marcharse.

—Habia esperado —dijo suavemente — que podria volver a bailar contigo esta noche. Pero parece que estabas demasiado ocupado para rescatarme por segunda vez.

El sonrio debilmente.

— ?A pesar de la desaprobacion de tu padre? ?No quiero incurrir en la colera de un Veyyil Saravin!

—Oh, eso... —Sashka tuvo el acierto de ruborizarse ligeramente—. No tienes que hacer caso de su mal humor. Solo estaba enfadado conmigo porque queria presentarme al Sumo Iniciado y no me habia encontrado en ninguna parte.

Tarod miro involuntariamente hacia el lugar donde habia estado Keridil, pero este se habia marchado de alli. Volvio a sentir un poco de irritacion y replico friamente:

—Si era esto lo que querias, solo tenias que decirmelo.

—No he dicho que fuese lo que yo queria. —La mirada de Sashka contenia ahora un inconfundible desafio—. Y creo que soy lo bastante mayor para tomar mis propias decisiones en estos asuntos.

La irritacion se desvanecio y Tarod rio, complaciente.

—?Fuera de mi intencion dudarlo, Senora!

— Entonces, ?no podriamos continuar lo que fue tan bruscamente interrumpido?

Tarod se dio cuenta de que la muchacha empleaba su seduccion y su habilidad para llevarle por donde ella queria, pero sus artimanas no parecieron importarle. Sentia un fuerte deseo de tocarla, de introducir las manos en la mata de cabellos cobrizos, de probarla, de explorarla, de descubrir la clase de mujer que se ocultaba debajo de la belleza y de la astucia. Era una sensacion obsesionante, nueva para el, y no estaba seguro de como debia reaccionar.

Sashka, en cambio, no tenia dudas. Su segundo encuentro con el alto Adepto de negros cabellos habia mas que confirmado las primeras impresiones que se habia formado de el, y ahora que tenia otra oportunidad de expresar su interes sin interferencias familiares, estaba resuelta a sacar de ella el mayor partido. Viendo que Tarod vacilaba ante su audaz pregunta, anadio, bajando mucho la voz:

—Mi padre y mi madre se han ido a descansar hace ya mucho rato, pero yo no podria dormir aunque quisiera. Estoy demasiado.. , animada.

Las palabras eran ambiguas, en el mejor de los casos, y Tarod sonrio y le asio la mano una vez mas.

—A si, ?que puedo hacer para entretenerte?

Ella encogio ligeramente los hombros, en un ademan que sugeria mucho mas de lo que expresaba superficialmente.

—Me gustaria dar un paseo —dijo—. Hace una noche tan e>-plendida... He oido decir que hay cientos de personas acampadas fuera de las murallas del Castillo. Sus hogueras deben ofrecer una vista muy espectacular.

El cansancio que Tarod habia sentido momentos antes desaparecio, de pronto, de su cuerpo y de su mente sin dejar rastro. Senalo la puerta, a traves de la cual estaban saliendo los ultimos invitados.

— Entonces, si puedo acompanarte... Ella sonrio maliciosamente.

— ?Sin el permiso de mi padre?

—Tu permiso es el unico que me importa.

—Entonces, ya lo tienes.

Consciente de una excitacion interior que iba rapidamente en aumento, Sashka le permitio que la llevase al debilmente iluminado pasillo.

CAPITULO 10

Bajo el misterioso doble cenit de las dos lunas, Tarod y Sashka estaban juntos de pie sobre la alta muralla del Castillo, contemplando el paisaje que se extendia ante ellos. Keridil habia ordenado que el Laberinto permaneciese abierto durante el resto de las festividades, suspendiendo la barrera sobrenatural que separaba el Castillo del mundo exterior, y el lejano contorno de la costa era vagamente visible bajo el cielo de estano.

Debajo de ellos, y tan lejos que parecian irreales como juguetes, las tiendas de los que habian acampado en la Peninsula se agrupaban en racimos desparramados, iluminadas por la luz centelleante de mas de cien pequenas fogatas. Aquellos fuegos se extendian hacia lo lejos, al otro lado del puente, y la brisa traia debiles sonidos que indicaban que el jolgorio continuaba en algunos lugares.

Sashka estuvo largo rato mirando al suelo, sin hablar. La embargaba un sentimiento de gloriosa supremacia producido por el hecho de estar a tan gran altura, y de no haber sido por las cuatro titanicas y melancolicas torres del Castillo que empequenecian incluso las murallas y que ella preferia no mirar, igual habria podido estar en el techo del mundo. Cautelosamente, para no romper el hechizo de la noche, dirigio una mirada al hombre que tenia a su lado. La luz de la luna endurecia los angulos de su perfil, haciendole parecido a un ave de presa; el viento apartaba los cabellos de su cara, y sus ojos se movian inquietos. Sashka se acerco un paso mas, permitiendo que su manga le rozase una mano cuando el se acerco a su vez.

Tarod la miro, dandole de algun modo la impresion de que se habia olvidado de que existia; pero esta ilusion se desvanecio cuando el sonrio.

—?Es esta vista lo que esperabas? —pregunto Tarod.

—Es tres veces mas hermosa de lo que habia imaginado... — Lanzo un hondo suspiro de satisfaccion—. Esta todo tan tranquilo... Me encantaria vivir en este palacio y poder disfrutar de este espectaculo siempre que me apeteciese.

El senalo con la cabeza la negra mole de la torre del sur, a pocos pasos de donde se hallaban.

—La vista es todavia mejor desde lo alto de la torre. ?Te gustaria verla?

— No... — La apresurada respuesta fue seguida de un estremecimiento involuntario—. No..., creo que no. Estoy bien aqui.

Se movio de nuevo, esta vez para colocarse delante de el y exhibir el hombro que el amplio escote de su vestido dejaba al descubierto. Un instante despues, una mano se apoyo ligeramente sobre su piel, y ella cerro momentaneamente los ojos con la satisfaccion de otro pequeno triunfo, de otro paso en la direccion que queria tomar. Advirtio que la mano de Tarod era delgada pero sumamente vigorosa; el anillo que llevaba en el dedo indice captaba la luz nacarada y la mult i-plicaba, despertando en ella deseos de tocar la piedra. Pero permanecio quieta, inclinando ligeramente la cabeza hacia atras en muda invitacion.

Tarod contemplo su esbelta figura, consciente de que en su fuero interno se agitaba una emocion como jamas habia sentido hasta ahora. A pesar de su astucia, que ella jamas habia tratado apenas de disimular, Sashka le habia impresionado profundamente, y el se sentia cada vez mas impotente contra la oleada de sus propios sentimientos. Una vocecilla interior le decia que fuese precavido, pero se estaba acercando a un punto en que, por ella, mandaria al diablo la prudencia. Estaba totalmente cautivado.., y al aproximarse mas a ella y rozar sus cabellos con los labios, comprendio que nunca en su vida habia deseado nada con tanta fuerza como deseaba ahora a esta hermosa criatura.

Mas tarde, a Tarod le fue imposible recordar cuanto tiempo habian estado alli, bajo el cielo nocturno, ni lo que hablan dicho, ni siquiera lo que el habia pensado. Le parecia que habia pasado una eternidad hasta el momento en que la condujo lentamente hacia la empinada escalera de caracol que descendia al patio. Al pasar junto a la torre, aquel dedo gigantesco se interpuso delante de las lunas sumiendoles en una densa sombra. Sashka tropezo y el la asio por la cintura. Ella se volvio. En el ovalo de su cara apenas si se percibian las facciones, y el la beso con una intensidad que le dejo pasmado. Por un instante, Sashka permanecio inmovil, como petrificada, y despues correspondio al beso con igual apasionamiento, hincando los dedos en los hombros de el, con un deseo casi animal.

Subitamente, se aparto. Le miro con ojos muy abiertos por la emocion y se echo atras, acabando de desprenderse suavemente.

—Tengo... que irme... —balbucio—. Es tarde, Tarod... ?Tengo que irme!

— ?Sashka...!

Ella no espero. Se habia vuelto y corria en direccion a la escalera. Pasaron unos momentos antes de que la confusion de Tarod le permitiese seguirla, y cuando llego a lo alto de la escalera, la joven estaba ya en la mitad de

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