mesa.

– Soy una chica lista -Ryan le tiro del brazo hasta que lo tuvo sentado a su lado. Lo miro y sonrio-. ?Sabes? La primera vez que te mire a los ojos crei que el corazon se me paraba. La primera vez que me besaste lo supe - anadio al tiempo que llevaba una mano hacia la mejilla izquierda de Pierce.

Este le detuvo la mano de nuevo, consciente de lo cerca que estaba de rebasar el limite. Pero Ryan todavia tenia una mano libre y la utilizo para deslizar un dedo por la pechera de su camisa hasta llegar al cuello.

– Ryan, deberias acostarte.

Podia oir el deseo velado en el tono rugoso de su voz. Podia sentir el pulso acelerado de Pierce bajo la yema del dedo. Su propio corazon empezo a desbocarse hasta acompasar el ritmo con el de el.

– Nadie me habia besado asi nunca -murmuro Ryan justo antes de dirigir los dedos hacia el boton superior de la camisa. Lo desabrocho y lo miro a los ojos-. Nadie me habia hecho sentirme asi. ?Hiciste magia, Pierce? - pregunto despues de desabrocharle los dos siguientes botones.

– No -Pierce levanto el brazo para frenar la curiosidad de aquellos dedos que lo estaban volviendo loco.

– Yo creo que si -Ryan se giro y le dio un mordisquito delicado en el lobulo de la oreja-. Se que hiciste magia -anadio con un susurro que no hizo sino avivar el deseo que estaba gestandose en las entranas de Pierce. Echaba chispas y estaba a punto de explotar. La agarro por los hombros y empezo a apartarla, pero Ryan poso las manos sobre su torso desnudo. Luego dejo caer la boca sobre su cuello. Pierce apreto los punos tratando de ganarla batalla intestina que estaba librando contra el deseo.

– Ryan… ?que intentas hacer? -pregunto, incapaz de serenar su ritmo cardiaco a pesar de su experiencia en controlar la mente.

– Intento seducirte -respondio con descaro ella mientras llevaba la boca hacia el pecho de Pierce-. ?Lo estoy haciendo bien?

Ryan bajo las manos hacia las costillas y viro luego hacia el centro. Notar la excitacion de Pierce la envalentono.

– Si, lo estas haciendo muy bien -admitio el casi sin aliento.

Ryan solto una risotada. Fue un sonido gutural, casi burlon, que aumento las palpitaciones de Pierce. Aunque el no la tocaba, ya no se resistia; ya no era capaz de seguir poniendole freno. Sus manos lo acariciaban con libertad mientras le lamia provocativamente el lobulo de la oreja.

– ?Estas seguro? Quiza estoy haciendo algo mal -susurro Ryan al tiempo que le bajaba la camisa de los hombros. Trazo un reguero de besos hasta su barbilla y luego apoyo los labios fugazmente sobre la boca de Pierce-. Quiza no te gusta que te toque asi… o asi -anadio despues de bajar el dedo hasta el cinturon de los vaqueros y, luego, tras darle un mordisquito en el labio inferior sin dejar de mirarlo a los ojos.,

No, se habia equivocado. Eran negros: tenia los ojos negros, no grises. El deseo la consumia hasta tal punto que temia acabar devorada por el. ?Como podia sentir un deseo tan intenso?, ?tan potente como para que el cuerpo entero le doliese y vibrase y amenazase con estallar?

– Te desee cuando bajaste del escenario esta noche -murmuro ella-. Alli mismo, cuando todavia me medio creia que eras un hechicero mas que un hombre. Y ahora… ahora que se que eres un hombre te deseo todavia mas. Claro que quiza tu no me desees. Quiza no te excito -anadio para provocarlo. Lo miro fijamente a los labios y luego alzo la vista para encontrarse de nuevo con los ojos de Pierce.

– Ryan -dijo este. Habia perdido por completo la capacidad de controlar la cabeza, el pulso o la concentracion. Habia perdido hasta la voluntad por recuperar el control-. Ten cuidado. Si sigues asi, no voy a poder aguantar mas. De un momento a otro no habra vuelta atras.

Ella rio excitada, embriagada por el deseo. Puso los labios a un solo centimetro de los de Pierce.

– ?Me lo prometes?

Ryan se deleito en la fogosidad del beso. La boca de Pierce cayo sobre la de ella con fiereza, posesivamente.

De pronto se vio debajo de el a tal velocidad que no sintio siquiera el movimiento, solo el peso de su cuerpo encima. Pierce la estaba despojando de la blusa, impaciente por deshacerse de los botones. Dos saltaron por los aires y aterrizaron en algun lugar de la moqueta antes de que Pierce se apoderase de uno de sus pechos con la mano. Ryan gimio y arqueo la espalda, desesperada por sus caricias. La lengua de Pierce no tardo en abrirse paso entre sus labios y enlazarse con la lengua de ella.

El deseo la abrasaba, era un azote sofocante de calor y color. La piel le quemaba alla donde Pierce la tocaba. Se encontro desnuda sin saber como habia llegado a estarlo. Piel contra piel, noto que le mordisqueaba un pezon con suavidad. Ryan estaba a punto de perder el control cuando sintio su lengua acariciandole la punta, gimio y se apreto contra el.

Pierce notaba el martilleo de su pulso, el frenesi con que latia el corazon de Ryan. Casi podia saborearlo mientras giraba la cabeza para colmar de atenciones el otro pecho. Sus gemidos y los tirones suplicantes de sus manos lo estaban enloqueciendo. Estaba atrapado en un horno y esa vez no habria escapatoria. Sabia que su piel se derretiria con la de Ryan hasta que no hubiese nada separandolos. El calor, su fragancia, su sabor, todo le daba vueltas en la cabeza. ?Excitacion? No, aquello era mucho mas que excitacion. Era una obsesion.

Introdujo los dedos dentro de ella. La encontro tan suave, tan calida y humeda que no pudo contenerse un segundo mas.

La penetro con un salvajismo que los asombro a los dos. Pero Ryan reacciono enseguida y empezo a moverse con el, agitada y violenta. Pierce sintio el dolor de un placer imposible, convencido de que esa vez era el el encantado y no el encantador. Estaba totalmente entregado.

Ryan noto su aliento entrecortado contra el cuello. El corazon de Pierce seguia corriendo. Y era ella quien habia conseguido que latiese asi de rapido, penso con una expresion sonadora en la cara mientras flotaba en el limbo posterior al orgasmo. Pierce era de ella, penso de nuevo, al igual que cuando habia marcado el territorio con la rubia en el casino. ?Como habia adivinado Bess lo que sentia antes de darse cuenta ella misma? Ryan suspiro, cerro los ojos y siguio fantaseando.

?Como reaccionaria Pierce si le decia que se habia enamorado de el? Por otra parte, debia de notarsele, como si lo llevase escrito con letras de neon en la frente. ?Seria muy pronto para decirselo?, ?estaria precipitandose? Lo mejor seria esperar, decidio mientras le acariciaba el pelo. Se daria un poco de tiempo a acostumbrarse a ese amor tan novedoso antes de proclamarlo. En ese momento, tenia la sensacion de disponer de todo el tiempo del mundo.

Emitio un gemido leve de protesta cuando Pierce retiro su cuerpo de encima. Abrio los ojos despacio. Tenia la cabeza agachada y se miraba las manos atormentado. Se insulto en voz baja.

– ?Te he hecho dano? -le pregunto cuando se dio cuenta de que Ryan estaba mirandolo.

– No -aseguro ella sorprendida. Luego recordo la historia que Bess le habia contado-. No me has hecho dano, Pierce. No podrias. Eres un caballero, delicado -le aseguro.

Pierce la miro con ojos angustiados. No era verdad, no se habia portado como un caballero mientras le hacia el amor. Se habia dejado arrastrar por la necesidad y una urgencia desesperada.

– No siempre soy delicado -murmuro atormentado mientras alcanzaba sus vaqueros.

– ?Que haces?

– Voy abajo. Pedire otra habitacion. Siento que esto haya pasado -contesto sin dejar de vestirse. Entonces vio un rio de lagrimas asomando a los ojos de Ryan. Algo se desgarro en su pecho-. Ryan… lo siento… Te juro que no iba a tocarte. No tenia que haberlo hecho. Has bebido demasiado. Yo lo sabia y debia haber…

– ?Maldito seas! -exclamo ella y le aparto la mano con que Pierce le estaba secando una lagrima-. Me he equivocado. Si que puedes hacerme dano. Pero no te molestes en buscar otra habitacion. Ya me busco yo una. No pienso quedarme aqui despues de como has convertido algo maravillosa en una equivocacion -anadio mientras se agachaba para ponerse la blusa, que estaba vuelta del reves.

– Ryan, yo…

– ?Haz el favor de callarte!-atajo ella. Al ver que faltaban los dos botones del centro, se volvio a quitar la blusa y se quedo de pie, mirando desnuda a Pierce, con los ojos llameando de colera. Estaba tan sexy que le entraron ganas de tumbarla al suelo y poseerla de nuevo-. Sabia perfectamente lo que estaba haciendo, ?te enteras? ?Lo sabia de sobra! Si crees que bastan unas copas para que me lance en brazos de un hombre, te equivocas mucho. Te deseaba. Y creia que tu tambien me deseabas. Asi que si ha sido un error, el error ha sido tuyo.

– Para mi no ha sido un error, Ryan -dijo el en un tono mas suave. Aun asi, cuando intento tocarla, Ryan se aparto con violencia. Pierce dejo caer el brazo y escogio las palabras con cuidado-. Claro que te deseaba. Me

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