un templo. Lo miro de nuevo, con la sospecha a flor de piel.
—?A que estais jugando conmigo ahora?
El hombre sacudio la cabeza con energia.
—No es un juego,
Con mucha cautela. Indigo estudio su rostro mientras intentaba calibrar hasta que punto podia confiar en aquel aparente cambio de actitud. Si el hombre estaba tan loco como le habia parecido antes, podria muy bien intentar atraerla como preludio a un nuevo y mortifero ataque.
Entonces, a lo lejos, y ahogado por el gran espesor de la roca que los separaba, escucho el espeluznante aullido de un lobo furioso.
—
—Por favor. —Extendio ambas manos para apaciguarla—. El animal esta perfectamente. Tiene comida y agua, y esta totalmente a salvo. —Le sonrio con ironia—. No tuve mas eleccion que utilizar mis artes de hechiceria para confinarla en otra caverna, o me hubiera desgarrado la garganta. Pero os aseguro que no ha sufrido el menor dano.
Rapidamente. Indigo dirigio su energia mental en la direccion por la que le parecia que habia venido el aullido, y de inmediato sintio el ardor de la colera de
Miro al hechicero de nuevo.
—?Y que hay de Chrysiva? —exigio.
—?Chrysiva?
—La muchacha que estaba con nosotras. Esta enferma, si le...
—Tambien ella esta bien,
Reservandose su juicio. Indigo repuso:
—?Y justifica ese enojo y tormento vuestro comportamiento con los forasteros?
—Bajo circunstancias normales, no. —Reconocio aquel punto con una mirada esquiva—. Pero las circunstancias aqui no son normales,
—?Ellos? —interrumpio Indigo.
Indigo empezo a comprender y dijo en voz baja:
—?Charchad?
El hombre asintio, con el rostro muy tenso.
—Apenas puedo soportar oir pronunciar ese nombre en voz alta, incluso ahora. Y cuando me dijisteis que estabais aqui para buscarlos, yo... —Lanzo un violento suspiro—. No me detuve a considerar cuales podrian ser vuestros motivos; la colera que me dominaba era demasiado fuerte y queria obtener venganza en vos. Fue tan solo cuando utilice la cuerda de fuego y vi lo que habia en vuestro corazon que me di cuenta del error que habia cometido.
Una mano fria y muerta se aferro al estomago de Indigo, cuando se dio cuenta, de repente, de lo que aquel hombre estaba dandole a entender. Y recordo la terrible experiencia sufrida junto a la fumarola, en el tunel. Un hechicero con tal poder —y era poderoso; habia visto mas que suficiente para convencerse de ello— podia penetrar en las profundidades de la mente de otro, sacar todo lo que alli hubiera y ver el alma desnuda que habia detras.
Le devolvio la mirada y sus temores se vieron instantanea y horriblemente confirmados por la piedad que vio oculta en sus ojos. Sabia quien era ella. Inconscientemente, sin quererlo, se lo habia mostrado todo: su pasado, su delito, la maldicion que la Madre Tierra habia lanzado sobre ella. El lo sabia.
Volvio la cabeza mientras una oleada enfermiza de miseria y verguenza la recorria; se llevo un puno a la boca y se mordio los nudillos.
—Yo...
—Por favor,
Bajo el puno y lo miro indecisa.
—?Lo somos?
—?Si! Se lo que habeis perdido. Y conozco el dolor que tal perdida produce, porque yo he sufrido de la misma forma. ?Compartimos un objetivo,
Sus ojos empezaban a arder de nuevo con el inconfundible brillo del fanatismo. Indigo se sintio abrumada por su ansiedad, aunque no totalmente de forma involuntaria, ya que subitamente aquel hombre habia tocado uno de sus puntos sensibles.
—No estoy segura de comprender... —dijo.
—?Debeis comprenderlo! ?Esta tan claro! La Diosa queria que nos encontrasemos. Tiene una tarea para nosotros. Vuestra mision y la mia son una sola y la misma: y alli donde por separado nuestros poderes son limitados, juntos podemos trabajar para hacer su voluntad y alcanzar el exito.
Un tenso e incomodo nudo de excitacion crecio bruscamente en el interior de Indigo.
—?Charchad?
—?Si! —La sujeto por las manos, apretandolas con tanta fuerza que la joven hizo una mueca de dolor—. Ranaya ha contestado a mis oraciones, vos sois Su instrumento. Juntos. Indigo, podemos enfrentarnos a Charchad y destruirlo!
CAPITULO 6
Indigo dijo:
—Jasker, lo siento. Siento pena por vos. —Levanto la cabeza y sus ojos se encontraron con los agitados ojos castano verdosos del hombre que estaba sentado frente a ella—. De verdad, siento pena por vos.
A su lado,
—Vuestra amiga posee mas misericordia y bondad en su corazon de la que yo tengo derecho a esperar — dijo.
Indigo contemplo la fuente de piedra toscamente tallada que tenia delante, luego la aparto despacio. La historia de Jasker habia reducido su apetito al punto en que tan solo pensar en comida provocaba una extrana sensacion en su estomago; en lugar de comer, tomo el odre de agua que el hombre habia dejado junto al plato y