—Perdona; eso fue una tonteria. Puede que no sepa mucho sobre ninos, pero incluso yo debiera de haberme dado cuenta de que es demasiado mayor. —Entonces su rostro recobro la calma—. Pero el tiene que ver con esto, ?no es asi? Llamalo intuicion; simplemente lo percibo.

Indigo vacilo por un instante, luego asintio.

—Si. Su padre es uno de los hombres con los que necesito ponerme en contacto.

Una vez mas se produjo un silencio. Macee jugueteaba con un cuchillo, su expresion era pensativa pero aparte de esto inexcrutable. Por fin levanto los ojos y dijo:

—Indigo, tengo que pensar en mi tripulacion. Tenemos programado escoltar un convoy hasta Scorva dentro de tres dias, y...

—Puedo pagarte —interpuso Indigo—. No lo que ganarias con ese trabajo, pero...

Macee solto una obscenidad en davakotiano.

—No estoy hablando de dinero, cerebro de arenque. Me conoces muy bien para eso. Hablo de reputacion. Oye —acerco su asiento mas a la mesa y se inclino hacia adelante—, quiero que me mires a los ojos, y me digas que si acepto hacer lo que me pides, no me encontrare enredada en algo ilegal, deshonroso, o que pueda llevarme a mi y a mi barco ante las autoridades de Simhara. Eso significa nada de conspiraciones, nada de contrabando, nada de trabajo sucio. ?Bien?

Indigo miro fijamente los brillantes ojos de la mujer y respondio:

—Lo juro. No hay necesidad de ningun subterfugio. Todo lo que pido es que no menciones a nadie la carta que quiero que lleves.

—?Y no habra nada en la carta que vaya en contra de los intereses de Khimiz ni de cualquier otro pais?

—Nada —confirmo Indigo con gran enfasis—. La verdad... es que podria resultar vital para Khimiz, y muchas otras cosas, ademas.

Macee lo medito durante unos segundos. Luego, bruscamente, asintio con la cabeza y golpeo con la palma de la mano sobre la mesa.

—De acuerdo. Acabas de cerrar un trato.

Indigo se sintio inundada por una oleada de alivio; sintio como todo su cuerpo temblaba ante aquella tremenda sensacion de haberse librado de un gran peso.

—Macee, no se como darte las gracias... —empezo.

—No me des las gracias: nunca he sabido a donde mirar cuando la gente empieza a expresar su gratitud. Y no me preguntes por que he aceptado hacerlo; puede que sea por los viejos tiempos, o quizas es por otra cosa. — Lanzo una rapida mirada en direccion a la puerta de la posada—. Ese chico, ?Luk lo has llamado? Me da la impresion de que esto es muy importante para el a la vez que para ti... ?Ah, me vuelvo blanda! Puede que empiece a chochear antes de tiempo. No pretendo saber de que va todo esto, Indigo, pero estoy dispuesta a confiar en ti. Y debido a eso, estoy dispuesta a nacer mas que simplemente actuar de mensajera. ?Quieres que esos amigos tuyos regresen a Simhara, no es eso?

—Si.

—Entonces, si es tan urgente, y si estan dispuestos a confiarse a mi cuidado en un viaje por mar, yo misma los traere de regreso.

Indigo apenas si podia creer en su buena suerte. No se habria atrevido a pedirle algo asi a Macee —una imposicion era mas que suficiente—, pero esta oferta era la respuesta a sus plegarias. Solo el temor de atraer la atencion de los otros clientes de la taberna le impidio arrojar sus brazos alrededor de la pequena davakotiana y abrazarla.

—?Muy bien! —Macee golpeo la mesa de nuevo—. Entonces tengo cosas que hacer. Hay otro barco davakotiano en el puerto y sin nada que hacer; le pasare el encargo del convoy; a porcentaje, desde luego. — Sonrio, su mueca recordo la sonrisa de un tiburon—. El Kara-Karai zarpara con la marea de manana por la manana. De modo que lo mejor sera que regreses a tus blandos divanes y a tus criados, y te pongas a escribir esa carta, ?eh?

Indigo intento darle las gracias, pero Macee hizo a un lado sus muestras de agradecimiento, aunque se sentia conmovida de forma evidente. Tambien intento convencer a su amiga de que cenara con ella aquella noche en palacio, pero Macee rehuso con energia. La realeza y los capitanes de barco no se mezclaban, dijo, anadiendo maliciosa que si en alguna ocasion podia saborear un poco de la gran vida podria verse tentada a seguir el ejemplo de Indigo y convertirse en un pescado de tierra firme. En lugar de ello, se encontraria con Indigo en el muelle a primera hora de la manana siguiente.

Se despidieron en la puerta de la posada, y antes de alejarse para reunir a su tripulacion, Macee se puso de puntillas y dio un sonoro beso a Indigo en cada una de sus mejillas, al mismo tiempo que le tiraba carinosamente del pelo, Indigo la contemplo alejarse, luego se volvio y se encontro a Luk y a Grimya esperandola.

Luk se acerco despacio, y la tensa expresion de desdicha que vio en sus ojos provoco en ella un sentimiento de culpabilidad. Le rodeo los hombros con su brazo.

—Luk, lo siento. No queria ser tan brusca contigo antes.

El muchacho sonrio, algo indeciso.

—No importa. De todas formas, ha sido culpa mia: no debiera haber interrumpido lo que hacias.

—Bien, lo que hacia ya esta hecho ahora. ?Regresamos todos a palacio?

Se pusieron en marcha recorriendo la ciudad. Luk no parecia inclinado a conversar, e Indigo aprovecho la oportunidad para transmitir a Grimya los detalles de su conversacion con Macee. Cuando oyo lo que se habia acordado, la loba meneo la cola con vivacidad.

«Esta es una buena noticia», comunico. «Deberiamos decirselo a Karim tan pronto como podamos. Se sentira muy aliviado.»

—Indigo. —Luk, que no era consciente de la conversacion que se celebraba entre las dos, empezo a hablar de repente—. ?Quien era la senora con la que estabas? Parecia un marinero.

Indigo ajusto su mente a toda velocidad.

—Lo es —contesto al chico—. Su nombre es Macee, y manda una nave escolta davakotiana.

—?Macee? —Los ojos de Luk, se iluminaron al recordar las historias que ella le habia contado— ?Del Kara-Karai, el barco en el que navegabas antes de venir a Khimiz?

—Ese mismo. Nos encontramos por pura casualidad, en el Templo de los Marineros. Esta es su primera visita a Simhara.

Durante unos instantes Luk no dijo nada mas. Luego:

—Indigo...

—?Si?

Su rostro estaba ruborizado, luego de repente las palabras salieron como un torrente.

—Macee no ira a las Islas de las Piedras Preciosas, ?verdad? Porque... queria pedirte que escribieras a mi padre, porque es mas probable que te haga caso a ti, y tu podrias explicarlo de forma correcta, y... —Se detuvo, trago saliva y continuo—: ?Quiero tanto que vuelva a casa!

Indigo dejo de andar y lo miro fijamente. Podia confiarse en el, penso. Era lo bastante mayor, y lo bastante sensato, para compartir su secreto y no revelarlo involuntariamente. Y odiaba verlo tan triste. Era justo que lo supiera.

Se volvio para mirarlo cara a cara, y dijo:

—Luk, si te digo algo, ?me prometeras que no le diras una sola palabra de ello a nadie? ?Ni a Jessamin, ni a Hild, ni siquiera a tu bisabuela?

El asintio, desconcertado pero con naciente interes.

—Lo prometo.

—Entonces tengo buenas noticias para ti. Macee si que se dirige a las Islas de las Piedras Preciosas. Se va manana. Y va a traer a tu padre de regreso a Simhara.

Luk se quedo como paralizado, y sus ojos se abrieron de par en par.

—Indigo... —Apenas si pudo pronunciar su nombre—, Indigo, ?es... es eso realmente cierto? ?Va a regresar papa?

—Si, carino. Regresa.

—Entonces, ?oh, Gran Madre! —Y Luk arrojo los brazos alrededor de la cintura de Indigo y la abrazo con todas sus fuerzas—. ?Regresa, regresa! —La solto, mirandola al rostro con gran excitacion—. El lo impedira,

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