presa y se revolvio con rapidez, enroscando de nuevo su cuerpo sinuoso en el destrozado cadaver de Leando. Los miembros del hombre se agitaron en una espasmodica y horrible imitacion de vida cuando los anillos se cerraron con mas fuerza; entonces, las figuras tanto del reptil como del hombre se estremecieron como un espejismo en el desierto. Por un instante el contorno de la habitacion brillo a traves de la solidez de sus cuerpos; luego se produjo un sonido que no era un sonido, una potente entrada de aire, y, llevandose con el los restos de Leando, su sangre, toda senal de su existencia fisica, el demonio se desvanecio del inundo en el mismo instante en que
La loba proyecto su frenetico grito una y otra vez mientras aranaba la puerta de los aposentos. La madera mostraba las profundas marcas de sus unas, pero la puerta permanecia obstinadamente cerrada; el pestillo estaba corrido en la parte interior, y nada de lo que hiciera
El grito de horror de Indigo cuando la serpiente asesino a Leando habia llegado hasta la loba, que aguardaba junto a una puerta lateral en sombras en los jardines palacio, penetrando en su mente como un cuchillo en silenciosa agonia telepatica. La loba habia tardado menos de un minuto en abandonar los matorrales a toda velocidad y penetrar en el palacio en ayuda de su amiga: pero ahora habia encontrado este obstaculo, e Indigo no queria o no podia contestar a sus desesperados intentos de comunicarse.
Se preparo para lanzarse con todo su peso contra la puerta con la esperanza de demostrar ser mas fuerte que el pestillo; pero justo cuando empezaba a retroceder para tomar impulso, escucho voces y pasos a su espalda, y entonces J alguien dijo:
—
Jadeante, la loba se volvio en redondo, y vio a Hild con dos de las criaditas de la Infanta que se acercaban por el pasillo.
—?Que sucede? ?Tu duena no ha regresado de la fiesta, y no puedes entrar?
Hila se adelanto y poso la mano sobre el pequeno pomo redondo que hacia funcionar el pestillo desde el exterior, y que
Hild habia empezado a dar la vuelta, pero el aullido estrangulado de la loba la sobresalto y la hizo regresar a la puerta. En la semioscuridad pasaron algunos segundos antes de que pudiera visualizar la escena, pero cuando lo hizo lanzo una ahogada exclamacion de espanto.
—
Mas calmadas, se apresuraron a obedecer, y cuando la habitacion paso de la penumbra a un relativo resplandor. Hild se agacho junto a Indigo, recorriendo con dedos expertos su cabeza, cuello y miembros. Luego levanto la cabeza y paseo la mirada por la habitacion. Nada estaba fuera de lugar; nada a excepcion de la mesa que Indigo habia roto al caer.
—Debe de haber bebido demasiado. —Habia un tono ironico en su voz—. Regreso aqui, tropezo y se golpeo la cabeza. Clerri —agito una mano para llamar a una de las doncellas que contemplaban la escena con vivo interes—, ve a buscar a un medico, ?si? No creo que Indigo tenga mucho dano, pero es mejor estar seguro. — Entonces, mientras la muchacha se iba a toda prisa, Hild se detuvo—
—
Los ojos ambarinos se volvieron parpadeantes hacia ella, y
Gimio y se acerco a Indigo. Hild se puso en pie con un esfuerzo y empezo a acariciar el cuello del animal.
—Asi; todo va bien. Lo mejor sera que vea a la Infanta.
Tomo uno de los faroles y, cruzando la habitacion, abrio la puerta contigua. La luz de la lampara ilumino una escena llena de tranquilidad; el mobiliario en su sitio, la colcha de la cama apenas arrugada; un destello dorado como la miel revelo el cuerpo enroscado de Jessamin, dormido bajo las sabanas de seda. Hild sonrio y se retiro, cerrando con cuidado la puerta detras de ella. —Todo esta bien —dijo—. Creo que no ha pasado nada. Las otras mujeres suspiraron aliviadas. Tan solo
—Calma,
Augon Hunnamek alzo las manos para apaciguarla cuando la loba se levanto inquieta, las orejas echadas hacia atras y los ojos llenos de celo protector. Se tranquilizo, aunque no le resulto facil; y el mago-doctor Thibavor apreto los rechonchos labios en una sonrisa.
—Es un animal extraordinario, mi senor. Ha velado a su duena durante toda la noche y todo el dia; se niega a comer e incluso a beber a menos que se le traiga aqui.
Mientras el medico se inclinaba para examinar a Indigo, Augon continuo mirando a
—Tu duena no esta malherida,
Vacilo, para luego echarse a reir algo cohibido—. Que te parece, Thibavor: le hablo a este animal como si pudiera comprender lo que le digo. Los excesos de anoche me han ablandado el cerebro.
—Si se me permite decirlo, mi senor, vuestros poderes de recuperacion han demostrado ser mucho mejores que los del resto de nosotros —repuso Thibavor, con agudeza— Hoy, mis aprendices han tenido que ir a asistir a muchas cabezas doloridas en palacio; incluso a la Infanta le costo un gran esfuerzo levantarse esta manana.
Augon lanzo una risita ahogada.
—Entonces lo mejor sera que les des instrucciones para que repongan sus existencias de curalotodos. Sospecho que habra unos cuantos cientos mas de pacientes con los que verselas pasado manana.
—Ya lo creo, mi senor. —El medico se incorporo, satisfecho—. No detecto la menor senal de complicaciones. Con tranquilidad y descanso, se recuperara con rapidez.
—Me alegro de oirlo. —Los claros ojos se deslizaron obligadamente hacia el hombre—. Gracias, Thibavor.
Dandose cuenta de que se lo despedia, Thibavor hizo una inclinacion y se marcho. Augon hizo intencion de seguirlo, luego se detuvo y regreso junto al lecho en el que yacia Indigo.
—Pobre Indigo. —Hablaba pensativo y de nuevo