operaciones a mi sala de la clinica, el Congreso iniciaba sus debates.
Despues de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decidio no discutir el fenomeno de las 'nubes' rosadas, dando prioridad a la resolucion del Congreso de Paris y considerando con razon que la primera palabra les pertenece a los cientificos, la atmosfera alrededor del Congreso se caldeo mas aun.
Este se inauguro como si fuese un campeonato de futbol: trompetas, banderas de las diversas naciones y saludos de todas las asociaciones cientificas del mundo. Los participantes mas sensatos prefirieron callar, pero no asi los menos cautelosos, quienes afirmaron que el esclarecimiento del misterio de las 'nubes' rosadas estaba en visperas de su realizacion. Como es sabido, no se realizo ningun esclarecimiento, con la excepcion del informe preliminar del academico Osovets, quien al exponer y argumentar la tesis de que las intenciones de los visitantes son amistosas, contribuyo a encauzar el trabajo de los cientificos por una ruta determinada. Empero, como se dice, la omnisciencia es una y las sabidurias son muchas. Al hablar de estos debates Zernov apenas pudo ocultar su decepcion. Hubo colisiones de ideas y choques de hipotesis. Algunos participantes del Congreso hasta consideraron a las 'nubes' como una variedad de los platillos voladores.
– ?Ah, Yuri! ?Si tu supieras cuantos torpes hay aun dentro de las ciencias, que perdieron hace tiempo el derecho de llamarse cientificos! -exclamo Zernov-. Hubo, naturalmente, discursos serios, hipotesis originales y conjeturas audaces. Pero Thompson se retiro despues de las primeras sesiones. Declaro a los corresponsales que le esperaban: 'Miles de ancianos timidos no pueden idear algo que valga la pena'.
De todos los participantes en el Congreso, los unicos invitados por el a tomar parte en la expedicion fue el grupo de la 'Jarkovchanka' e Irina. 'Nosotros empezamos juntos y continuaremos juntos', le dijo a Zernov.
– Yo no empece -le interrumpio Irina.
– Pero usted continuo -respondio Zernov.
– ?Donde?
– Aquella noche en el hotel 'Au Monde'.
– No comprendo.
– Preguntele a Anojin; el se lo podra contar.
– ?Que? -inquirio intrigada Irina.
– Que usted no es usted, sino su copia, creada por las 'nubes' en aquella noche aciaga.
– No bromee, Boris Arkadievich.
– No bromeo; el caso es que Anojin y Martin le vieron a usted en St. Dizier.
– A ella no -le interrumpi-. ?Lo olvido acaso?
– No lo olvide. Simplemente considere que seria mejor no hablar de ello.
Una pausa nerviosa se apodero de todos. Irina se quito los espejuelos, los cerro automaticamente y los abrio de nuevo: primera senal de su gran inquietud.
– Ahora me he convencido -dijo ella reprochando a Zernov- de que usted y Martin me ocultaban algo. Pero, ?que?
Zernov evadio nuevamente la pregunta:
– Deje que Anojin se lo relate. Nosotros considerabamos que ese derecho le pertenecia solo a el.
Yo conteste a las palabras de Zernov con una mirada parecida al golpe de la espada de Bonnville.
Irina, en completo estado de confusion, miraba a Zernov y a mi.
– Yuri, ?es cierto?
– Si, es cierto -le respondi, y calle. Considere que, cuando nos encontraramos a solas le relataria lo sucedido en el casino de St. Dizier, mas no aqui.
– ?Me ocultan algo desagradable?
Zernov se sonrio. La pausa se prolongo un rato mas. Por eso, me alegre al oir el chirrido de la puerta al abrirse.
– Lo mas desagradable empezara ahora -repuse indicandoles la puerta abierta por donde entraba mi angel blanco con jeringuillas-. Esta es la parte del tratamiento que ni los amigos deben contemplar.
Y el tratamiento curativo del profesor Peletier me hundio nuevamente en la voragine del sueno.
Capitulo 26 – Congreso
Me desperte por la manana y, al recordarlo todo, la rabia se apodero de mi: tendria que permanecer otro dia en la clinica. No me consolo ni la aparicion de mi angel blanco con el desayuno servido en el carritomesa.
– Conecte la radio, por favor -le pedi.
– No tenemos radio.
– Entonces, traigame un transistor.
– No puedo.
– ?Por que?
– Porque esta prohibido todo lo que puede impedir el mejoramiento del estado del convaleciente…
– Ya me siento bien, pues.
– Eso lo sabra solamente manana por la manana. -El angel blanco adquirio ante mi el aspecto del demonio.
– Pero yo debo saber lo que ocurre en el Congreso. Zernov ya esta hablando. ?Comprende? ?Zernov!
– No conozco al senor Zernov -respondio y me entrego una carpeta forrada con un cordoban rojo.
– ?Que es esto?
– Estos son los recortes de periodicos que le trajo a usted la senorita Irina. El profesor lo ha permitido.
Este era el pan para el hombre que moria de hambre por falta de informacion. Y, olvidando mi desayuno, abri la carpeta para escuchar la voz del mundo. Si, justamente, escuchar, porque esta era la voz del mundo que llegaba hasta mi a traves del niquel y el vidrio de la clinica, a traves de las paredes de ladrillos blancos, a traves de la voragine del sueno y de la delicia del restablecimiento. Era la voz del Congreso con las palabras de apertura del academico Osovets, que fijaban la unica posicion razonable y consecuente de la humanidad respecto a los visitantes del espacio cosmico.
'?Que esta claro para nosotros? -decia el academico-. Que estamos ante una civilizacion extraterrestre; que su nivel tecnico y cientifico es muy superior al nuestro; que ni nosotros hemos podido establecer contacto con ellos ni ellos con nosotros; y que, ademas, la actitud de ellos para con nosotros es amistosa y pacifica. En tres meses los visitantes han podido reunir y transportar al espacio cosmico el hielo de todos los continentes, y hemos sido incapaces de impedirselo. Bien, ?que representa para la humanidad esta ultima accion? Nada negativo y mucho de positivo. Los climatologos estableceran dentro de cierto tiempo las consecuencias precisas de lo realizado; sin embargo, ahora podemos hablar ya sobre el considerable mejoramiento del clima polar y sus latitudes adyacentes, sobre la conquista de vastas areas antes casi inaccesibles y sobre la inmigracion mas libre de la poblacion del mundo. Aun mas, la extraccion del hielo terrestre no se acompano de catastrofes geologicas, inundaciones u otras calamidades naturales. Ni una sola expedicion, ni un solo barco y ni una sola estacion de investigacion cientifica de las que operan en esas areas han sufrido dano alguno. Ademas, los visitantes le regalaron a la humanidad, incidentalmente, riquezas ocultas en las entranas de la Tierra. En las montanas Yablonevi, ellos dejaron al descubierto vastos yacimientos de cobre, y en Yakutia descubrieron nuevas tierras diamantiferas. En la Antartida encontraron petroleo y por sus propios medios realizaron trabajos de perforacion y luego construyeron torres originales de formas desconocidas para nosotros. Y, entre los aplausos de los presentes, concluyo con las siguientes palabras:
'Les puedo informar que en Moscu ha sido firmado un contrato entre paises interesados a fin de crear una sociedad anonima industrial-comercial, que llevara las siglas SECPA, o sea, Sociedad para la Explotacion Conjunta del Petroleo de la Antartida'.
El academico resumio tambien los sucesos relacionados con la copia hecha por los visitantes de aquellos fenomenos de la vida terrestre que despertaron su interes. La lista de fenomenos era tan larga que no fue leida, sino distribuida entre los delegados a guisa de suplemento especial del informe. Citare aqui solamente los sucesos que fueron comentados por los corresponsales Parisienses.
Ademas de Sand City, los 'jinetes' copiaron una ciudad balneario situada en los Alpes italianos; playas francesas en las horas de la manana, cuando parecen madrigueras de nutrias; la plaza de San Marcos en Venecia