se negase a apagarse. Las lunas se estaban poniendo, dando paso a la verdadera oscuridad... Un pony pataleo y resoplo, sobresaltandola. Se esforzo en recobrar el aplomo y se hundio mas entre los pliegues de la manta, cerrando los ojos y rezando para que viniese el sueno y la librase de la noche.

Cyllan no era la unica alma desvelada aquella noche. De vuelta en sus habitaciones, Tarod llevaba casi dos horas sentado, contemplando el patio del Castillo. Alli ardian todavia las antorchas, calentando las negras piedras frias y proyectando una luz apacible y amable sobre el escenario; junto a la puerta, un vigilante solitario bostezo y empezo a andar despacio de un lado a otro, para estirar las entumeci das piernas; un gato se deslizo entre las columnas con alguna finalidad particular.

Tarod deseaba ardientemente poder dormir, pero sabia que era imposible. ?Cuantas noches habia pasado en vela junto a esta ventana, maldiciendo las largas horas de oscuridad, pero temeroso incluso de tratar de descansar? Esta vez no era miedo, sino un torbellino emocional distinto; la imagen de una cara ovalada y blanca en la oscuridad, un cuerpo suave y flexible, una voz dulce... Ella se habia alejado tan rapidamente, que no habia tenido tiempo de aclarar los confusos sentimientos que se profesaban; sin embargo, ahora habria dado la mitad de su vida para estar de nuevo con ella. Y si esta confusion de angustia y alegria era amor, entonces este se habia apoderado de el con toda su fuerza.

Una y otra vez se atormentaba con preguntas. ?Se habia precipitado e ido demasiado lejos? ?La habia ofendido? ?O lo unico que ella buscaba era un coqueteo intrascendente para pasar el tiempo en el Castillo? La vulnerabilidad era algo que raras veces turbaba a Tarod; pero ahora se sentia desesperadamente vulnerable, aunque una parte de el se alzaba contra su propia flaqueza. Se preguntaba si, a pesar de sus modales desenvueltos, no estaria tambien Sashka insegura de si misma. Si era asi, el habia traspasado los limites del decoro, y lo mas probable era que ella no se atreviese a encontrarse de nuevo con el...

Bruscamente, se puso en pie y empezo a pasear por la habitacion. Se sentia como un animal enjaulado... Habia demasiadas preguntas sin contestacion, y no podia hacer nada para aproximarse a una solucion. Sashka poseia la llave de la jaula; solo ella podia darla o retenerle a su antojo, y este conocimiento le hacia sufrir.

Dandose cuenta de que su inquieto paseo no hacia mas que empeorar las cosas, Tarod volvio junto a la ventana y se disponia a sentarse de nuevo cuando oyo, o creyo oir, un ruido en la puerta exterior. Por un instante, sintio un destello de esperanza irracional, pero la reprimio, diciendo se que no habia sido mas que una ilusion.

Entonces lo oyo de nuevo. No era una llamada con el puno o con los dedos; era como si alguien tratase de llamarle la atencion sin que lo advirtiese nadie mas.

La sangre le latia con anormal e incomoda rapidez mientras cruzaba la estancia y descorria el cerrojo. Abrio la puerta... y Sashka, con un fino camison y sin mas abrigo que un chal sobre los hombros, le miro fijamente desde el pasillo en penumbra.

—No podia dormir...

Se deslizo en la habitacion y Tarod se echo atras, demasiado pasmado para hablar. La puerta se cerro con un chasquido muy ligero pero que hizo vibrar todos los nervios de su cuerpo. Sashka recorrio en silencio la habitacion con la mirada, abriendo mucho los ojos y captando todos los detalles. Por fin Tarod pudo recobrar la voz.

—Sashka... —La razon quiso imponerse a la emocion—. Tus padres... Si descubren que has salido...

Ella sacudio la cabeza, haciendo ondear sus cabellos.

—Estan durmiendo, Tarod. No se despertaran hasta manana.

No dijo nada de la reprimenda con que la habia recibido su padre cuando volvio a sus habitaciones (para su enojo, la habia estado esperando), ni de los polvos vegetales que ella habia echado disimuladamente en el vaso de vino caliente y con especias de aquel, cuando, enfurrunado, habia consentido al fin en irse a la cama. Las tecnicas que estaba aprendiendo en la Residencia de la Hermandad empezaban ya a dar resultado.

Despues de que su padre se durmiera, habia permanecido largo rato delante del espejo de su propio dormitorio, dejando que sus m-nos recorriesen con pausada languidez los contornos de su cuerpo, mientras discutia consigo misma lo que debia hacer. ?Podia haber interpretado mal la mirada que habia visto esa noche en los ojos del hombre de cabellos negros? Creia que no, pero siempre existia la posibilidad de que solo hubiese pretendido jugar con ella, y seria una tonta si se imaginaba que era mas lista y mas experimentada que un Adepto del septimo grado. Sin embargo, un infalible instinto femenino le decia que habia hecho bien en apartarse de el cuando lo hizo, por mucho que su propia naturaleza la indujese a todo lo contrario. Por encima de todo, no queria parecer demasiado atrevida, no queria que

Tarod se formase una mala opinion de ella. Otros hombres, y habia conocido unos cuantos como tantas muchachas de su edad y posicion, podian ser manipulados con facilidad; pero este hechicero era diferente. Ella le deseaba, pero sabia que no podia conquistarle con sencillas maniobras.

Pero ahora recibio la respuesta a la pregunta que la habia atormentado desde que se habia despedido tan precipitadamente de el. Al alargar Tarod la mano, deseando pero temiendo tocarla, se acerco mas, y los dedos de el le rozaron el hombro.

— ?Por que te marchaste tan de repente? — dijo Tarod, con voz ronca.

— Porque... tenia que hacerlo. — Agacho la cabeza—. Creo que te tuve miedo.

— ?Y ahora?

— No. Ahora no...

Tarod le asio los brazos, atrayendola hacia el. Ella jadeo, involuntaria pero dulcemente, al sentir sus labios en el cuello; despues cedio al abrazo y el la estrecho con mas fuerza. Durante un momento, permanecieron inmoviles; despues, inesperadamente, el la solto y retrocedio.

Sashka comprendio y, al darse cuenta de que el no estaba seguro de si mismo, sintio aumentar su propio poder. Sonrio, subitamente confiada y queriendo tranquilizarle, y el vio reflejada en su cara la respuesta a su esperanza. La tomo de la mano y echo a andar hacia la habitacion interior. Ella le siguio, sumisa, sabiendo que habia triunfado.

El dormitorio estaba casi a oscuras, iluminado solamente por el tibio resplandor del fuego moribundo de la chimenea. Tarod parecia una sombra en la penumbra, pero el cuerpo que apretaba contra el de ella era real... Sashka cerro los ojos, y el suave chasquido de la puerta al cerrarse le parecio de una contundencia que la hizo estremecerse con una emocion que jamas habia sentido hasta entonces...

—?Casarte con ella?

Keridil miro fijamente a Tarod desde el otro lado de la habitacion y, aunque la sorpresa era lo que predominaba en su semblante, otros sentimientos mas dificilmente descifrables se ocultaban debajo de la superficie.

Tarod le miro a su vez, frunciendo ligeramente los parpados.

—?Es una idea tan desconcertante?

—No, no, claro que no. Solo.., sorprendente. —Keridil encogio los hombros—. Precisamente tu... Me cuesta imaginar que quieras renunciar a tu independencia.

No era la reaccion que Tarod habia esperado, y el resentimiento se mezclo con su contrariedad. Habia decidido seguir la tradicion del Circulo y pedir al Sumo Iniciado que bendijera formalmente su boda; pero la respuesta de Keridil habia agriado lo que habria debido ser ocasion de regocijo.

Suavemente, pero con un deje de acritud, dijo :

—Y tal vez te cueste aun mas imaginar que me haya desviado de mi camino para unirme con una Veyyil Savarin.

Keridil enrojecio intensamente.

—?No quise decir eso! —Se volvio a medias, y entonces se detuvo e hizo un brusco e irritado ademan—. Lo siento, Tarod; tal vez he estado descortes; lo hice sin querer. — Una debil sonrisa se dibujo en sus labios—. Pero incluso tu debes reconocer que ha sido una noticia inesperada.

Apaciguado hasta cierto punto, Tarod asintio con la cabeza y Ke-ridil anadio:

— Tampoco habria previsto que te atuvieses tanto al protocolo. Una precipitada fuga con la chica, en una noche oscura, me habria parecido mas propio de tu caracter.

Tarod se echo a reir y la tension desaparecio. El Sumo Iniciado se dirigio a un pequeno armario cerrado. Estaban en la que ironicamente llamaba su habitacion de las jaquecas (el antiguo despacho de Jehrek), en la que atendia la mayoria de los asuntos oficiales en los que empleaba ahora la mayor parte de la jornada. Abrio el armario y saco una botella de cristal negro y dos pequenas copas de plata.

—Solo para ocasiones especiales y situaciones desesperadas — dijo Keridil. Descorcho la botella, vertio un dedo de un liquido de brillante color zafiro en cada copa y tendio una de ellas a Tarod—. Lo destilan en la provincia

Вы читаете El Iniciado
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату