Indigo se inclino hacia adelante ansiosa.

—Cuentame.

Alzo los ojos hacia ella.

—No puede haber boda si no hay novia. Si la Infanta desapareciera, ?que podria hacer el usurpador entonces?

—?Quieres decir... secuestrarla?

—Exactamente.

Indigo considero la idea.

—Seria peligroso, Leando. Ya sabemos lo que les ha sucedido a aquellos que han intentado oponerse a la voluntad del matrimonio.

—Cierto. ?Pero que riesgo seria mayor? ?Ese, o quedarse a un lado y contemplar la celebracion de la boda?

Indigo observo a Grimya, que yacia con el hocico sobre el regazo de su amiga. Los ojos de la loba brillaban ambarinos en la habitacion en penumbra, y le dijo en silencio:

«Creo que puede ser el unico camino. Y el tiene razon: u» hacer nada seria peor.»

—No se como podriamos conseguirlo, o a donde podriamos llevarla —continuo Leando, bajando la voz aunque no habia nadie que pudiera oirlos—. Pero no son problemas insalvables: podriamos huir por mar o ir al desierto. Y aunque Augon pudiera perseguirnos fisicamente, creo que se contendria de llevar a cabo cualquier otra accion por temor a hacer dano a la Infanta. Luego, una vez la conjuncion haya pasado, podemos decidir que hacer para que todo salga bien.

Se trataba de un proyecto insensato, pero a pesar de ello Indigo empezo a sentirse excitada. Leando tenia razon al decir que Augon no se arriesgaria a poner en peligro a Jessamin: y si ellos conseguian llevarsela, llevarsela lejos lo Simhara, al menos tendrian un respiro. De momento a ella no se le ocurria nada mas alla de aquel punto, pero no importaba: habrian alejado el inminente desastre. Y, va que al parecer no habia otros caminos abiertos a ellos, era una posibilidad que no podian permitirse despreciar.

—Necesitamos planear cada paso con el mayor cuidado —contesto ella—. Pero... creo que podemos hacerlo.

IJQS ojos de Leando se iluminaron.

—?Se que podemos, Indigo! —Entonces vacilo—. Solo hay una condicion que debo poner. —Dirigio una rapida mirada al otro divan, en el que Luk seguia durmiendo—. No quiero que Luk se vea involucrado en esto. Es demasiado joven y demasiado vulnerable. Yo arriesgare mi propia seguridad, pero no arriesgare la suya.

—Puede que tenga que verse involucrado —indico Indigo—. No podemos arriesgarnos a dejarlo en Simhara; eso lo pondria aun en mayor peligro.

—Lo se; pero de momento no debe saber nada de nuestros planes. Lo dejare con mi abuela, y una vez que tengamos a Jessamin a salvo lejos de la ciudad, enviare a buscarlo.

—Existe una complicacion —repuso Indigo.

—?Que quieres decir?

—?No te has dado cuenta? ?Luk no ha dicho nada?

El rostro de Leando estaba totalmente en blanco, Indigo suspiro.

—Leando, Luk esta enamorado de Jessamin. Hace meses, cuando se entero de que regresabas a casa, me dijo que todo se arreglaria, porque tu detendrias la boda y le darias tu bendicion para que se casara con Jessamin en lugar de Augon Hunnamek.

Leando la contemplo, aturdido.

—Madre del Mar... —dijo al fin, y miro rapidamente de nuevo en direccion al divan y a su hijo dormido— Pero si no es mas que un nino...

—Tiene trece anos —le recordo Indigo—. Lo bastante mayor como para considerarse casi un hombre. —Y anadio suavemente—: Has estado fuera durante mucho tiempo.

—Si. —La frente de Leando se arrugo—. Si; es cierto... y resulta tan facil de olvidar... Pobre Luk... —Aspiro con fuerza apretando los dientes—. Esto no va a ser una tarea sencilla, Indigo. Pero todavia pienso que es la unica eleccion que tenemos.

—Quiza deberiamos no decir nada mas de momento —indico Indigo y se puso en pie—. Nos veremos de nuevo tan pronto como podamos, y entretanto estudiare el programa de las actividades de la Infanta para los proximos dias y vere si puedo encontrar el momento mas propicio para nosotros. Cuando...

Y se interrumpio a mitad de la frase cuando Grimya de repente proyecto una muda y silenciosa advertencia. Hubo un movimiento en la periferia de su vision. Su cabeza giro a toda velocidad, y vio a Jessamin de pie en la puerta que conectaba sus aposentos con los de Indigo.

?Chera!

Indigo sintio como sus mejillas se ruborizaban de sorpresa y contrariedad. ?Cuanto tiempo habia permanecido la nina alli, sin que nadie lo advirtiera? Sin duda no habria podido oir...

Jessamin se froto los ojos.

—Me he despertado y he oido vuestras voces —dijo; luego.

Movio una mano a la boca para ahogar un bostezo—. Lo siento. No queria interrumpir. —Miro timidamente a Leando y sonrio, luego miro detras de el al divan— ?Duerme Luk?

Aliviada, ya que parecia que nada se habia estropeado, Indigo se acerco a la Infanta y la rodeo con su brazo, echandole hacia atras los despeinados cabellos.

—Si, querida mia, y tu tambien deberias hacerlo. ?Que es lo que te ha despertado?

—No lo se. No creo que estuviera sonando, Indigo, ?puedo tomar un poco de ponche de frutas?

—Desde luego.

Se volvio hacia la mesa y Leando le toco el brazo.

—Nos iremos ahora, Indigo. Te vendre a ver manana, si me lo permites...

—Si..., por favor.

Observo mientras cogia a Luk en sus brazos —el muchacho ni se movio— y se dirigia a la puerta que daba al pasillo, Indigo lo acompano y, en el umbral, Leando vio que Jessamin los contemplaba por encima del borde de su copa, y fingio besar a Indigo en la frente.

—Hasta manana.

La puerta se cerro tras el. Jessamin se termino su ponche y deposito la copa sobre la mesa, luego dejo que Indigo la condujera de nuevo a su dormitorio. Mientras se acomodaba entre las sabanas de seda, dijo.

—Me siento muy feliz por ti, Indigo.

—?Feliz por mi?

—Ahora que el padre de Luk ha vuelto, chero Takhan me ha dicho que te vas a casar con el pronto.

—Yo... —No, penso; lo mejor era no decir nada—. Gracias, chera. —Su voz sonaba un poco forzada.

—Yo sere Takhina entonces, de modo que no podre ir detras de ti y arrojar la red de la Madre del Mar sobre tus cabellos. Pero te hare un regalo muy especial. Cualquier cosa que yo quiera, dice chero Takhan. Pensare muy bien ni ello.

Indigo sintio como si el corazon se le partiera. Tanta dulzura, tanta inocente alegria. Debian tener exito en lo que habian decidido hacer, se dijo con fiereza. La alternativa era impensable.

—Eres un encanto y muy buena, Jessamin —repuso, intentando no dejarse dominar por la emocion—. Y siempre te querre.

—Yo tambien te quiero, Indigo.

Jessamin tendio los brazos hacia arriba y la abrazo. Mientras Indigo salia en silencio de la habitacion se acosto de nuevo, y solo sus satisfechos ojos color miel tostada quedaron visibles como tenues lamparas brillando en la oscuridad.

Estaban listos. Aunque se veia constantemente atormentada por la incertidumbre, perseguida por temores de que algo saldria mal en el ultimo instante, Indigo comprendia que no se podia hacer otra cosa que rezar a la Madre Tierra para que el plan saliera bien.

Habia resultado facil preparar frecuentes encuentros con Leando durante los cuatro dias que siguieron a

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