—Como deseeis,
Indigo y
Si no fuera por la corruptora influencia del Charchad, las atrocidades que se cometian en la region no se habrian producido. Sin embargo, si no hubiera sido por ella, el Charchad no existiria, ya que los siete demonios producto de la humanidad seguirian aun recluidos, como lo habian estado durante tantos siglos, en la destruida Torre de los Pesares. Siete demonios, de los cuales este pervertido diablo no era mas que el primero. Y la suya era la mano que los habia liberado...
—?Indigo?
Levanto la vista y advirtio que Jasker seguia mirandola. Sus ojos estaban mas calmados ahora y le dijo:
—Estais angustiada. ?No podeis confiarmelo?
Aunque estuviera loco, penso, era un buen hombre. Y aunque no podia contarle toda su historia, sus objetivos eran los mismos.
Le contesto:
—No puedo confiarme a vos, Jasker; no en la forma en que pensais. Pero poseo mis propias razones para compartir vuestra necesidad de obtener el desquite. —Involuntariamente sus punos se apretaron con fuerza y se inclino hacia el—. Habladme del Charchad. Contadme todo lo que sabeis de ellos, todo lo que sabeis del poder que poseen. Quiero destruirlos, Jasker. ?Quiero verlos desaparecer de la faz de la tierra!
Una lenta sonrisa aparecio en la boca del hechicero, y asintio.
—Creo que os comprendo,
Ella empezo a incorporarse.
—Entonces no perdamos tiempo. Quiero...
—No aun. —Alzo una mano—. No debemos arriesgarnos a que nos vean; debemos esperar hasta que el sol se ponga y la luz empiece a desvanecerse. —Sonrio con un ligero vestigio de ironico humor—. Ademas, es una ardua ascension para alguien que no esta acostumbrado a ello, y no resulta aconsejable con el calor de la manana. ?No tengo intencion de perder a mi unica aliada por una insolacion! No; lo mejor que podemos hacer es dormir algunas horas y recuperar nuestras energias.
La voz de
Indigo hubiera querido discutir, pero comprendio que tanto Jasker como
Cuando se fue. Indigo apago todas las velas excepto una, y la caverna se sumio en una profunda penumbra. Se tumbo de espaldas, no muy segura de poder dormir, pero decidida a intentarlo, y
«Sigo
La joven levanto la cabeza.
—?En quien? ?En Jasker?
—Todavia estas enojada con el porque piensas que nos queria hacer dano, eso es todo. No hacia mas que defender su territorio,
—?Oh,
—Lo tendre.
—Lo prometo. Duermete, ahora.
La loba se removio; luego apoyo de nuevo la cabeza en las patas. La respiracion de Indigo no tardo en volverse mas superficial y lenta a medida que se hundia en el sueno, pero durante un rato el animal permanecio despierto, sumido en sus ideas y vigilando a su amiga con ojos preocupados.
La de
Las imagenes que habian surgido tempestuosamente del subconsciente de Indigo durante la prueba de la verdad, junto a la fumarola, lo habian aturdido y horrorizado a la vez. Y Jasker era lo bastante honrado como para reconocer que, mezclado con su respeto y sentido del companerismo por la muchacha, habia tambien una buena dosis de temor, ya que habia visto con toda claridad la mano de la Madre Tierra sobre ella. Y, sin embargo, percibia que la visita de la diosa era un castigo mas que un don. Lo que Indigo hubiera hecho para merecer la carga que sobrellevaba no era problema suyo, e investigar mas de lo que ya habia hecho resultaria casi un sacrilegio. Pero, de todas formas, existian preguntas en su mente cuya respuesta hubiera dado mucho por conocer.
Una palabra que Indigo habia pronunciado carcomia su mente. Nemesis. Jasker no sabia si tenia algun equivalente en su lengua, pero estaba claro que su significado era mucho mas importante de lo que la muchacha estaba dispuesta a admitir. Habia tenido una vision fugaz de la misma palabra como una imagen fragmentada en la oscuridad que rodeaba la parte mas intima de su ser, y con ella una fugaz impresion de un rostro malvado, que era y a la vez no era Indigo. Eso, y una sensacion de algo
Plata. No tenia sentido. No obstante, de una forma indefinible aquello era el terrible y eterno vinculo de Indigo con los espiritus de amigos queridos y perdidos, y con uno en particular. Jasker habia oido su nombre en forma de agonizante grito en Ja mente de la joven, y este habia enviado por respuesta una cuchillada de dolor que habia atravesado el anima del hechicero. Tambien el habia conocido la tortura de ver morir al ser amado; pero en el espiritu de aquella muchacha de las tierras meridionales, de cabellos prematuramente encanecidos y ojos cansados, acechaba algo que iba mas alla del dolor, la culpa y la amargura, un sufrimiento que jamas comprenderia.
Jasker se dio cuenta, de repente, de que corria peligro de romper su propia tradicion. Con un gesto tan rapido