Se quedo pensativa unos segundos antes de responder:

– Si.

Bess solto una risilla mientras le entregaba una racion de tarta a Pierce.

– Los magos no necesitan rebajarse a meter mano en los bolsos de los demas para conseguir informacion.

Link solto una risotada alegre que sorprendio a Ryan.

– ?Lo dices por la vez que le quitaste la cartera del bolsillo a aquel hombre de Detroit? -le recordo a Pierce.

– ?O por los pendientes de la mujer de Flatbush? -anadio Bess.

– ?En serio hizo eso? -Ryan miro a Pierce, pero este se limito a meterse un trozo de tarta en la boca.

– Siempre lo devuelve todo al final del espectaculo -continuo Bess-. Pero suerte que no se decidiera por hacerse delincuente. Si es capaz de abrir los cerrojos de una caja fuerte desde dentro, imaginate de lo que seria capaz estando fuera.

– Fascinante -convino Ryan-. Contad mas, contad.

– ?Te acuerdas de cuando te fugaste de la carcel esa de Wichita, Pierce? -prosiguio Bess-. Si, que te habian encerrado por…

– ?No te apetece mas champan? -interrumpio Pierce al tiempo que inclinaba la botella para llenarle la copa.

– Me habria encantado ver la cara del comisario al descubrir que la celda estaba vacia, con cerrojo y todo - anadio Link sonriente.

– ?Te fugaste de una carcel? -pregunto asombrada Ryan.

– Houdini lo hacia a menudo -Pierce le sirvio una copa de champan.

– Ya, pero lo ensayaba primero con los policias- Bess sonrio por la mirada con la que Pierce le contesto y corto otro trozo de tarta para Link.

– Asi que carterista y ex presidiario -dijo Ryan. Le hacia gracia la expresion incomoda que notaba en los ojos de Pierce. No solia verse en situaciones de ventaja con el y no estaba dispuesta a dejar pasar la oportunidad-. ?Algo mas que deba saber?

– En mi opinion, ya sabes mas de lo necesario -comento Pierce.

– Si -Ryan le dio un beso sonoro-. Y es el mejor cumpleanos que he tenido en la vida.

– Vamos, Link-. Bess levanto la botella medio vacia de champan-. Ya nos terminamos esto y la tarta por ahi. Que Pierce se las arregle como pueda para salir de esta por su cuenta… Tendrias que contarle lo del comerciante aquel de Salt Lake City.

– Buenas noches, Bess -la despidio Pierce con paciencia y se gano otra risotada de su ayudante.

– Feliz cumpleanos, Ryan -Bess le lanzo una sonrisa radiante a Pierce y saco a Link de la suite.

– Gracias, Bess. Gracias, Link -Ryan espero hasta que dos hubieron salido antes de girarse hacia Pierce-. Antes de ver lo del comerciante de Salt Lake City, ?como te apanaste para acabar en la carcel? pregunto con tono burlon, mirandolo por encima de la copa.

– Fue un malentendido.

– Eso dicen todos -Ryan enarco una ceja-. Un malentendido con un marido celoso, ?quiza?

– No, con un agente de policia al que no le sento bien encontrarse atado a un taburete de un bar con sus propias esposas -Pierce se encogio de hombros-. No se mostro nada agradecido cuando lo solte.

– Me lo creo -dijo ella, conteniendo las ganas de echarse a reir.

– Fue una pequena apuesta-explico Pierce-. Y perdio el.

– Pero, en vez de pagar, te metio en la carcel -concluyo Ryan.

– Algo asi.

– Asi que estoy ante un delincuente peligroso. Supongo que estoy a tu merced -Ryan exhalo un suspiro. Luego dejo la copa y se acerco a Pierce-. Gracias por organizarme esta fiesta. Ha sido un detalle precioso.

– Tenias una cara tan seria -murmuro el justo mientras le echaba hacia atras el pelo que le caia sobre la cara. Despues la beso sobre los parpados. No podia quitarse de la cabeza la expresion de dolor que habia percibido en el rostro de Ryan despues de leer la carta de su padre-. ?No vas a abrir el regalo de tu padre?

Ryan nego con la cabeza y apoyo una mejilla sobre el hombro de Pierce.

– Esta noche no. Manana. Los regalos importantes ya los he recibido.

– No se ha olvidado de tu cumpleanos.

– No, el jamas cometeria un error asi. Seguro que lo tiene marcado en el calendario -contesto con amargura-. Perdona. En el fondo, se que me quiere.

– A su manera -Pierce le agarro las manos-. Lo hace lo mejor que puede.

Ryan le devolvio la mirada. Su ceno desaparecio, dando paso a una expresion mas comprensiva:

– Si, es verdad. Nunca lo habia pensado desde esa perspectiva. Lo que pasa es que no dejo de esforzarme por complacerme con la esperanza de que algun dia me diga que me quiere y que esta orgulloso de ser mi padre -Ryan suspiro-. Lo se, es una tonteria, ya soy mayor. Pero, aun asi, ?me gustaria tanto!

– Nunca se deja de desear que los padres nos quieran -dijo Pierce al tiempo que la abrazaba con fuerza. Ryan penso en la infancia de Pierce, que a su vez estaba preguntandose por la de ella.

– Seriamos personas diferentes si nuestros padres se hubiesen portado de otra forma con nosotros, ?no?

– Si -contesto Pierce-. Seguro que si.

– No me gustaria que fueses diferente. Eres justo lo que quiero -dijo ella antes de ir al encuentro de su boca con avidez-. Llevame a la cama. Y dime en que estabas pensando hace unas horas antes de que nos interrumpieran -anadio susurrando.

Pierce la levanto en brazos con agilidad. Ryan se colgo, recreandose en la potencia de sus musculos.

– Lo cierto -arranco el camino del dormitorio- es que me preguntaba que llevarias debajo del vestido. Ryan rio y apreto la boca contra el cuello de Pierce.

– La verdad es que no hay mucho debajo por lo que preguntarse.

La habitacion estaba a oscuras y en silencio. Ryan estaba acurrucada junto a Pierce mientras este le acariciaba el cabello con los dedos. Estaba muy quieta, debia de haberse dormido. Pero a Pierce no le importaba estar despierto. De ese modo, podia permitirse el lujo de disfrutar del tacto de su piel contra el cuerpo, de la textura sedosa de su pelo. Mientras dormia, podia tocarla sin excitarla, simplemente para consolarse confirmando que Ryan estaba a su lado. No le gustaba la idea de no tenerla en su cama la noche siguiente.

– ?En que piensas? -murmuro ella, sobresaltandolo.

– En ti -Pierce la abrazo-. Creia que estabas dormida.

– No…, yo tambien estaba pensando en ti -respondio ella mientras abria los ojos. Levanto un dedo y lo deslizo por el menton de Pierce-. ?Como te hiciste esta cicatriz? Seguro que te la hizo alguna hechicera en una pelea - anadio al ver que Pierce no respondia. No habia sido su intencion, pero debia de haber metido el dedo en alguna herida abierta del pasado. Lamento no poder dar marcha atras a la pregunta.

– No fue tan romantico. Me cai por unas escaleras de pequeno.

Ryan contuvo la respiracion unos segundos. No habia imaginado que Pierce fuera a estar dispuesto a confiarle nada concerniente a su pasado, ni siquiera un detalle tan pequeno. Se giro para apoyar la cabeza sobre el pecho de el.

– Yo una vez me cai de un taburete y se me aflojo un diente. Mi padre se puso hecho una furia cuando se entero. Me aterraba que pudiera caerseme y dejase de reconocerme como hija suya.

– ?Tanto lo temias?

– Disgustarlo, si. No queria enfadarlo y sentirme rechazada. Supongo que era una tonteria.

– No -Pierce miro hacia el techo a oscuras de la habitacion-. Todos tenemos miedo de algo -anadio sin dejar de acariciarle el pelo.

– ?Incluso tu? -pregunto ella en tono medio de broma-. No puedo creerme que algo te de miedo.

– Me da miedo no poder salir cuando estoy dentro -murmuro.

Sorprendida, Ryan levanto la cabeza y capto el brillo de los ojos de Pierce en la oscuridad.

– ?Quieres decir en las fugas de tus actuaciones?

– ?Que? -pregunto Pierce, como despertando de un sueno. No se habia dado cuenta de que habia hablado en

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