia oido hablar nada de mi ni de las 'nubes' rosadas: hacia dos meses que no escuchaba la radio ni leia periodicos: 'Quizas empezo ya la guerra o los marcianos invadieron la Tierra. En una palabra, no se nada'.
– La guerra aun no ha empezado -le dije, pero los marcianos, al parecer, llegaron ya.
Le relate brevemente la historia de las 'nubes' rosadas. Pero jamas pense que mi relato pudiese provocar en