abiertamente aquella estancia que presumia que era el estudio particular del Sumo Iniciado, y tambien de hablar con este sin la engorrosa presencia de tantos observadores y, sobre todo, de su carabina.

Sashka no disimulaba la aversion y el desprecio que sentia por la Hermana Erminet Rowald. Podia ser muy buena herbolaria, pero, en opinion de Sashka, era tambien como un sargento de cara arrugada y lengua viperina, cuya mente recelosa y cuyos ojos de ave de presa observaban la menor infraccion de sus severas normas. Podia estar segura de que la Hermana Erminet informaria a Kael Amion de todos los detalles de su encuentro con el Sumo Iniciado, enriqueciendo el relato con sus propias y acerbas observaciones. Y no era probable que la Hermana Erminet la perdiese de vista un solo instante...

Sashka pego un salto cuando la vieja Hermana hablo, de pronto, como activada por sus agrios pensamientos.

—Senores, si me lo permitis, creo que deberia volver junto a mi paciente. —Durante todo el viaje, se habia referido remilgadamente a Tarod como a un paciente—. Vuestro medico es, desde luego, un hombre excelente, pero como hasta ahora me he cuidado yo de el... — Fruncio los labios en elocuente rechazo de la capacidad de Grevard y anadio—: Si algo se estropease ahora, nunca me lo perdonaria.

Antes de que cualquiera de los Consejeros pudiese contestar, Ke-ridil se adelanto.

—Lo siento, Hermana —dijo, con una sonrisa de disculpa—. Hemos sido egoistas al entretenerte; has hecho un viaje largo y dificil. En cuanto te hayas asegurado de que todo marcha bien, debes tomarte un tiempo de descanso. Caballeros —prosiguio, dirigiendose a los Consejero—, debemos despedirnos de las buenas Hermanas hasta mas tarde.

La Hermana Erminet era insensible a los halagos. Repitio con firmeza:

—Ante todo debo atender a mi paciente, Sumo Iniciado. Si me lo permites, tal vez una de vuestras mujeres podria encargarse de Sas h-ka...

—Con mucho gusto. Pero quisiera, desde luego con tu permiso, poder hablar con ella a solas durante unos minutos. —Se llevo a la Hermana aparte, para que los otros no pudiesen oirle—. Lamento tener que hacerlo, pero he de interrogarla mas a fondo; puede haber detalles que sola mente ella conoce y que pueden tener importancia en este lamentable asunto. Y supongo que se sentira menos intimidada si no esta rodeada de inquisidores.

La Hermana Erminet inclino la cabeza.

—Naturalmente, se hara lo que deseas, Sumo Iniciado. — Entonces levanto la cabeza y sus ojos parecieron candidos—. No pretendo comprender los motivos de la joven para hacer lo que hizo, aunque fuese en cumplimiento de un deber. Hay algo antinatural en una traicion de esta naturaleza.

Keridil sintio que se sonrojaba.

—Sin embargo, nosotros tenemos buenas razones para estarle agradecidos, Hermana. Posiblemente las causas y los motivos son menos.. , importantes de lo que habrian podido ser en otro caso.

Ella bajo la mirada.

—Asi es.

Sashka dio gracias en silencio a los dioses al ver que la Hermana Erminet salia del estudio, seguida de los Consejeros. Se habia producido el pequeno milagro que casi no se habia atrevido a esperar: estaba a solas con Keridil.

Durante lo que le parecio un rato muy largo, permanecieron frente a frente sin hablar. Por ultimo, fue Keridil quien rompio el silencio.

— Me alegro de tener esta oportunidad de hablar contigo en privado —dijo pausadamente.

Sashka miro sus propias manos cruzadas.

—Aprecio tu amabilidad, Sumo Iniciado. Dadas las circunstancias, me preguntaba si... tal vez no sentirias...

Se interrumpio, humedeciendose los labios con inquietud.

Keridil suspiro.

—Tarod y yo eramos amigos desde la infancia —dijo—. No negare que la decision que tuve que tomar fue una de las mas duras de mi vida.. , pero la tuya debio ser mil veces peor.

Sashka comprendio que el la ponia a prueba. Keridil queria, tal vez necesitaba, saber que la rotura de sus lazos con Tarod era definitiva. Su respuesta podia ser crucial..., y espero no haber juzgado mal sus motivos. Volviendose hacia la ventana, dijo:

—Tarod y yo nos habriamos casado aqui, en el Castillo. Me dijo que tu habias accedido a oficiar en la ceremonia.

—Si... ?Lamentas que no pueda ser, Sashka?

—No. —Su respuesta fue tan inmediata y tan firme que el se sorprendio. Despues anadio, todavia sin mirarle —: Mira, el me dijo... mucho mas de lo que habia en tu carta. En realidad, creo que no me oculto nada.

— Entonces, ?sabes lo de... Rhiman Han?

—?El hombre a quien mato? Si. Tambien me dijo esto.

Keridil creyo que estaba empezando a comprender. Hacia solo unos dias que, en esta misma habitacion, habia preguntado lisa y llanamente a Tarod si Sashka tenia algo que temer de e1. Tarod habia negado con vehemencia esta posibilidad; pero parecia que Sashka no sentia lo mismo, y Keridil sabia que el miedo era un sentimiento sumamente destructor. De pronto, compadecio a la muchacha y, con la compasion, resurgieron otras emociones.

— Sashka...

Se acerco a ella y, a modo de tanteo, apoyo una mano en su hombro. Habia pretendido que el ademan fuese, o al menos pareciese ser, solamente amable; pero ella se volvio hacia el, de manera que Keridil pudo ver el calor y la esperanza en sus ojos oscuros.

—Lo siento... —dijo el, con voz confusa—. Tienes que haber sufrido tanto...

Ella encogio ligeramente los hombros.

—Ahora esto parece importar poco. Es como si todo hubiese sido un mal sueno... Ademas, mis preocupaciones no tienen que importarte, Sumo Iniciado.

—Llamame Keridil —la corrigio amablemente el—. Y eres injusta contigo misma, Sashka: tus preocupaciones me importan mucho.

Todavia tenia la mano apoyada en su hombro, y ella no intento apartarse. En una voz tan baja que apenas era audible, pregunto:

— ?Que le ocurrira a Tarod?

Keridil vacilo. No queria trastornarla, pero no podia demorar para siempre la respuesta. Ella tardaria poco en descubrir la verdad, aunque el tratase ahora de ocultarsela.

—El Consejo de Adeptos le ha condenado, Sashka —dijo—. No habia alternativa.

—Entonces, ?morira?

— Si...

Ella asintio lentamente con la cabeza, como tomandose tiempo para asimilar la noticia. Despues dijo:

—?Como?

—Sera mejor que no lo sepas. — Keridil se alegro, en este momento, de que ella no le estuviese mirando a la cara—. Esto es cuestion del Circulo. Yo no hubiese querido que fuese asi, pero... hay que observar ciertas normas.

Sashka se volvio a mirarle, frunciendo los negros ojos.

— ?Aunque se trate de un demonio?

Keridil la miro, consternado, y la expresion de Sashka se hizo casi desafiante.

— Es la verdad, ?no, Keridil? Por favor, no te esfuerces en no herir mis sentimientos. Un hombre cuya alma reside en la piedra de un anillo no puede ser realmente humano, ?verdad? —Se acerco de nuevo a la ventana—. He pensado mucho en esto durante el viaje desde la Residencia, y creo ser lo bastante fuerte para enfrentarme con los hechos. Si me hubiese casado con Tarod, me habria casado con un demonio. —Le miro nuevamente—. ?No es verdad?

Si, es verdad, penso Keridil, o casi verdad... Y en voz alta, dijo:

— Eres muy valerosa, Sashka. Pocas mujeres podrian considerar esta idea con tanta ecuanimidad.

Ella sonrio friamente.

—?Que ganaria con enganarme? Prefiero dar gracias a mi buena suerte, por no haberme enterado demasiado

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