—Merim, el frasco azul de mi bolsa por favor. Me temo que nuestra joven paciente no se ha recuperado tan deprimi como yo habia esperado.

Indigo se sentia demasiado desorientada para discutir mientras la colocaban, con suavidad pero con firmeza, de nuevo en la cama. La cabeza le dolia terriblemente, y la habitacion parecia dar vueltas muy despacio a su alrededor; intento concentrarse en el rostro de Thibavor y fue imposible.

—Por favor —dijo con voz confusa—. Yo... —Pero no le salian las palabras; le era imposible pensar con claridad.

Thibavor chasqueo la lengua.

—Recuestate. Eso esta mejor. Ahora; mira mi mano, dime cuantos dedos... —Y se detuvo, arrugando el entrecejo al ver lo que Indigo apretaba en la suya.

—?Que es esto?

Le quito el pergamino, sin ver el naipe que revoloteo hasta el suelo. Estudio los sigilos durante un momento luego la arruga de la frente se acentuo.

—?Como es que tienes este papel?

Indigo cerro los ojos.

—Lo... encontre...

—?Un fragmento de escritura en la criptografia particular de los magos? ?Alguien ha sido muy descuidado! Contemplo el pergamino de nuevo—. De todas formas, no es nada importante. Simplemente una fecha. Bien. — Toma el frasco que le tendia su ayudante, vertio algunas gotas en una copa y la lleno con agua.

—Bebe esto, querida. Eliminara la nausea y te permitira dormir. El sueno es el mejor remedio de todos.

Despues de su lento girar, la habitacion parecia palpita ahora, las paredes abombandose hacia adentro y hacia fuera; y cuando Indigo intento abrir los ojos otra vez, la luz refulgio con terrible fuerza y su cabeza volvio a marearle. No habria podido levantarse ni aunque lo habriase intentado; se sentia demasiado enferma, y ya le costo un gran esfuerzo tragar el sedante sin vomitar.

Grimya gimio confusa cuando la cabeza de Indigo inerte y su conciencia cayo de nuevo en el sopor de sueno profundo; cuando el mago se echo hacia atras loba levanto los ojos hacia el llena de preocupacion, metida entre las patas.

—Buen perro. —Thibavor se inclino y, con cuidado con amabilidad, acaricio la parte superior de su cabeza Mira; tu duena duerme ahora. —Y volviendose a su ayudante siguio—: Pense que la conmocion era menos severa, pero nunca se puede prever el tiempo que pueden durar los efectos de un golpe en la cabeza. —Suspiro—. Y resulta bastante mala suerte que sea hoy precisamente; sin mencionar la inconveniencia para todos los involucrados.

?Dormira mucho rato, senor? —pregunto el aprendiz.

?Oh, algunas horas, al menos! —Thibavor se aliso la tunica verde oscuro, y arreglo los pliegues de nuevo en mi lugar con manos nerviosas—. Y cuando despierte el malestar habra disminuido de forma considerable. Ahora, Menim, lo mejor sera que sigas adelante sin mi; tengo que confiarme y prepararme, o de lo contrario llegare tarde a la procesion. Oh, y lo mejor sera que informes a los influyentes de palacio que uno de los invitados de honor de Takhan se encuentra indispuesto, y no podra asistir a la ceremonia de la boda.

CAPITULO 23

—Y asi, en el amado nombre y bajo la refulgente luz de la Gran Diosa, Reina del generoso mar, Progenitora de la buena tierra, Senora del firmamento benefactor, pedimos todo tipo de alegrias y bendiciones para estos tan devotos servidores de Su eleccion, y nos consideramos afortunados por nuestra parte ya que ellos nos alimentaran, guiaran y gobernaran fructiferamente y llenos de dicha iluminados por la sabiduria y los conocimientos de la Madre de todos nosotros.

Una cascada de sonido procedente de un centenar de diminutas campanas descendio de la enorme cupula del templo al tiempo que trece muchachas, vestidas todas ellas con los colores irisados del mar, levantaban la antigua Red de oro que era, de los Tres Regalos de Khimiz, el simbolo de la Takhina, y, desperdigandose en un amplio semicirculo, se pusieron de puntillas para sostenerla sobre la cabeza inclinada de la menuda pero serena figura de pie entre ellas. La luz de un sinfin de lamparas caia sobre los sueltos cabellos color miel de la figura, que relucian como una cascada de fuego; los miles y miles de piedras preciosas que cubrian su vestido y la larga capa que se arrastraba por el suelo resplandecian tambien con fuerza, de modo que por un emocionante momento todo el cuerpo de Jessamin brillo como una estrella terrena. Muy despacio, se hizo descender la Red; en el momento en que toco sus cabellos la Infanta se volvio con solemne dignidad para mirar a su nuevo esposo, magnifico en su traje de seda color verde cromo y azul cobalto, la personificacion de un rey del mar, quien le tendio el Tridente de oro que le conferia su poder y autoridad. Sus manos se tocaron, se cerraron la una sobre la otra; entonces Augon Hunnamek beso a su novia, primero en la boca, luego en cada uno de sus pechos en ciernes, luego en el estomago, y por fin en los desnudos pies cubiertos de anillos. Un acallado susurro lleno de emocion contenida recorrio el templo cuando los embelesados espectadores murmuraron su aprobacion, y alla en lo alto, donde el altar en forma de barco J se elevaba iluminado por las lamparas, las enormes velas blancas se abombaron ligeramente como si musitaran su propia bendicion sobre la escena.

En medio de los alli presentes, detras de los nobles extranjeros pero ocupando un lugar de precedencia por encima de muchos nobles khimizi, Luk Copperguild permanecia rigido junto a su bisabuela y sentia como las lagrimas corrian por sus mejillas al tiempo que una profunda tristeza se apoderaba de el. Esto era el abandono definitivo. Su padre, que tan poco tiempo hacia que le habia sido devuelto, se habia marchado de nuevo y nadie queria o podia decirle a donde, Indigo, la persona en quien mas confiaba, no estaba alli. Y Jessamin, su adorada Jessamin, volvia su querido rostro hacia el hombre que habia jurado amar y servir durante el resto de su vida, y quedaba totalmente fuera de su alcance. Tantas promesas rotas, tantas esperanzas hechas pedazos..., y todo lo que Luk sentia era un dolor amargo, muy amargo, ante la magnitud de la traicion que lo corroia por dentro hasta el fondo del alma.

Inclino la cabeza e intento contener las lagrimas; aunque en realidad no le importaba si alguien se daba cuenta. Se sentia vacio, una cascara, todo el amor y toda la confianza muertos en su interior. Tan vacio como los lugares donde debiera haber estado su padre, donde Indigo debiera haberse colocado, donde Phereniq tampoco estaba, faltando a este acontecimiento trascendental. No le preocupaba disimular su dolor y mostrarse adulto y estoico. Ya no importaba. Nada importaba ya. Lo unico que deseaba era morirse.

Cuando Indigo desperto por segunda vez, la habitacion estaba a oscuras. En un principio la penumbra la desoriento; pero al cabo de unos momentos comprendio que habian de haber pasado muchas horas desde que cayera m aquel forzado sueno. Era de noche, y el panico se apodero de ella al darse cuenta de lo que eso significaba.

?Grimya! —Se sento en la cama de un salto—. Grimya ?donde estas?

—?Estoy aqui! —Un calido hocico se restrego contra la mano que se movia a tientas—, ?Indigo, es... tas bi... bien?

La muchacha vacilo. Quedaba un resto de nausea y se sentia debil; pero la cabeza ya no le dolia, y su vision era normal. Al parecer las drogas de Thibavor habian hecho bien su trabajo y se habia recuperado. Pero su sueno se habia visto plagado de pesadillas que ahora regresaban a su mente en fragmentos inconexos. Habia sonado que volvia a estar en el desierto, con Agnethe y la pequena Jessamin, y de nuevo Agnethe le habia suplicado que huyera...

Y, de una forma tan repentina que fue como un choque fisico, un antiguo recuerdo encajo por fin cuando las ultimas palabras que Thibavor le habia dicho antes de que se durmiera se mezclaron con el sueno de Agnethe.

Grimya, ?que hora es? —El panico hizo que su voz sonara aguda—. ?Cuanto tiempo he dormido?

Los ojos de la loba lanzaron un triste destello.

—Es dem... masiado tarde —repuso en tono lugubre—. Todo ha terminado.

—?Oh, por la gran Diosa...! —Indigo se puso en pie torpemente—. ?Sigue todavia la fiesta?

—E... eso creo —repuso Grimya—. Hay luces en la gran sala, y he oido mu...

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